Para la diputada Federal del Movimiento de Regeneración
Nacional (MoReNa), Araceli Damián, la separación entre Estado e Iglesia comenzó
a desdibujarse desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, y en ese sentido
sostiene que la presencia del Papa es mediática, “se da para distraer, pues no
hay nada relevante en el espectro económico ni en la política. Se trata de
tapar la decadencia y utilizar la religiosidad del pueblo frente a la pobreza y
los crímenes”.
También de MoReNa, Emiliano Álvarez descalificó el entramado
mediático. “Vemos con preocupación la aceitada logística gubernamental y la
connivencia de los medios de comunicación con la administración de Peña Nieto
para hacer creer a la sociedad católica que las causas del gobierno son las
mismas que las de Jorge Mario Bergoglio”. Armando Luna, del PRI, puntualizó que
“hacer que las cosas vayan bien en México sólo depende de los mexicanos. Se
reconoce (sólo) en el ámbito espiritual la presencia del papa Francisco”. El
vocero de la fracción parlamentaria del PAN, Jorge López, endureció el tono, al
sostener que “la presencia de su santidad Francisco, de ninguna manera
representa el perdón para los pecados del gobierno de Enrique Peña Nieto y su
gabinete”.
En tanto, la Secretaría de Relaciones Exteriores calificó de
histórica la presencia del pontífice en Palacio Nacional y dijo que es muestra
de la madurez que ha adquirido la relación entre México y el Vaticano. A su
vez, Luis Videgaray, secretario de Hacienda, dijo que el discurso del papa
Francisco fue un mensaje “muy esperanzador, de concordia, de paz, de profunda
alegría para el pueblo mexicano”. Esta será, dijo, una semana inolvidable que
“nos invita a la reflexión de los problemas, las oportunidades y sobre todo del
amor y la concordia entre los mexicanos. Una inyección de ánimo
extraordinariamente positivo”. La gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich,
quien besó la mano del pontífice, dijo respetar la condición laica del Estado,
pero también defendió ese gesto debido a su apego católico.
En ese sentido, el
significado de la visita del papa Francisco en el país para el gobierno federal
fue objetado por diputados de PRI, PAN y Morena. Algunos consideran que
pretender abrazar las causas de Francisco como si fueran de México, “sólo son
buenas intenciones. La presencia del pontífice es mediática, pues trata de
tapar la decadencia; no vino al país a perdonar los pecados de Peña Nieto y su
gabinete”.
Pese a que durante la visita del Papa a Palacio Nacional también
acudió la clase política –entre ellos, el presidente del PRI, Manlio Fabio
Beltrones; Ricardo Anaya del PAN, y Agustín Basave, del PRD–, los legisladores
expusieron que la realidad del país sólo corresponde enfrentarla y resolverla a
los mexicanos y el quehacer espiritual reconfortará almas, pero no la pobreza,
la violencia y la constante violación a los derechos humanos. Así de simple…