18 de octubre de 2014

EL DESPRECIO A LA VIDA

Alejandro Solalinde y Raúl Vera

TEXTO IRREVERENTE


Por Andrés Timoteo
Dos voces respetadas en el país –de las escasas que hay- confirmaron  noticias dolorosas, mismas que aun cuando ya se sospechaban ahora cobran certeza. Son las del sacerdote Alejandro Solalinde, activista a favor de los migrantes, y del obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera, quienes señalaron, respectivamente,  que los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa están sin vida y que el gobierno federal nunca hizo nada por evitar el ataque la tragedia pese a que desde hace un año conocía los nexos criminales de las autoridades de Iguala, Guerrero.
 
Solalinde, quien es el encargado del albergue Hermanos en el Camino en Oaxaca y que en los últimos años se ha distinguido por su defensa de los extranjeros indocumentados, ha denunciado hasta el cansancio que México es una enorme fosa clandestina donde se arrojan los cuerpos de las víctimas del crimen organizado y de los delincuentes políticos, aseguró que sus fuentes le confirmaron que los 43 alumnos fueron asesinados y algunos quemados vivos.  Esa información la sabe el gobierno del copetón Enrique Peña Nieto desde hace días pero la retrasa porque evalúa el impacto político y está en el diseño de un operativo para atenuar daño mediáticos. 
 
“¿Qué es menos penoso para el sistema?, ¿decir que están calcinados con todo lo que implicó eso?, o decir que están desaparecidos y que no saben lo que les pasó, porque es menos impactante decir lo segundo, y además menos comprometedor, pero es más doloroso para los familiares tenerlos con la esperanza. El gobierno sabe muchas cosas, si está reteniendo la verdad es su responsabilidad, hay que decirlo, este manejo ya se contaminó y su manejo no es de justicia, es político”, dijo Solalinde.
 
Por su lado, monseñor Vera señaló que él mismo acudió el año pasado a la Procuraduría General de la República (PGR) acompañando a víctimas de activistas asesinados por el crimen organizado en Iguala y en cuyos homicidios  tuvo injerencia el ahora destituido alcalde de Iguala, José Luis Abarca. Se documentó lo que sucedía en la entidad bajo el gobierno de Ángel Aguirre Rivero y el procurador Jesús Murillo Karam hizo caso omiso. En el país, agregó, las autoridades desprecian la vida humana y ahí están las consecuencias.
 
 “Es un desprecio por la vida humana, un desprecio arrogante. (Es) una clase política que ha venido imponiendo este modelo donde el ser humano no vale, en donde solamente se atiende a las personas de alto nivel, que tienen riqueza, el resto no cuenta”, afirmó. Solalinde y Vera, de los pocos pastores  religiosos respetables en México y  coinciden en que se debe ir el gobernador Aguirre Rivero y limpiar todo el organigrama estatal que está infiltrado por el crimen. Esa premisa es válida para el gobierno federal y para muchos otros organigramas en el resto de los estados.
Hoy más que nunca la línea entre los delincuentes y los funcionarios públicos o representantes populares es tremendamente delgada. No se sabe cuáles son unos y cuáles otros.  ¿Qué viene para Guerrero?. Todos coinciden en que el gobernador Aguirre debe irse pero no decisión propia sino por destitución. Ahora se invoca la figura legal que por décadas fue casi un mito en México, la desaparición de poderes, la cual será decidida por el Senado de la República el martes próximo. En los hechos, los poderes ya no existen en Guerrero, no hay autoridad, solo cómplices de la delincuencia. Guerrero es el espejo de muchas otras entidades, entre ellas Veracruz.
 
PINGÜINOLANDIA
 
Claro, habrá quienes argumenten que el comentario anterior no aplica a Veracruz pues éste es una isla en medio del desastre en seguridad pública del país. El gobernante en turno, Javier Duarte de Ochoa ya reiteró que “aquí no pasa nada”, si acaso algunos delincuentes se atreven a robar “Frutsis y Pingüinos” en la tiendas de conveniencia. El Pingüino, ese villano de los comic de Batman, seguramente estaría celoso de Duarte de Ochoa porque convirtió a la entidad en Pingüinolandia, el lugar ideal para soñar, lo que él no pudo hacer con Ciudad Gótica.
 
Ahora que Duarte de Ochoa reveló que el móvil de las bandas criminales es apoderarse de toda la producción de pastelillos y bebidas azucaradas para desestabilizar las instituciones públicas cuando miles de consumidores salgan a protestar por el desabasto de la comida chatarra, también se pueden dar por explicados muchos de los robos que han causado revuelo en Veracruz. Para empezar, los hombres armados que en diciembre del 2013  irrumpieron en la residencia de la exvocera estatal, María Gina Domínguez en La Pitaya y se robaron una caja fuerte, no buscaban los 20 millones de pesos que allí tenía guardados sino seguramente eran los frutsis y pingüinos que acaparaba para su consumo personal.
 
También por acumular frutsis y pingüinos los tíos de la primera dama del estado, Ángeles Muñoz y José Tubilla, fueron el blanco de los ladrones en su domicilio de  Coatzacoalcos cuando en mayo pasado. La versión de que se llevaron varios millones de pesos, relojes Rolex, joyas de diseñador y otras prendas finas fue una cortina de humo para ocultar la sustracción de los chocorroles que ahí guardaban.  Lo mismo ocurrió con esos 180 millones de pesos que los criminales se robaron de la residencia que la exalcaldesa de Jalapa y dirigente estatal del PRI, Elizabeth Morales tiene en el municipio de Emiliano Zapata. En realidad ahí tenía una bodega repleta de  frutsis y pingüinos tan valiosos en la Pingüinolandia de Duarte.
 
En fin, Duarte de Ochoa develó muchas interrogantes y sus dichos también refuerzan la teoría de su secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez de que es urgente –ahora más que nunca- que todos se compren su perro para proteger lo más valioso que se tiene hoy en día: : los frutsis y los pingüinos. Vaya, el insulso alcalde de Jalapa, Américo Zúñiga en lugar de matar a los perros debería hacerle un favor a la ciudadanía y entrenarlos para localizar a todos esos pastelillos y refrescos que se llevan los maleantes. De mandarlos al patíbulo mejor que los mande a la academia de El Lencero para convertirse  en perros-policía. ¿No creen?.
 
Pero mientras eso sucede en Pingüinolandia, en el mundo real, taxistas del municipio de Coscomatepec reportaron como desaparecido a su compañero Alfredo Contreras Vázquez, detenido por la policía de Bermúdez durante el desalojo realizado la madrugada de jueves cuando bloqueaban la carretera federal Fortín de las Flores-Huatusco.  Temen que Contrers Vázquez se sume a la lista de personas detenidas por la SSP  que nunca vuelve a aparecer.  Los humoristas negros señalan que seguramente el taxista llevaba consigo alguna botella de Frutsi o un paquete de Pingüinos, y los eficientes  policías bermudianos lo apañaron porque seguramente formaba parte del Cartel de los Chocorroles.

FUENTE: NOTIVER

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