Por Maryjose Gamboa
Carta de: Una rea más del secretario de Seguridad Pública del Estado.
Secretario Arturo Bermúdez, primero que nada reciba un saludo de parte de las y los reclusos a los que nunca visita para supervisar, el orden que presume existe y el trato que asegura se otorga “a todos los reos por igual” y por favor no lo tome usted como un reproche aunque de nuestros impuestos y el de nuestras familias salga el inmerecido salario que percibe usted y el resto de los sátrapas que le acompañan en el gabinete encabezado por el mayor de todos el gobernador Javier Duarte.
Es importante que no lo vea de esa manera ya que corremos el riesgo que quiera “reinvindicarse” y nos pase a saludar, con lo cual créame aumentaría de modo considerable nuestros problemas, que de por si no son pocos. Mas bien se lo comento porque me llama poderosamente la atención sus declaraciones del día viernes (me parece la información me llega por terceras personas y con dos o tres días de retraso).
En estas hace alusión a mi persona (a pregunta expresa de los reporteros en algún evento) como “una rea más) que por lo tanto “recibe el mismo trato que todos los demás”…No solo me sorprende la facilidad con lo que suelta la frase cuando le repito en la vid se aparece usted en algún reclusorio como para constatar “el trato” que se les da a los presos y presas, sino que además me quita usted la última esperanza que me quedaba que alguien en ese gabinete fuera por lo menos listo. Corruptos, ineficientes, sinvergüenzas e inmorales, no me queda la menor duda, pero de usted en particular tenía yo la idea por el seguimiento que como columnista doy a cada declaración y boletín (para mi ningún secretario es “un secretario más”, por su calaña merecen cada uno seguimiento personalizado), que si bien era usted un pedante y un patán, de mente fría y alma ponzoñosa, también tenía algo de inteligencia. Oh craso error!! Al parecer no termino de equivocarme. Al admitir que el trato que en el “penalito” recibo es igual al del resto de las y los reclusos, admite también que la violación de los derechos humanos que tanto hemos denunciado OFICIALMENTE (constan los documentos en Derechos Humanos Nacional, prensa y en los juzgados federales y estatales, mi familia, mis compañeros y yo no es relativa a un caso en particular, sino una manera de “operar” en los centros de reclusión en el estado.
Y en este sentido admite que dicha violación a nuestros derechos inicia desde el momento en muchas ocasiones, de la detención. Aunque el proceso legal como tal corresponda a la Procuraduría de “Justicia” del estado (dependencia de la que ya he expuesto se caracteriza por “fabricar” delincuentes a modo para cada caso y ordenar a Ministerios Públicos y Jueces del Estado como deben integrar expedientes y dictar sentencias), la encargada de custodiar a cada uno de los detenidos, indiciados o sentenciados, es la secretaria de seguridad pública a su cargo, a través de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social.
Desde el momento que fui trasladada al penal, empezamos los abogados que me defienden y yo misma a documentar la manera y las circunstancias en las que me encuentro recluida.
Así hemos hecho del conocimiento de las instancias correspondientes y de la ciudadanía en general, cada atropello, cada infamia, cada una de las bestialidades que se cometen y que hasta el jueves yo creía eran exclusivas de una servidora. Me horroriza pensar secretario Bermúdez, que aún con la crueldad y prepotencia que lo distinguen del resto (que ya es un decir) esta saña con la que he sido tratada, se replique de manera idéntica en cada una de las y los reclusos de Veracruz y que además se enorgullezca de ello.
Pensé que si estaba aislada del resto, sería porque Ángel Bravo no quería que siguiera contando las historias de sus “peligrosísimas” delincuentes, muchachas que en su mayoría no tienen ni la mas remota idea de que demonios les hablan, y a las cuales les imputan delitos que aunque no dudo algunas pudiesen haber estado involucradas) que no son ni se parecen los que de verdad pudieran cometer y menos las responsables de todo los que la Procuraduría (porque no puede meterse con los verdaderos líderes) de bandos criminales.
Ahora veo que el aislamiento también puede ser para que no denuncie que el igual que a mi a ellas también les niegan derechos que la ley te concede estés recluida o no, como por ejemplo el derecho a la salud.
Por segunda ocasión un juez federal ordena al penal, me valoren en un hospital y un especialista en columna vertebral, bueno pues por segunda vez no solo ignoran la orden, sino que además mienten con todo el cinismo del mundo y me preocupa no solo por mi, también por la joven que está próxima a dar a luz, y a quien si tratan como a mi, según usted secretario, le han negado cualquier atención que requiere.
Para empezar es MENTIRA que haya atención médica permanente. Las doctoras están de lunes a jueves, y los otros tres días “las cubre” por horarios un químico, que con todo el respeto que me merece, no tiene ni la más remota idea de cómo atender ni un resfriado y el cual da los medicamentos prescritos por las doctoras sin el menor cuidado. El sábado por ejemplo desde temprano mi familia trajo las pastillas para el dolor de espalda y brazos por el daño cervical agravado por las mismas condiciones de la celda, este me fue entregado hasta las cuatro de la tarde y porque lo solicite por milésima ocasión. “El químico fue a desayunar” me dijeron, imagino que a Ingrid (como se llama la embarazada) le dejarán indicado también que no se le ocurra parir entre viernes y lunes, porque entonces si no habrá quien disponga su hospitalización y considerando las horas que tarda desayunando el químico, pues entonces ya estuvo que el niño nace aquí mismo en el piso, porque no hay camas ni en la “enfermería” y lo bañaremos en la letrina porque tampoco hay baños, ni lavabos, ni regaderas.
Yo pediría secretario Bermúdez, que con la misma ligereza con la que suelta cualquiera de las sandeces de siempre, le responda usted a los familiares de cada presa o preso, y al resto de los veracruzanos ¿Qué hace con el presupuesto millonario destinado a los centros de reclusión?.
Instalaciones dignas, no lujosas, me queda claro, solo DIGNAS, no hay. La comida, en lo que usted dispone de casi cien mil pesos, diarios solo para “viáticos” según la información proporcionada por la propia dependencia y publicada por un compañero, los custodios reciben un informe al año y un sueldo miserable y los reclusos comen en la mañana ejotes con huevos, en la tarde algo que parece que algún momento tuvieron la intención de ponerle pollo, pero que terminó siendo un guiso bastante pobre acompañado de frijoles (que ahí le encargo los que duermen 25 en cada celda) y por la noche chayotes con queso, o en los días de gloria zucaritas con leche.
¿Cuánto está establecido como presupuesto diario de comida por cada recluso? No lo sé, ya solicité la información a través de mis abogados) pero me atrevo sin el menor temor a equivocarme que NO tiene nada que ver con la cantidad que realmente se destina.
Mientras los marinos hacen en una cocina improvisada pero limpia y bien armada su propia comida aquí junto y lo se porque ésta queda a un lado y justo debajo de mi celda la Secretaría de Seguridad Pública, la manda a hacer con un particular, que habrá que investigar quien es y cuanto cobra por cada desayuno, comida y cena, lo que sugiere puede ser un buen negocio de algunos, ya que hasta donde me quedé el chayote y el queso no se consideran alimentos caros.
Por último asegura usted Arturo Bermúdez, que mi familia no ha presentado ninguna queja formal, de acuerdo, pero entonces dígame sin un documento en el juzgado federal, una queja (bueno cien) en Derechos Humanos Estatal y Nacional y una carta abierta al gobernador, no son para usted una queja con todo respeto ¿A que pinche autoridad hay que dirigirse entonces? Y punto número dos y mas importante ¿Qué no se supone que NO VIOLAR Y RESPETAR LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS Y LOS RECLUSOS ES SU OBLIGACIÓN? Ahora resulta que hay que traer a la ONU y recorrer a la Corte internacional de la Haya para que dejen de comportarse como unas bestias y realicen y realicen el trabajo por el cual se les paga y con sobrada “generosidad”…
No Secretario Bermúdez, usted y el miserable gobierno por el cual trabaja se enredaron muy mal al tratarme de inculpar y condenar por un accidente que demostrado está fue eso, un accidente) Lo que como reportera pude haber investigado sobre procuración de justicia y operación de centros de reclusión en el estado, no se compara con lo que ésta experiencia en carne propia me ha permitido vivir y documentar..Por lo que remato esta misiva con una frase que aprendí aquí mismo, en el pedazo de infierno que son sus cárceles y a las que poco llegan auténticos delincuentes como los que ustedes bien conocen…”La vida es como un restaurante, tarde o temprano tienes que pagar la cuenta”…Aquí les voy sumando cuánto nos deben a los veracruzanos.
ATENTAMENTE
María Josefina Gamboa Torales (alias una rea más).
PD. Gracias por el “alias” ningún delincuente de mi estatura puede trascender sin uno.
FUENTE: NOTIVER
Carta de: Una rea más del secretario de Seguridad Pública del Estado.
Secretario Arturo Bermúdez, primero que nada reciba un saludo de parte de las y los reclusos a los que nunca visita para supervisar, el orden que presume existe y el trato que asegura se otorga “a todos los reos por igual” y por favor no lo tome usted como un reproche aunque de nuestros impuestos y el de nuestras familias salga el inmerecido salario que percibe usted y el resto de los sátrapas que le acompañan en el gabinete encabezado por el mayor de todos el gobernador Javier Duarte.
Es importante que no lo vea de esa manera ya que corremos el riesgo que quiera “reinvindicarse” y nos pase a saludar, con lo cual créame aumentaría de modo considerable nuestros problemas, que de por si no son pocos. Mas bien se lo comento porque me llama poderosamente la atención sus declaraciones del día viernes (me parece la información me llega por terceras personas y con dos o tres días de retraso).
En estas hace alusión a mi persona (a pregunta expresa de los reporteros en algún evento) como “una rea más) que por lo tanto “recibe el mismo trato que todos los demás”…No solo me sorprende la facilidad con lo que suelta la frase cuando le repito en la vid se aparece usted en algún reclusorio como para constatar “el trato” que se les da a los presos y presas, sino que además me quita usted la última esperanza que me quedaba que alguien en ese gabinete fuera por lo menos listo. Corruptos, ineficientes, sinvergüenzas e inmorales, no me queda la menor duda, pero de usted en particular tenía yo la idea por el seguimiento que como columnista doy a cada declaración y boletín (para mi ningún secretario es “un secretario más”, por su calaña merecen cada uno seguimiento personalizado), que si bien era usted un pedante y un patán, de mente fría y alma ponzoñosa, también tenía algo de inteligencia. Oh craso error!! Al parecer no termino de equivocarme. Al admitir que el trato que en el “penalito” recibo es igual al del resto de las y los reclusos, admite también que la violación de los derechos humanos que tanto hemos denunciado OFICIALMENTE (constan los documentos en Derechos Humanos Nacional, prensa y en los juzgados federales y estatales, mi familia, mis compañeros y yo no es relativa a un caso en particular, sino una manera de “operar” en los centros de reclusión en el estado.
Y en este sentido admite que dicha violación a nuestros derechos inicia desde el momento en muchas ocasiones, de la detención. Aunque el proceso legal como tal corresponda a la Procuraduría de “Justicia” del estado (dependencia de la que ya he expuesto se caracteriza por “fabricar” delincuentes a modo para cada caso y ordenar a Ministerios Públicos y Jueces del Estado como deben integrar expedientes y dictar sentencias), la encargada de custodiar a cada uno de los detenidos, indiciados o sentenciados, es la secretaria de seguridad pública a su cargo, a través de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social.
Desde el momento que fui trasladada al penal, empezamos los abogados que me defienden y yo misma a documentar la manera y las circunstancias en las que me encuentro recluida.
Así hemos hecho del conocimiento de las instancias correspondientes y de la ciudadanía en general, cada atropello, cada infamia, cada una de las bestialidades que se cometen y que hasta el jueves yo creía eran exclusivas de una servidora. Me horroriza pensar secretario Bermúdez, que aún con la crueldad y prepotencia que lo distinguen del resto (que ya es un decir) esta saña con la que he sido tratada, se replique de manera idéntica en cada una de las y los reclusos de Veracruz y que además se enorgullezca de ello.
Pensé que si estaba aislada del resto, sería porque Ángel Bravo no quería que siguiera contando las historias de sus “peligrosísimas” delincuentes, muchachas que en su mayoría no tienen ni la mas remota idea de que demonios les hablan, y a las cuales les imputan delitos que aunque no dudo algunas pudiesen haber estado involucradas) que no son ni se parecen los que de verdad pudieran cometer y menos las responsables de todo los que la Procuraduría (porque no puede meterse con los verdaderos líderes) de bandos criminales.
Ahora veo que el aislamiento también puede ser para que no denuncie que el igual que a mi a ellas también les niegan derechos que la ley te concede estés recluida o no, como por ejemplo el derecho a la salud.
Por segunda ocasión un juez federal ordena al penal, me valoren en un hospital y un especialista en columna vertebral, bueno pues por segunda vez no solo ignoran la orden, sino que además mienten con todo el cinismo del mundo y me preocupa no solo por mi, también por la joven que está próxima a dar a luz, y a quien si tratan como a mi, según usted secretario, le han negado cualquier atención que requiere.
Para empezar es MENTIRA que haya atención médica permanente. Las doctoras están de lunes a jueves, y los otros tres días “las cubre” por horarios un químico, que con todo el respeto que me merece, no tiene ni la más remota idea de cómo atender ni un resfriado y el cual da los medicamentos prescritos por las doctoras sin el menor cuidado. El sábado por ejemplo desde temprano mi familia trajo las pastillas para el dolor de espalda y brazos por el daño cervical agravado por las mismas condiciones de la celda, este me fue entregado hasta las cuatro de la tarde y porque lo solicite por milésima ocasión. “El químico fue a desayunar” me dijeron, imagino que a Ingrid (como se llama la embarazada) le dejarán indicado también que no se le ocurra parir entre viernes y lunes, porque entonces si no habrá quien disponga su hospitalización y considerando las horas que tarda desayunando el químico, pues entonces ya estuvo que el niño nace aquí mismo en el piso, porque no hay camas ni en la “enfermería” y lo bañaremos en la letrina porque tampoco hay baños, ni lavabos, ni regaderas.
Yo pediría secretario Bermúdez, que con la misma ligereza con la que suelta cualquiera de las sandeces de siempre, le responda usted a los familiares de cada presa o preso, y al resto de los veracruzanos ¿Qué hace con el presupuesto millonario destinado a los centros de reclusión?.
Instalaciones dignas, no lujosas, me queda claro, solo DIGNAS, no hay. La comida, en lo que usted dispone de casi cien mil pesos, diarios solo para “viáticos” según la información proporcionada por la propia dependencia y publicada por un compañero, los custodios reciben un informe al año y un sueldo miserable y los reclusos comen en la mañana ejotes con huevos, en la tarde algo que parece que algún momento tuvieron la intención de ponerle pollo, pero que terminó siendo un guiso bastante pobre acompañado de frijoles (que ahí le encargo los que duermen 25 en cada celda) y por la noche chayotes con queso, o en los días de gloria zucaritas con leche.
¿Cuánto está establecido como presupuesto diario de comida por cada recluso? No lo sé, ya solicité la información a través de mis abogados) pero me atrevo sin el menor temor a equivocarme que NO tiene nada que ver con la cantidad que realmente se destina.
Mientras los marinos hacen en una cocina improvisada pero limpia y bien armada su propia comida aquí junto y lo se porque ésta queda a un lado y justo debajo de mi celda la Secretaría de Seguridad Pública, la manda a hacer con un particular, que habrá que investigar quien es y cuanto cobra por cada desayuno, comida y cena, lo que sugiere puede ser un buen negocio de algunos, ya que hasta donde me quedé el chayote y el queso no se consideran alimentos caros.
Por último asegura usted Arturo Bermúdez, que mi familia no ha presentado ninguna queja formal, de acuerdo, pero entonces dígame sin un documento en el juzgado federal, una queja (bueno cien) en Derechos Humanos Estatal y Nacional y una carta abierta al gobernador, no son para usted una queja con todo respeto ¿A que pinche autoridad hay que dirigirse entonces? Y punto número dos y mas importante ¿Qué no se supone que NO VIOLAR Y RESPETAR LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS Y LOS RECLUSOS ES SU OBLIGACIÓN? Ahora resulta que hay que traer a la ONU y recorrer a la Corte internacional de la Haya para que dejen de comportarse como unas bestias y realicen y realicen el trabajo por el cual se les paga y con sobrada “generosidad”…
No Secretario Bermúdez, usted y el miserable gobierno por el cual trabaja se enredaron muy mal al tratarme de inculpar y condenar por un accidente que demostrado está fue eso, un accidente) Lo que como reportera pude haber investigado sobre procuración de justicia y operación de centros de reclusión en el estado, no se compara con lo que ésta experiencia en carne propia me ha permitido vivir y documentar..Por lo que remato esta misiva con una frase que aprendí aquí mismo, en el pedazo de infierno que son sus cárceles y a las que poco llegan auténticos delincuentes como los que ustedes bien conocen…”La vida es como un restaurante, tarde o temprano tienes que pagar la cuenta”…Aquí les voy sumando cuánto nos deben a los veracruzanos.
ATENTAMENTE
María Josefina Gamboa Torales (alias una rea más).
PD. Gracias por el “alias” ningún delincuente de mi estatura puede trascender sin uno.
FUENTE: NOTIVER