Pedro Echeverría V.
1. López Obrador y Morena no son de
izquierda, de acuerdo a los “cánones” del marxismo tradicional, pero por sus
discursos, consignas y algunos hechos puede calificarse de “Centro izquierda”
porque no acepta la lucha de clases, es decir, la existencia de una clase
explotadora y opresora que, dominando y gobernando, ha sometido al pueblo
durante siglos; además AMLO sólo reconoce la vía electoral y pacífica –aunque
tarde siglos- para cambiar el país. Hasta ahora –a 28 días de asumir la
Presidencia- ha demostrado estar contra los partidos políticos que han
gobernado en país, pero hay que esperar porque de un día a otro o semana a
otra, las cosas pueden cambiar.
2. El problema es que en México la
izquierda desapareció desde 1977 cuando la burguesía política le despertó su
oportunismo ofreciéndole cargos, dinero, TV, subsidios; la izquierda -que
apoyaba huelgas, salía a las calles, combatía los procesos electorales, las
diputaciones, senadurías, gubernaturas, comisiones y subsidios- se hizo
“realista” y le entró a todo enterrando los principios ideológicos. Los debates
en la UNAM, en los centros de educación superior en los que participaban
maoístas, trotskistas, espartacos, anarquistas, guevaristas, se habían
intensificado, sobre todo después del golpe a los electricistas del STERM y
huelgas como la de SPICER y de Cuernavaca.
3. No olvido a decenas de amigos y
conocidos que se transformaron en flamantes diputados mientras a nosotros –ya
una minoría izquierdista- nos acusaban de sectarios y ultras. Así entramos a
los ochenta –la década de Reagan, Bush, la Thatcher y Juan Pablo II, así como
el total derrumbe de la URSS- y los 30 años de neoliberalismo. Pero también
aparecería el levantamiento del EZLN en México, los gobiernos de Chávez,
Morales, Correa, Lula, los Kirchner en Latinoamérica, como contrapeso al
imperio. La izquierda en México, en vez de radicalizarse, fue derrotada por la
clase dominante y transformada en una izquierda dócil que aprendió a acomodarse
a las oportunidades que ofrecía el Estado.
4. En este contexto político surge en
México el lópezobradorismo y el partido-movimiento Morena que ha sido combatido
con saña por los empresarios y la derecha política integrada por el PRI, PAN,
PRD. Después de sufrir dos grandes fraudes electorales en 1006 y 2012, este año
de 2018 obtuvo un abrumador triunfo electoral y ha obtenido la Presidencia.
Lleva 29 días en el gobierno y ha iniciado una gran obra de transformación,
pero aún no consolida nada. Señala el antropólogo y activista ligado al
zapatismo López y Rivas el diario La Jornada de hoy que “se requiere analizar
las bases que sustentan la Cuarta Transformación, que no deja ver con claridad
su estrategia programática ni legislativa.
5. Escribe López y Rivas que “el
combate a la corrupción, sin una ruptura con el modelo desarrollista, no sienta
las bases para un cambio de las dimensiones históricas de la Independencia
nacional, la Reforma y la Revolución de 1910. Negar la vigencia de la lucha de
clases en México, situarse como árbitro supremo de los conflictos sociales y pretender
mutar el Estado en un aparato redistributivo clientelar, no significan una
transición histórica de la República, ni mucho menos un cambio de época. Lo que
sucede es que se repite el mismo sectarismo que ha adoptado el EZLN pensando en
que los marxistas han tomado el poder en vez de apoyar todo el combate a la
derecha y luchar contra las tonteras de AMLO.
6. Pienso que López y Rivas hace una
buena enumeración de las principales demandas de AMLO, que –como dice- se
requiere analizar las bases que sustentan la “Cuarta transformación” para
presionar a radicalizar el lópezobradorismo hacia reformas en beneficio de la
mayoría de la población, pero hay que cuidarse de no caer en posiciones
sectarias que ayuden a que la burguesía recupere su dominio total. Yo estoy por
el apoyo total a todas las luchas contra el capitalismo, pero hay que evitar
las posiciones sectarias que nos aíslen del movimiento social. Estoy de acuerdo
que estamos, siempre hemos estado en tiempos de canallas; así será mientras no
logremos destruir y enterrar el capitalismo.