Integrantes del Partido Verde defienden la “legalidad” de sus campañas y acusan al PRD de no cumplir con sus promesas. Foto: PVEM |
Por Ariadna Ortega
Desde su fundación en 1986, bajo el mando del ex priista Jorge González Torres, el instituto político ha sabido sacar provecho de sus aliados.
Así, en las elecciones del 2000 respaldaron la candidatura del panista Vicente Fox Quesada, pero al no obtener los resultados deseados rompieron con el partido de alternancia y desde hace 12 años han ido acompañando fielmente al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En 2003, cuando suscribió una coalición parcial con el PRI logró obtener 17 curules que aumentaron hasta 28 en 2009; en los comicios de 2006 consiguió 6 puestos en el Senado de la República y 16 escaños en la Cámara de Diputados.
En las pasadas elecciones del 2012, conformó con el PRI la Alianza por México, que llevó a la Presidencia de la República a Enrique Peña Nieto y la primera gubernatura verde en la historia del país con Manuel Velasco Coello como mandatario de Chiapas, quien obtuvo un millón 343 mil 980 de votos.
A decir del Partido Verde, para las elecciones federales del año 2009 y 2012, ha competido con su propio logotipo en las boletas electorales, por lo que el porcentaje de votos obtenido no ha dependido en lo más mínimo de las alianzas o coaliciones parciales que ha hecho.
Por su parte, Acuña Murillo explica que el PRI se beneficia también con los votos del Verde porque con eso logra la mayoría en la Cámara.
Para el representante panista ante el INE, el tema de las alianzas debe cambiar en la legislación mexicana porque “ya está visto que para lo único que sirven es para darle oxígeno a partidos que no tienen mayor representatividad ciudadana”.
Plantea que alianzas como la del PRI-PVEM son tramposas, porque aunque ya está prohibida la transferencia de votos, en los hechos lo implica y entonces hay un fraude y una simulación porque se otorga una representatividad a una fuerza política que no la tiene, como lo es el caso del Verde Ecologista.
Con esto coincide la académica de la Ibero quien comenta que como el partido siempre ha operado como “negocio familiar”, su estrategia es –no sólo para el Verde, también para otros partidos pequeños o nuevos– ir con los partidos grandes para mantener el registro.
“En términos políticos [PRI-PVEM] es una alianza conveniente que le está dando muchos dividendos [al Verde] estar con el partido en el poder”, dice.
Explica que le conviene porque “si el Verde llegara a gobernar, necesita al PRI porque él no tiene la estructura territorial, no tiene cuadros ni tiene la experiencia que tiene el PRI […] Pero el PRI posiblemente necesite al Verde porque necesita una cara fresca y esa cara fresca es la que están construyendo ahorita”.
El analista político del Tec plantea que las alianzas son una estrategia política de todos los partidos que buscan beneficios y en ese sentido todos son oportunistas. “Eso es la política”, dice.
Sobre la relación del PRI-Verde comenta que “en una primera instancia una ganancia [para el PVEM] es reconocimiento. Pero habría que ver cómo se traslada esa ganancia en intención de voto y por lo tanto en votos efectivos”.
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