Por Maryjose Gamboa
En el “penalito” los reclusos están divididos de acuerdo a su situación jurídica. En una celda los que esperan que venza el término de las 72 horas, en otra los indiciados y en una más los que están próximos a recibir sentencia y por ende serán trasladados a otros reclusorios… Claro eso aplica para todos los demás no para mi, yo estoy en el limbo, y a los que estamos en el limbo no saben que hacerles a donde ponerlos, menos si tienes una crayola en la mano, uy no!. Ese objeto es considerado por el gobierno de Duarte de alta peligrosidad… Si señor.
Legalmente no hay un solo caso como el mío en todo el estado, los términos exactos mi abogado a cualquiera que lo sean lo entenderá, pero para fines prácticos, basta con decir que no tiene la Procuraduría NI UNA SOLA PRUEBA para sostener su teoría, el Ministerio Público lo sabía, al punto que no se atrevía ni a verme a los ojos horas antes de ser trasladada de los separos al “penalito”. El secretario del juzgado (ESTATAL) se limito a retranscribir lo que la Procuraduría del Estado le decía… Pobre muchacho por cierto no soy yo nada más la que está presa, también él, por que no se ve mala persona, temblaba cuando la nube de periodistas nos abordaron cuando fui a presentar mi declaración, sabía me imagino que no tenía opciones, o hacia lo que Duarte y su tripa parlanchina indicaba o seguramente lo correrían, optó por lo primero, y eso debe haberse sentido como una reclusión también.
Ahora se esfuerza porque se cumplan las dos órdenes que han girado para que me trasladen a un hospital… No hay quien le haga caso, no habrá (si me permite la predicción) porque el chiste es joder, y saben que hasta hoy estuve en sus manos, a partir de mañana BENDITO SEA DIOS,en las manos de jueces FEDERALES. Ellos tendrán que determinar si los procedimientos han sido los correctos y después, durante el juicio, quien de los involucrados en el accidente fue el responsable y en que grado.
Por eso le digo que todos los días que llevo aquí, esto en particular estoy en el limbo, saben que serán los responsables de las posibles lesiones permanentes de las cervicales porque no han dejado que entre un especialista y del hospital EL PROPIO REMIGIO ORTIZ QUIEN SIGUIO AL PIE DE LA LETRA INSTRUCCIONES DE DUARTE, me fue a sacar a la mala.
Prácticamente me quitaron el suero ellos, me treparon a una silla de ruedas y después me empujaron a una camioneta de la marina que llevaba rejillas, por lo que tuve que ir doblada y con unas nauseas tremendas por la manera en la que me sacaran, y porque me estaban poniendo para el dolor un medicamento tan fuerte como la morfina.
Recuerdo que un día antes del traslado me llevaron del Hospital General al Hospital De Maria, para hacerme unos estudios, porque la mayoría de los aparatos del general NO SIRVEN (de hecho las radiografías las mandan a revelar a la Cruz Roja) y hasta ahí en la sala de urgencias, llegaban los gritos de Remigio Ortiz a “sus” policías y a mi familia.
No me pregunte de donde agarre fuerzas pero me senté en la cama y le pedí que por favor me fuera a gritar a mi todo lo que le estaba gritando a lo demás porque eso era un Hospital, no el patio de su casa.
Bajó la voz inmediatamente y se me acercó, me dijo “es que así hablo yo”, le contesté “¿Y a poco le funciona? Porque al menos a mi no me impresionó ni un poquito, así que si me disculpa me voy a volver a acostar y sáqueme arrastrando usted y la bestia que lo manda…”
No se atrevió, a lo mejor , puede ser eso aunado a un problema MAYUSCULO que tiene referente a su vida personal pero en el que se comprueba que usó influencias para manipular documentos legales, hayan precipitado su salida, pero insisto no fue determinante.
Al final ese día logró que el hospital me pidiera que regresara al General ya que 60 custodios, marinos, israelitas y afganos, estaban espantando a su “clientela” …
“Remigio míreme, voy a confiar en su palabra y en el acuerdo que estamos firmando con la Comisión Estatal de Derechos Humanos, representada por Abraham y por favor oiganme bien los dos porque no creo que lo escuchen muy seguid… estoy CONFIANDO en ustedes “les dije” Los dos se rieron al momento, y seguramente más al otro día… A pesar de tantos años en esto, sigo confiando en quien no debo.
Al otro día Remigio Ortiz llegó con un batallón completo y ocurrió el traslado al “penalito” bajo las circunstancias que le describí al inicio. Remigio Ortiz supervisó y aceleró el traslado, pero lo ejecutó Nicolas Novelo, quien se comprometió a conseguirme un reposet (¿se escribe así? Nunca he escrito esa palabra) para tratar de sobrellevar el dolor de la espalda, brazos y entumecimiento de uno.
Totala que a partir de ese momento ninguno de ellos volvió a aparecer. Abraham de la Comisión Estatal de “Derechos Humanos” no volvió siquiera a contestar el teléfono por órdenes de Luis Fernando Perera Escamilla, fiel lacayo de Duarte, Remigio Ortiz, se dio por satisfecho cuando aseguró que si acaso me pasaran una almohada y una colchoneta para el piso (de 5cms de grosor) y Nicolas Novelo jamás volvió a dar la cara.
Confío que la pesadilla acabará pronto como pueden confiar las autoridades dedicadas a servir a Duarte y no a la justicia, que no quitare el dedo del renglón y que en conjunto con los casos que aquí he conocido, dedicaré buena parte del resto de mi vida (espero sea mucho) a vigilar sus actuaciones y a alzar la voz por miles de personas, que como en mi caso, están en la cárcel no porque la ley lo indique (clarísimo el tema del accidente, sobriedad, no temeridad, etcétera) si no porque el gobernador en turno se le dio la gana… AMEN.
P.D. Muchas gracias Ángel Fernández Ceballos por las picadas, medias noches, platillos voladores, y los incomparables LECHEROS de la Parroquia, que nos envío a las reclusas y a mi.
La comida supo a gloria, la solidaridad demostrada con el resto al cielo. ¡Muchas gracias!
FUENTE: NOTIVER
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