Eduardo
de la Torre Jaramillo
Dieter
Nohlen afirma que “el contexto histórico es lo más importante para realizar una
reforma”, reflexión que nos marca la ruta para entender la actual reforma
constitucional; por lo que es necesario hacer un recuento histórico.
En
el mes de diciembre de 1982, recién había tomado posesión como presidente de la
república, Miguel de la Madrid Hurtado, éste envío una iniciativa para reformar
los artículos 25 y 28 de la Constitución, particularmente en el segundo
artículo del cuarto párrafo que estableció que el Estado tiene ”áreas
estratégicas” y “áreas prioritarias”, dentro las primeras se encuentran los
correos, telégrafos, el petróleo y sus derivados; en el caso del segundo están
los ferrocarriles y la comunicación vía satélite; discusión parlamentaria por
demás interesante dada por los diputados federales de aquella época, por parte
del Partido Acción Nacional, Bernardo Bátiz y del Partido Socialista Unificado
de México, Arnaldo Córdova, no sólo votaron en contra si no que argumentaron
que los conceptos de “áreas estratégicas” y “áreas prioritarias” no existen en
el mundo jurídico ni político para conceptualizar al Estado, y tienen toda la
razón, concepción que el gobierno federal los extrajo de la administración
pública.
Posteriormente
vieron las reformas fallidas en los gobiernos de Ernesto Zedillo, reforma por
cierto a la que se opuso el PAN, siendo coordinador parlamentario Felipe
Calderón Hinojosa, quien seguramente se arrepintió de esa obstrucción en 2008
cuando fue presidente de la república, porque no pudo sacar una reforma
energética donde la iniciativa privada tuviera participación en el tema
energético.
Pero
¿cuál es la situación real del sector energético en el país?, en esta ocasión
sólo escribiré sobre el tema petrolero, empezando de la extracción del crudo
(pesado, ligero y superligero)que pasa por un proceso de refinación, y en
México sólo existen 6 refinerías, 3 de ellas ya tuvieron un proceso de reforma
tecnológica, y que son: Madero, Cadereyta y Minatitlán; las otras que son
Salina Cruz, Salamanca y Tula y que necesitan transitar por esa conversión tecnológica
para que aumente la producción, y para ello se requieren de 8 o 9 mil millones
de dólares. Además, existe otra refinería que se construyó en Houston en 1993,
siendo presidente Carlos Salinas, donde Shell invierte el 50%, y
paradójicamente es la refinería que más produce; y que con este hecho económico
puedo afirmar que la tecnoburocracia priista le dio la vuelta a la Constitución
al permitir esa inversión extranjera hace 20 años,- tema que por cierto no fue
mencionado por la reciente reforma energética-.
Continuando
con la línea de explicación anterior, se extraen 2.5 millones de barriles
diarios de petróleo, de los cuales por ejemplo, el costo porun barril enCantarell
cuesta 7 dólares y en Chicontepec 70 dólares, las razones de la diferencia en
ambos casos son: la tecnología, la infraestructura y el tamaño de los pozos;
pero a pesar de que tenemos esa producción de barriles, la falta de capacidad
de producción de las refinerías obliga a que se importen 4.5 litros de cada 10
que se consumen en el país, cuya traducción es de 459 mil barriles diarios;
todo esto porque el consumo promedio diario de gasolina en el país es de 727
mil barriles, teniendo un déficit de 268 mil barriles diariosy por lo tanto
importamos gasolina de 16 países: Estados Unidos, España, Francia, Brasil,
Italia, Taiwán, Singapur, Corea, Japón, Holanda, Arabia Saudita, Portugal,
Suecia, Inglaterra, Canadá y Bahamas. Dado lo anterior, la importación diaria
es de 400 mil barriles, cuyo costo es de 9 mil millones de dólares.
Lo
anterior es por el descenso del petróleo ya que es un recurso natural finito,
por ejemplo la producción ha venido cayendo desde el año 2003, donde los
especialistas afirman que las reservas probadas se terminarán dentro de 10
años, y que la nueva área de oportunidad se encuentra en el mar, y que se localizan de 500 hasta 3,000 mil
metros de profundidad, el problema de esto es que se perfora un pozo y
probablemente se falle en el intento, en el caso mexicano el 75% han sido
negativos, de 20 exploraciones sólo en 5 se ha localizado aceite y gas; pero
¿cuál es el problema de esta nueva tecnología?, en el caso mexicano se
necesitan plataformas petroleras semisumergibles, tecnología que es guiada vía
satélite y por supuesto no la tiene Pemex, y para lo cual necesita contratar
empresas extranjeras que requieren ser contratadas con 3 años de anticipación,
y el costo diario es de 500 mil dólares diarios, aproximadamente.
Esta
es una primera realidad, pero el asunto es ¿cómo abordarlo?, por ejemplo en la
reforma que se hizo en 2008, se incumplieron dos cosas: un bono de Pemex, que
cualquier ciudadano podía invertir en esa empresa; algo a lo que el sindicato
de Pemex se opuso y nunca se emitieron esos bonos; y la otra fue la
construcción de una nueva refinería en Tula, porque desde hace 20 años tenemos
la necesidad de contar mínimamente con otras 2 refinerías, aquella se proyectó
que el costo sería de 9 mil millones de dólares, proyecto que con el nuevo
gobierno del PRI se elevó a 11.5 mil millones de dólares, y hace unos meses fue
cancelado..
Empero,
el gran problema de Pemex es que no tiene autonomía de gestión, y por lo tanto
es trasquilado por la SHCP, la que lo obliga que pague más impuestos de los
ingresos que recibe; y este tema no fue abordado, si bien la actual reforma constitucional
jurídicamente es rara, porque los artículos transitorios son los que definen la
reforma, modalidad que borra la técnica legislativa y que arribamos a una nueva
forma jurídica para debilitar nuevamente al poder legislativo, a pesar de eso,
la reforma tiene un cierto grado de racionalidad y de visión prospectiva, como son: que el sindicato no pertenezca al
Consejo de Administración, el cuidado dela sustentabilidad del medio ambiente, la
creación del Fondo Mexicano del Petróleo, de la Comisión Nacional de
Hidrocarburos, de la Comisión Reguladora de Energía y que la iniciativa privada
podrá invertir.
Finalmente,
la reforma es limitada, porque no se pone énfasis en lo finito del recurso
natural, no hay un tránsito hacia la creación de otras fuentes de energía como
son: eólica, geotérmica, etc., es una reforma para el sector industrial y no
por una apuesta a impulsar tecnología para reducir dependencia tecnológica, inversiones
que por cierto vendrán hasta dentro de 3 años, además no se fortalece al
Instituto Mexicano del Petróleo, y lo más importante, el cumplimiento de esas
reformas, porque ya observamos que en lugar de continuar con la construcción de
la refinería en Tula, la deciden cancelar simplemente porque es otro gobierno.
Sólo espero que de la actual forma de gobernar, que es a través de spots y
anulando las consultas a la ciudadanía no se quede atrapada en los negocios
particulares de los exfuncionarios que han pasado por Pemex, la Secretaría de
Energía y otros organismos que nos han dado clases de patrimonialismo.
Eduardo de la Torre Jaramillo