Por Jorge Cruz Ibáñez
Rumbo a la elección del 2012, gran cantidad de compañeros perredistas han llegado al consenso de votar por AMLO para presidente, pero sin el compromiso de depositar su voto para las demás candidaturas del PRD, esto es , no impulsaremos a candidatos a elección popular ( senadores y diputados ) por la sencilla razón de que no garantizan aportar la ayuda necesaria para la transformación política, económica y social que el país requiere. El paso en las diversas funciones públicas que han tenido han dejado mucho que desear; algunos , aprobando de manera acrítica o convenenciera la mayoría de las iniciativas priístas, dando la impresión de que mantuvieron una relación de contubernio con los gobiernos estatales en turno.
Fernando Belaunzarán en su aguda crítica hacia el partido mayoritario de la izquierda nos dice en sus reflexiones: El PRD nace para ser un instrumento de transformación del país y de la sociedad de acuerdo a un programa que responde a ideas y valores de una izquierda reformista, incluyente y democrática. Sin embargo, y no obstante los avances que ha tenido al llegar a gobernar a más de 20 millones de mexicanos, ha ido diluyendo su propuesta de cambio. Con el tiempo y el acceso al poder, el partido se ha ido volviendo más un elemento que reproduce el status quo que una fuerza transformadora. Esa es la razón por la que muchos ciudadanos que normalmente votaban por la izquierda se han abstenido o han anulado su voto.
En algunos estados el PRD aparece como comparsa del gobierno y se muestra incapaz de presentarse a la sociedad como alternativa. De esa manera se cultiva un desprestigio social para el partido difícil de revertir y deja a muchos ciudadanos de izquierda sin opción electoral . El problema no es el diálogo y la posibilidad de construir acuerdos con gobiernos de cualquier signo y otras fuerzas políticas sino que se calle ante lo que convalide proyectos turbios o cuentas públicas dudosas. Resulta pues inaceptable que el partido sacrifique su programa y se olvide del compromiso que tiene que alzar la voz y organizar a la ciudadanía contra las medidas que, de acuerdo a sus valores y postulados, sean incorrectas. El PRD debe recuperar su filo opositor, dejar de ser prisionero del pragmatismo y enarbolar en todo momento su programa .
El PRD existe sólo en unas regiones del país. En otras siempre ha sido una fuerza marginal. Lejos de solucionar ese problema, en diversos estados el perredismo pierde terreno hasta casi desaparecer.
Los comités municipales en muchos estados son entelequias y algunas direcciones estatales también. En no pocos lugares, el obstáculo principal para el crecimiento del partido es el grupo dirigente que siente amenazado su control con la llegada de liderazgos emergentes.
Estos son algunos de los elementos negativos que tiene el partido y que es necesario erradicar para construir uno nuevo con lo más fuerte de la izquierda que son sus ideas, sus causas, su ejemplo.
Ante la grave situación que vive México y ante una de las oportunidades importantes para lograr su transformación resulta un flaco favor a AMLO el acompañamiento de candidatos con poca presencia política y sin propuestas claras que convenzan al electorado.
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