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Catorce documentos –que
forman parte del expediente México 2030, Proyecto de Gran Visión– revelan
los planes del gobierno federal para privatizar los sectores estratégicos y los
bienes de la nación.
Energía, agua, zonas de
reserva de la biósfera, salud, ciencia y tecnología quedarán en manos de la
iniciativa privada; además, se legalizará el lobbyng para que las
empresas nacionales y extranjeras hagan prevalecer sus intereses en el Congreso
de la Unión. El proyecto de nación de Calderón Hinojosa (en el que destacan la
extinción de Luz y Fuerza del Centro, la desaparición de la Secretaría de Energía
y la creación de una secretaría o instituto de infraestructura) fue ideado
antes del 1 de diciembre de 2006 por altos ejecutivos de trasnacionales,
empresarios, políticos del PRI y del PAN y académicos afines. Con este
trabajo, Contralínea inicia la publicación de una serie de reportajes
que abordan de manera detallada los principales objetivos del plan transexenal:
abolir la propiedad pública y legalizar el despojo
/ Primera parte
Otros textos de la serie:
Antes de asumir la
Presidencia de la República, el 1 de diciembre de 2006, el panista Felipe de
Jesús Calderón Hinojosa pactó la apertura total del país a los intereses
empresariales, nacionales y extranjeros. Su plan privatizador fue
nombrado México 2030, Proyecto de Gran Visión.
Catorce documentos
de trabajo que forman parte de ese plan –hechos públicos por la Presidencia–
revelan las estrategias para abolir la propiedad pública, identificada en el
Proyecto como “monopolios públicos”. También, para legalizar el despojo de
tierras, costas y recursos naturales en contra de campesinos, ejidatarios,
pescadores e indígenas.
Los documentos suman
831 páginas y contienen los resultados de los talleres temáticos convocados por
el presidente electo, entre julio y noviembre de 2006, y auspiciados por el
Fideicomiso para Apoyar el Cambio de Administración del Ejecutivo Federal.
El Proyecto
de Gran Visión se divide en cinco ejes: estado de derecho y seguridad
pública; economía competitiva y generadora de empleos; igualdad de
oportunidades; desarrollo sustentable; democracia efectiva y política exterior
responsable. Sólo el primero estaría exento de privatizaciones.
[bctt tweet=”País en
venta, #ProyectoMéxico2030″ username=”contralinea”]
Bienes de la nación en riesgo
De acuerdo con el
plan transexenal impulsado por Calderón Hinojosa, la energía, el agua, los
minerales e incluso las zonas de reserva de la biósfera y las playas encabezan
la lista de áreas que, “prioritariamente”, obtendrán “inversión privada”.
Ésos no son los
únicos beneficios para el sector empresarial, nacional y trasnacional, en este
sexenio: proyectos de prestación de servicios a largo plazo, conocidos como
PPS, en materia de salud, infraestructura carretera y educación les garantizan
desde fines de 2006 contratos multianuales. Como lo ha documentado Contralínea (número
122, “Ssa: contratos millonarios a empresarios panistas”), la vigencia de ésos
alcanza hasta 2025 y 2030.
Además, la
iniciativa privada y el gobierno de Calderón Hinojosa pactaron que el 70 por
ciento de la investigación en ciencia y tecnología se produzca por el sector
privado; a cambio, éste seguirá gozando de millonarias exenciones fiscales, se
desprende de los 14 informes inicialmente clasificados por la Presidencia como
confidenciales.
El doctor en
economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y posdoctor por
la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, Francia, Carlos
Antonio Aguirre Rojas, explica que la política de Calderón es fundamentalmente
una continuidad del neoliberalismo que México ha estado padeciendo desde 1982,
cuando gobernaba Miguel de la Madrid.
El también
investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM advierte que
el problema con los gobiernos panistas, tanto de Vicente Fox como del actual,
es la política económica antinacionalista que aplican: “entreguista
totalmente”.
Para Aguirre Rojas,
“la política de privatizar lo poco que le queda al Estado es una especie de
agudización extrema de esas políticas neoliberales. Ellos no se dan cuenta,
pero se están arriesgando a que en muy poco (tiempo) se dé en México una
situación como la que vivió Argentina en 2001; y lo digo porque una de las
fuentes fundamentales de la reproducción económica del Estado es el petróleo”.
Agrega que el
presupuesto de México se mantiene en un 50 por ciento de los ingresos
petroleros. Sin esos recursos, “el Estado mexicano va a quebrar como quebró el
Estado argentino en 2001. Y vamos a vivir una situación de hiperinflación
incontrolable, de devaluación brutal: no de 20 o 30 por ciento, como ya la
vivimos ahora, sino de 200 o 300 por ciento. La economía mexicana se va a
desestructurar como se desestructuró la economía argentina. Estoy preocupado
porque vamos caminando hacia eso con esta política privatizadora de Felipe
Calderón”.
Energía y agua,
objetivos reiterados
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Los 14 documentos
consultados por Contralínea indican que las “reformas
estructurales” impulsadas por el gobierno calderonista desde fines de 2006
facilitarán las “inversiones público privadas” en todos los sectores, pero, con
mayor énfasis, en el energético (hidrocarburos, electricidad) y en el
hidráulico.
Descubren que, para
ello, entre otras acciones será necesario eliminar la Secretaría de Energía,
“integrar” Luz y Fuerza del Centro a la Comisión Federal de Electricidad
–fusión impuesta el 11 de octubre de 2009 por medio del decreto presidencial
que extinguió a la primera compañía–, permitir que Petróleos Mexicanos cuente
con “participación accionaria del Estado, de fondos de pensión (e) inversión de
particulares, sindicatos y otros actores sociales”, y crear la secretaría o el
instituto de infraestructura.
Aguirre Rojas
explica que los proyectos de privatización han sido parcialmente exitosos,
porque entregan los bienes de la nación “de una manera secreta, encubierta”.
Pone como ejemplo la venta de la fibra óptica, “para lo cual fue necesario dar
este golpe artero al Sindicato Mexicano de Electricistas”.
En el ámbito del
agua, los documentos del plan de “Gran Visión” indican que se debe “invertir
inicialmente en proyectos ejecutivos del sector hidráulico, después en
saneamiento de cuencas”. En este último rubro, la “meta” es que “el 75 por
ciento de las cuencas hidráulicas del país estén limpias; ser líderes en el uso
eficiente del agua, del equilibrio de los acuíferos y la rentabilidad de los
productos” asociados.
En el eje de
economía, el proyecto reitera que el sector privado debe participar en la
infraestructura hidráulica para “reducir” las brechas de acceso al servicio de
agua potable.
Los informes también
detallan una mayor incidencia de la iniciativa privada incluso en las áreas de
reserva de la biósfera, por medio de las Unidades de Manejo para la
Conservación de la Vida Silvestre y el ecoturismo.
El economista e
historiador Aguirre Rojas advierte que, bajo el falso manto del ecoturismo y de
la recuperación de los recursos naturales, el gobierno está despojando a las
comunidades indígenas de los recursos que les pertenecen y que han cuidado
durante siglos.
Por ello, recuerda,
fueron violados los Acuerdos de San Andrés Larrainzar, “porque la concepción de
los compañeros indígenas neozapatistas era: ‘Si somos autónomos, tenemos
capacidad de decidir sobre nuestros propios recursos’; pero ahí el Estado iba a
perder justamente la capacidad de privatizar todos los bosques del sureste de
Chiapas, todos los recursos de uranio, minerales, la inmensa cantidad de agua
que hay ahí y que genera la tercera parte de la energía eléctrica de este
país”.
Los propios documentos
de la Presidencia de la República revelan un interés especial en el “desarrollo
del sur-sureste para reducir la desigualdad con el centro-norte”. Los planes de
intervención no sólo se limitan a Chiapas, donde se ubica el Ejército Zapatista
de Liberación Nacional; también abarcan Oaxaca (Ejército Popular
Revolucionario) y Guerrero (Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente).
Y aunque el Proyecto
México 2030 asegura que se respetarán a los legítimos propietarios de
las tierras y los recursos naturales, también revela que se creará una
normatividad que permita el despojo: “Una ley que impida que los expropiados o
antiguos propietarios de la tierra puedan oponerse o bloquear el proyecto. Esta
ley debe normar que estas personas podrán exigir un pago mayor mediante un
procedimiento establecido pero en ningún caso obstaculizar el desarrollo del
proyecto”.
Quizá te interese ver la
serie completa de reportajes de la Agenda Nacional de Riesgos
Previsible, más
pobreza
De 1982 a la fecha
se han privatizado, extinto, desincorporado y enajenado 585 entidades, 431
empresas públicas y 18 instituciones bancarias, indican datos otorgados por la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público a Contralínea, mediante la
Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental.
Al referirse a la
experiencia de las privatizaciones en México, Ana Luisa Nerio Monroy, maestra
en relaciones internacionales por la UNAM y coordinadora general del Centro de
Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, dice que el sistema capitalista viola
todos los derechos sociales.
“La política
neoliberal –señala– tiene muchos años de haber probado que no beneficia a la
población general; hay escasos beneficiarios: pequeñas elites que se
enriquecen. Por eso genera descontento social.”
Para la activista, en
México no hay una visión de Estado. “Calderón no es un estadista político; si
lo fuera, estaría viendo por las generaciones futuras, por lo que va a ocurrir
en años subsiguientes a su gobierno. Las estrategias que aplica son
inadecuadas: está priorizando la seguridad represiva y las privatizaciones, no
el tema de los derechos humanos, de los derechos sociales ni de la vida digna
de los mexicanos. Y es claro que con esas estrategias sólo está generando
descontento social”.
El doctor Aguirre
Rojas coincide: “Los que pagan la factura, como como iempre, son los obreros,
los campesinos, los indígenas, la gente que es expropiada de su tierra, a la
que le roban el agua, a la que no le respetan sus recursos, a la que le
destruyen el bosque, a la que le inundan un pueblo entero para crear una presa
que ingenieros decidieron hacer sin tomar en cuenta a las propias comunidades
ni las condiciones del terreno. Eso que hemos estado viviendo en México en el
último tiempo”.
Añade que la crisis
económica que está padeciendo el país es producto de las políticas
privatizadoras, “de la idea de decir: hay que privatizar hasta el agua, hay que
expropiarles las tierras a los campesinos y a los indígenas y volverlas
propiedad privada, hay que expropiar todos los recursos y venderlos; lo cual
explica, entre muchas otras cosas, la ofensiva terrible que ha estado
desarrollando el gobierno contra las comunidades neozapatistas en Chiapas. Éste
es un proceso que se está dando en todo el país”.
Puntualiza que
México está aplicando “las peores políticas y está tomando las salidas más
absurdas y más anacrónicas” respecto de la crisis cíclica que inició a mediados
de 2008: “Una crisis de ciclos económicos Kondratieff”. Agrega que, “cuando se
comparan las cifras de cómo se reaccionó o cómo impactó esta crisis económica
mundial de fines de 2008 hasta hoy en toda América Latina, el país que más
sufrió y que menos pudo enfrentarla fue México”.
El doctor en
economía subraya que el mundo en su conjunto ya está volviendo a lo que sería
la fase A de Kondratieff, con la aplicación de políticas neokeynesianas. Por
ello, tras criticar el atraso de México, que sigue aplicando políticas
neoliberales, recomienda tomar el ejemplo de Francia y de Estados Unidos,
países donde el Estado vuelve a intervenir y a regular el mercado.
La maestra Nerio
Monroy recuerda que “el mal manejo de la economía” ha derivado en el aumento en
el precio de la canasta básica. Además, “en el caso de los derechos civiles,
estamos observando que no se están generando empleos suficientes para tener una
vida digna”. Con ello, se restringe el acceso a otros derechos sociales como la
alimentación, la salud, la vivienda, la educación y el bienestar social.
La activista de los
derechos humanos considera que la política neoliberal de Calderón y de los
gobiernos que lo precedieron han incubado una serie de problemas sociales que
van a estallar en algún momento. “Ahora lo estamos viendo con el problema del
crimen organizado, que ya está afectando a personas inocentes”.
Agrega que “mientras
no haya una construcción distinta de la política neoliberal en México, una
verdadera transparencia en el uso de los recursos, mientras las elites
políticas no dejen de imponer sus intereses y no pongan como prioridad a las
personas que representan, se seguirán afectando los derechos sociales de la
mayoría”.
Imposiciones
autoritarias
La segunda ola de
privatizaciones se gestó mientras un amplio sector de la sociedad exigía el
recuento de los votos y llamaba “espurio” al presidente electo Calderón
Hinojosa, por el presunto fraude en el que habría incurrido en los entonces
recién concluidos comicios.
Para el historiador
y economista Aguirre Rojas, ante la falta de legitimidad del actual gobierno
federal, las privatizaciones sólo son y serán posibles por la vía de la imposición
y la represión.
“Como lo dijo
Gramsci y muchos teóricos políticos: para gobernar, los Estados se apoyan en
dos cosas, por un lado en los elementos de la fuerza, la policías y el
Ejército; por otro, en los elementos del consenso, es decir, en la credibilidad
que pueden crear en la población de que lo que están haciendo es necesario,
legítimo, válido, y por tanto les da un cierto apoyo social. El gobierno de
Felipe Calderón, que llegó con ese monumental fraude, tenía cero consenso. Las
bases de apoyo social de Felipe Calderón (actualmente) son superfrágiles”.
Agrega que el
presidente de México ha venido gobernando exclusivamente a través de la fuerza.
“Por eso el país está militarizado, por eso hoy tenemos ese triste liderazgo de
Ciudad Juárez, que es la ciudad más violenta no de México ni de América Latina,
sino del mundo entero: es más violenta que Bagdad, que la capital de Líbano,
que las ciudades palestinas de la Franja de Gaza, que están en guerra
permanente”.
El autor de América
Latina en la encrucijada: los movimientos sociales y la muerte de la política
moderna se pregunta “cómo puede ser que hayamos llegado a grados de
violencia peores que los de Medellín en el peor momento de las décadas de 1970
y 1980, de su historia violenta. Eso –explica– se debe a que Felipe Calderón
está gobernando sobre todo con el elemento de la fuerza y por eso ha sacado al
Ejército en todas las ciudades del país y utiliza a la Policía Federal y a las
policías estatales y municipales; por eso está criminalizando toda la protesta
social, lo cual también anuncia un colapso del propio Estado en términos de su
función política”.
Indica que no es una
casualidad que se haya puesto de moda el discurso de que México es un Estado
fallido, en crisis, inexistente, que no gobierna. Es un Estado que
efectivamente está en una situación de colapso, que está apoyado sólo en
elemento de la fuerza, con un consenso hiperfrágil y muy pequeño.
El historiador
identifica que es esa fuerza la que se está usando para imponer las medidas
neoliberales. “Por eso se le da ese ataque artero al Sindicato Mexicano de
Electricistas y después la privatización (de la fibra óptica). Por eso, de
repente, se inunda Juárez de soldados. Él está interviniendo del lado de unos;
no es que esté realmente combatiendo al narcotráfico: está combatiendo a
ciertos grupos del narcotráfico para beneficiar a otros.
“Él está usando al
Ejército y a la policía en Ciudad Juárez para beneficiar a un grupo y atacar a
otros; para golpear al SME y privatizar; para asustar a la gente y hacer pasar
sus reformas petrolera, laboral, fiscal”.
—¿Sería previsible
más represión?
—Desafortunadamente
sí. En la medida en que él no tiene consenso social, no hay sectores
importantes de clases que realmente lo apoyen. Entonces sólo le quedan estas
medidas por la fuerza.
El historiador y
economista observa, sin embargo, que “esto va a hacer que la protesta crezca,
que la gente empiece a movilizarse, que los movimientos se organicen más de
manera vertical y horizontal y que, espero, a partir de esto seamos capaces de
ponerle un alto a Felipe Calderón”.
[bctt tweet=”Energía,
agua, salud, ciencia y tecnología quedarán en manos de la iniciativa privada”]
Los convidados del
poder
Detrás de las
principales estrategias privatizadoras del plan México 2030, Proyecto de
Gran Visión, hay apenas 420 personas, no sólo de nacionalidad mexicana, también
extranjeras. En esencia, se trata de políticos del Partido Acción Nacional y
del Revolucionario Institucional, empresarios, altos ejecutivos de
trasnacionales, representantes de instituciones financieras y académicos
afines.
Entre los
empresarios, altos ejecutivos de trasnacionales e instituciones financieras
destacan: Juan Mijares, director de Asuntos Jurídicos Corporativos de
Microsoft México; Lawrence Harrington, exrepresentante del BID en México;
Cintia Angulo de Leiseigneur, presidenta y directora general de Alstom
Mexicana; Luis Farías Martínez, vicepresidente de Energía de Cemex; Tania Ortiz
Mena, directora de proyectos en Sempra Energy; Javier Elguea Solís, rector del
Instituto Tecnológico de Teléfonos de México y coordinador general de Bienestar
Social Telmex; Lorenzo Servitje, cofundador de Bimbo (beneficiado con
contratos tipo PPS en el ámbito de la salud, Contralínea 122).
Además, Ricardo
Pérez Schulz, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del Concreto
Premezclado y director de clientes especializados de Holcim Apasco; Enrique
Hidalgo, vicepresidente de Exxon Mobil en México; Ricardo Hernández
Murillo, especialista ambiental del Banco Mundial en México; Gabriel Ibarra,
director corporativo de Promoción del grupo ICA.
Federico Martínez Urmeneta, fundador
de la empresa Tradeco; Francisco Mota Velasco Torres Landa, subdirector de
Proyectos y Desarrollo Industrial de Ferromex; Guillermo Guerrero Villalobos,
director de la Empresa de Estudios Económicos y de Ingenierái; Iñigo de la
Borbolla Rivero, director de Proyectos Financieros del Grupo Financiero
Santander-México; entre otros. (NF)
“El México que
queremos”, según Calderón
El 21 de mayo de
2007, Felipe Calderón dio a conocer la versión pública de México 2030,
Proyecto de Gran Visión. Éstos son fragmentos del discurso del presidente,
destacados por la Presidencia de la República en el boletín entregado a los
medios de comunicación:
• “Hicimos esta
convocatoria con la firme convicción de que una perspectiva de largo plazo es
la única que puede abrir el espacio para la confluencia de distintos puntos de
vista, porque abre así el camino para los acuerdos que México necesita”.
• “Gracias a la
colaboración de todos, hoy podemos compartir con la sociedad una imagen de
México con vistas al futuro, sin ignorar nuestra historia, sin pretender
reinventar a la nación. Hacia el año 2030, cuando los niños que nazcan este año
cumplan 23, cuando los niños que están aquí cumplan 20 o 21 años, México tendrá
que ser distinto y mejor, tendrá que haber avanzado significativamente en todos
los sectores, tendrá que ser mejor y no en base a la casualidad (sic), sino en
base a la determinación, a la puesta en claro de lo que queremos y a la discusión
ordenada de cómo debemos hacerlo”.
• “La Visión México
2030 es una puesta en común por un desarrollo humano sustentable, una
descripción del México deseable y del México posible por encima de diferencias
de partido, de región o de religión”.
• “En el mundo del
siglo XXI no hay cabida para la improvisación o el azar, la velocidad de los
cambios nos obliga a anticipar el futuro no sólo para prevenir adversidades,
riesgos y obstáculos, sino también para aprovechar las oportunidades que se nos
presentan”.
• “México requiere
reformas que nos permitan acelerar el paso y alcanzar nuestras metas, reformas
que permitan lograr mayores tasas de crecimiento, mejores condiciones de vida,
mayores niveles de calidad educativa”.
• “Mi gobierno ha tomado la decisión
de que tanto el Plan Nacional de Desarrollo que habremos de presentar este mes
de mayo como los programas sectoriales que de él se deriven tomen como punto de
partida la visión México 2030, así habremos de hacer del periodo 2006-2012 el
primer gran paso hacia esa patria fortalecida, generosa, justa y solidaria que
todos anhelamos”. (NF)