José Reveles, en su libro El cártel incómodo, asegura que la ofensiva militar del Gobierno también deterioró a los pequeños grupos narcos. "Es paradójico, termina fortaleciendo a las grandes organizaciones", indicó.
DAÑOS COLATERALES |
"Con estas acciones como las muertes de los jefes de pequeños cárteles, el Gobierno termina fortaleciendo a las grandes organizaciones", insistió el autor de la obra sobre el cártel del Chapo Guzmán, quien según la revista Forbes es el delincuente más poderoso del mundo.
El último capturado fue Erick Valencia, presentado por las autoridades el lunes como jefe del cártel Jalisco Nueva Generación, que opera como fuerza de choque de Guzmán contra Los Zetas. En septiembre pasado, este grupo asesinó a 35 personas en Veracruz y arrojó sus cadáveres amontonados en un cruce vial de ese puerto.
La captura se produjo el viernes tras un gran operativo militar en la zona metropolitana de Guadalajara, segunda urbe del país con 4,3 millones de habitantes, a lo que sus secuaces respondieron con bloqueos de vías e incendios de automóviles.
El cártel de Jalisco Nueva Generación, dirigido por Valencia junto con los hermanos Oscar y Juan Carlos Nava -ya capturados-, controla el ingreso de cocaína desde Colombia y el de efedrina procedente de China a través del puerto de Manzanillo, sobre el Pacífico, según la Secretaría de Defensa de México.
"No es un fenómeno nuevo, estas organizaciones son grupos más bien pequeños que se pliegan ante el poderío de 'El Chapo' o Los Zetas", dijo Reveles.
Los grandes grupos permiten cierta independencia a estos pequeños cárteles, pero les exigen como contraprestación fidelidad para evitar que sus rivales ingresen a sus territorios.
"Han dividido al país en prácticamente dos grandes regiones: una que opera a lo largo de la costa norte sobre el Pacífico, que corresponde a las organizaciones aliadas a 'El Chapo' y otra que opera en la costa del Golfo y hasta el Caribe, donde Los Zetas son más influyentes", señaló el autor.
En un informe anual, publicado en enero, la consultora de seguridad estadounidense Stratfor señaló que en esta distribución geográfica, Los Zetas -un grupo creado por militares que desertaron en los años noventa- actúan en 17 estados, frente a 16 en los que opera el cártel de Sinaloa de Guzmán y sus aliados, ahora denominados la Federación.
México tiene 32 entidades territoriales (31 estados y el Distrito Federal) y en algunos de ellos, como Durango y Veracruz, operan ambas organizaciones.
"Mientras Guzmán sigue siendo el objetivo número uno para los Estados Unidos, Los Zetas han ido consolidando territorios", señaló por su parte, a la AFP, Raúl Benítez Manaut, investigador en asuntos de seguridad nacional de la estatal Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).
En octubre Rodney Benson, jefe de inteligencia de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA), aseguró que el capo narco, de 47 años y prófugo desde 2001, ha agrupado en torno suyo a seis de los siete cárteles más grandes para tratar de contener a Los Zetas.
"Respondieron con incursiones en territorios que antes eran de 'El Chapo' como el estado de Durango (norte), lo que provocó divisiones y arrastró a parte del cártel de Los Beltrán Leyva y parte de La Familia Michoacana", afirmó Reveles.
Estos dos cárteles ejemplifican las fragmentaciones y los realineamientos recientes. Cuando perdió a su máximo capo, Arturo Beltrán Leyva, en un operativo militar en diciembre de 2009, el cártel de los otros cuatro hermanos se fragmentó en grupos ahora enfrentados.
El encabezado por Héctor Beltrán se denomina Cártel del Pacífico Sur y actúa en alianza con "El Chapo" para evitar la embestida de Los Zetas, según un informe de la Policía Federal.
En tanto, otro sector se agrupó como Cártel Independiente de Acapulco y ahora actúa en ese balneario sobre el Pacífico, en aparente alianza con Los Zetas.
La Familia Michoacana se dividió en dos sectores a la muerte en 2010 de uno de sus fundadores, Nazario Moreno. Uno de estos grupos, Los Caballeros Templarios, actúa aparentemente aliado con Guzmán, según Stratfor.
También en Guatemala, la caída de los capos locales favoreció la consolidación del poderío de los Zetas. Según el ministro del Interior guatemalteco, Mauricio López, pasaron a ser el mayor grupo delictivo en ese país centroamericano, uno de los más violentos del mundo.
Fuente: AFP