8 enero, 2020
El Ejército Zapatista
de Liberación Nacional y Andrés Manuel López Obrador suman dos décadas en un
distanciamiento que se intensifca con la construcción del Tren Maya y otros
megaproyectos en el sur del país
El 2020 inició en el
territorio zapatista con el mensaje de que el EZLN defenderá el territorio
contra los megaproyectos con la vida si es necesario. En su mensaje, el
subcomandante Moisés se refirió de nuevo a López Obrador como el capataz que
sirve al gran patrón: el capital.
Como respuesta, el
presidente dijo que el mensaje está muy cargado de propaganda e ideología, y
reiteró que el gobierno federal no pretende quitarles el territorio.
En una alusión al
subcomandante Galeano, López Obrador argumentó que su trabajo con las
comunidades indígenas comenzó casi medio siglo atrás.
“Mucho antes que
algunos dirigentes de esa organización llegaran a Chiapas ya nosotros
trabajábamos, yo ya trabajaba en comunidades indígenas, ellos todavía estaban
estudiando y ya nosotros ya estábamos en las comunidades, y llevamos años así.
¿Y cuándo hemos reprimido a alguien?”.
Éste es sólo el más
reciente de los mensajes y desencuentros entre el EZLN y López Obrador, que
suman más de dos décadas. Y se han intensificado por las políticas
gubernamentales de implementar megaproyectos en el territorio mexicano,
principalmente por el Tren Maya.
Primer año nuevo
En 2019, sin
mencionarlo por su nombre, en el mensaje de año nuevo el Ejército Zapatista se
refirió a López Obrador como “tramposo”, “mañoso”, “loco” por querer trabajar
para ricos y pobres.
“Está consultando a que nos vengan a enfrentarnos, nosotros los pueblos originarios y en especial a nosotros, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, con ese su porquería Tren Maya y todavía ponen su nombre de nuestros anteriores. No lo aceptamos”, dijo el subcomandante Moisés.
Al día siguiente, en su
conferencia, López Obrador habló de sus encuentros presenciales con Marcos,
ahora Galeano, y negó tener problemas con algún integrante del EZLN.
“No tengo conflictos
con el subcomandante Marcos. Lo vi cuando estaba yo por entrar a dirigir el PRD
ya tiene algún tiempo, lo vi en San Cristóbal la última vez antes también lo vi
en Guadalupe Tepeyac, lo he visto dos veces o tres veces, pero no tengo ningún
problema con él ni con ningún dirigente del zapatismo”.
«Primero los huesos»
Tres días después de
que López Obrador ganó las elecciones presidenciales, en un mensaje firmado por
los subcomandantes Galeano y Moisés, el EZLN llamó a un encuentro de redes de
apoyo al Concejo Indígena de Gobierno.
Y como posdata, una
alusión a la frase obradorista de la campaña de 2006:
“No, nosotras,
nosotros, zapatistas, NO nos sumamos a la campaña ‘por el bien de todos,
primero los huesos’. Podrán cambiar el capataz, los mayordomos y caporales,
pero el finquero sigue siendo el mismo”.
La relación entre ambos
sectores, sin embargo, no siempre fue tan distante. En los primeros años
después del levantamiento, el EZLN trabajó de cerca con el cardenismo, el PRD y
López Obrador. Pero a el incumplimiento en 2001 de los Acuerdos de San Andrés por
parte de todos los partidos, incluido el PRD, que López Obrador había dirigido,
fue el principal detonante del rompimiento.
A partir de ahí, los
mensajes y pronunciamientos se han ido acumulando.
El gobierno de la
capital
En un comunicado publicado el 1 de febrero de 2003, aún en el gobierno capitalino, López Obrador fue acusado por el EZLN de mostrar que el arte de la simulación en la política seguía siendo efectivo.
En una segunda carta,
publicada ese mismo día, el EZLN destaca a AMLO como una persona con cuyo
pragmatismo buscaba encaminarse a ganar las elecciones presidenciales.
Al año siguiente, el 10
de abril de 2004 es la fecha identificada como el rompimiento definitivo entre
el EZLN y el PRD del que aún formaba parte López Obrador. Habitantes de
Zinacantán, bases de apoyo zapatistas, fueron emboscados por integrantes del
PRD. Al menos 125 familias fueron desplazadas y hubo decenas de heridos.
«El huevo de la
serpiente» y la Otra Campaña
Quizá el calificativo
que más recuerda López Obrador se dio un año antes de su primera elección
presidencial de 2006, cuando las encuestas lo colocaban por encima de todos los
aspirantes a la Presidencia.
El Subcomandante
Insurgente Marcos publicó un mensaje en el que compara su programa social con
los realizados con el salinismo. Se refirió al tabasqueño como el “huevo de la
serpiente”, que en ese entonces “anidaba” en el gobierno de la Ciudad de
México.
EL EZLN lanzó la Sexta
Declaración de la Selva Lacandona y se reunió con organizaciones y colectivos
que la habían suscrito. En enero de 2006, el EZLN inició lo que llamó la Otra
Campaña, que corrió en paralelo con el proceso electoral oficial rumbo a los
comicios por la Presidencia. En esos recorridos los mensajes de la agrupación
marcaron una distancia acentuada con los partidos políticos, incluida la
coalición que impulsó a López Obrador.
15 de octubre 2016
En octubre de 2016, con
el anuncio zapatista de que buscarían la candidatura presidencial con una
mujer, que después se sabría fue Marichuy, López Obrador reclamó desde su
cuenta de Twitter la postura del EZLN durante los comicios presidenciales en
los que el político había participado.
“El EZLN en 2006: era ‘el huevo de la serpiente’. Luego, muy ‘radicales’ han llamado a no votar y ahora postularán candidata independiente”.
Más tarde en una gira,
matizó: “lo único que puedo decir es que tienen todo el derecho de participar”.
Sin embargo, recordó el distanciamiento que entonces tenía una década:
“Desde hace 10 años,
ellos no apoyan a nuestro movimiento, que al contrario en el 2006 llamaron a no
votar por nosotros”.
En una entrevista con
el periódico La Jornada, publicada un año después de que ganó las elecciones
presidenciales, López Obrador recordó el calificativo.
“Muchos creen que somos
iguales, esto pasaba con el zapatismo. Marcos llegó a decir que éramos el huevo
de la serpiente, y que era mejor no votar”.
El periodista e
investigador Luis Hernández Navarro, coordinador de Opinión del diario La
Jornada, señaló que el Centro Fray Bartolomé informó que había vuelos rasantes
en las zonas zapatistas y mucha tensión.
López Obrador calificó
la información como «fantasía» e insistió que su proyecto es distinto a
gobiernos anteriores.
“A veces la ideología
obnubila. Todos debemos quitarnos la carga ideológica y ser muy realistas. No
vamos a afectar a las comunidades. Al contrario, la mayor parte de los
beneficios están orientados a los pobres. No vamos nosotros a reprimir a
comunidades indígenas”, dijo el mandatario.
Tiempos de convergencia
En el libro, el Sueño
zapatista (Anagrama, 1997), en una entrevista con el sociólogo francés Yvon Le
Bot, el entonces subcomandante Marcos explicaba las afinidades entre lo que se
concentraba en el PRD -que más adelante iba a dirigir López Obrador-, y el
EZLN.
“Se trata de caminos divergentes, pero que coinciden en esa base social, o más bien en ese síntoma, en esa ‘enfermedad’ de protesta, de rebelión, de resistencia de la sociedad mexicana”.
Pero el insurgente ya
adelantaba lo que desde su perspectiva significaría la figura de López Obrador
con un puesto más cercano al poder.
“El aparato partidario
hace su trabajo sobre la gente. López Obrador no es el mismo dirigiendo la toma
de los pozos petroleros en Tabasco que diciendo no a la designación del fiscal,
tiene que tomar en cuenta otras cosas, se va a relacionar con otro tipo de
gente, con el poder directamente, ya no como opositor, sino como jefe de un
partido político, el tercero más grande de México, y con todas esas variables
se va a transformar”.
El pragmatismo de AMLO
En entrevista, el
filósofo Enrique Dussel, uno de los ideólogos del movimiento obradorista,
adelanta que siempre que habla del zapatismo será para bien.
“No puedo de ninguna
manera criticar y, sobre todo que eso pueda ser entendido como una crítica al
proyecto de fondo, al zapatismo. Yo admiro y siempre que hablo del zapatismo
hablo bien”, advierte.
Dussel explica desde su
perspectiva cuáles con las razones del distanciamiento entre el mandatario y la
organización.
“Opinan que la posición
de López Obrador no es suficiente, que no es una posición revolucionaria, como
a ellos les gustara. No puede serlo en la situación real del voto y en la
relación de México con sigo mismo y con Estados Unidos.
“López Obrador tiene
una visión muy pragmática, real, muy atenida a las posibilidades concretas. No
está en la posición de un Fidel Castro, que va a ser una revolución. Sino que
va a ser una transformación que inaugure las posibilidades de hacer cosas de mayor
posibilidad con el tiempo.
“Algunas personas del
EZ creen que eso no es suficiente, que ese reformismo es querer tapar el sol
con un dedo y de ahí viene el desencuentro. Yo estoy apoyando el proceso de la
Cuarta Transformación porque veo que es lo posible, lo que habría que hacer que
triunfe y que tenga una herencia que profundice el proceso y que vaya a la
línea del frente zapatista con el tiempo. Y eso a veces serán decenios de
lucha. No podemos anticipar.
El filósofo argumenta
que los mensajes de confrontación no salen desde el ahora presidente, sino del
zapatismo.
“López Obrador nunca ha
criticado al frente (zapatista), eso es un signo de sabiduría. Algunos en el
frente (zapatista) han criticado Andrés Manuel López Obrador, es un signo de impaciencia”.
Foto: Cristian Pinto
«No hay absolutos»
“¿Quién lidera el
proceso revolucionario en México?» —se pregunta Dussel y él mismo responde:
«No es el zapatismo
quien lidera este proceso. Tampoco es López Obrador. Eso se va a ir haciendo
lentamente. Hay a veces una cierta competencia para decir quién es el más
verdadero. No hay ninguno verdadero en la política de manera absoluta. Hay
procesos. Y no es relativismo sino realismo”.
Sobre el Tren Maya, el
filósofo opina que la participación de los zapatistas en la guía de estos
proyectos aportaría una visión que cuide sus comunidades, más que el rechazo de
la obra.
“Es verdad que a veces
grandes obras pueden producir efectos negativos. Pero también: si estas grandes
obras las dirigen los indígenas mismos, con un gran apoyo, esas grandes obras
serán en su beneficio, teniendo en cuenta que toda gran obra tiene efectos
negativos. Hay que hacer lo posible, que los positivos sean mayores, pero que
no todo quede como está porque sino no avanzamos.
“López Obrador quiere
hacer obras que benefician al pueblo y den trabajo. Puede producir efectos
ecológicos y en las costumbres negativos, de lo cual él mismo no tenga del todo
conciencia. Eso se podría corregir con una profunda y amplia participación de
los indígenas, y no simplemente decir ‘No, me quedo fuera, critico todo’. Y
entonces la obra va a faltar de muchos beneficios. Por qué no participaron los
que debieron de participar dirigiendo las obras.
Dussel asegura que López Obrador tiene la mano tendida. «La tiende porque lo necesita». El investigador lamenta que las comunidades zapatistas no colaboran, aunque asegura que entiende sus razones: «creen que es una traición a sus proyectos. Hay que discutir los proyectos para llegar a un diálogo».
—¿Es el Ejército Zapatista
la verdadera oposición al gobierno de López Obrador?
—La verdadera oposición
al gobierno de López Obrador es el gran capital, los grupos de las drogas, la
criminalidad, la derecha. Estos son los enemigos reales. El zapatismo debería
ser un amigo. No colabora suficientemente, tiene sus razones, y debo decir que
son válidas. A la larga se verá cómo se van
dirimiendo. Pero de ninguna manera es el opuesto. Es un aliado
estratégico a la larga».
El académico destaca,
sin embargo, que es importante que el el Ejército Zapatista se mantenga crítico
frente al gobierno de López Obrador y que guarde distancia.
“Poniendo condiciones
pero participando. Poniendo condiciones y al mismo tiempo guardarse de no ser
aplausos ineficaces, guardar una distancia crítica que les permita criticar
cuando sea necesario. Pero es mucho mejor que una actitud externa que de hecho
reciben beneficios pero no lo aceptan y que también producen menos beneficios
porque su colaboración sería muy importante».
Disputa por base social
El investigador Luis
Hernández Navarro ve una clara disputa por la base social del gobierno federal
hacia el EZLN. Para ello, explica, usa tres métodos: programas gubernamentales
como Sembrando Vida, indigenismo de Estado desde el Instituto Nacional de los
Pueblos Indígenas (INPI) y un proceso organizativo de grupos indígenas
cooptados por el poder, como los que hicieron una ceremonia en la toma de
posesión presidencial el 1 de diciembre de 2018.
El coordinador de
opinión de La Jornada, sin embargo, cuestiona si otro movimiento, incluido
Morena, el partido del presidente, podría convocar a las más de 3 mil mujeres
tan diversas como las que acudieron al Encuentro de Mujeres que Lucha en
diciembre pasado en la Selva Lacandona.
Desde la perspectiva del investigador, el gobierno de López Obrador sí tiene oposición, tanto de derecha -con casos como el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios-, como de izquierda, representados principalmente por el EZLN y el Congreso Nacional Indígena.
“El gobierno de López
Obrador tiene distintos signos, se mueve entre distintas aguas, pero una de sus
apuestas es por los macroproyectos. Ahí hay una resistencia real de muchas
fuerzas abajo. Ya hemos visto lo que ha pasado a López Obrador con Zapata, que
declaran este año el de Zapata y no puede y no pudo participar en el
aniversario en Chinameca (Morelos)».
Templete vacío en
Chinameca el 10 de abril del 2019 que AMLO no asistió al centenario luctuoso de
Zapata, día de protesta de campesinos y activistas. Foto: Daliri Oropeza
Luis Hernández advierte
que el diagnóstico de López Obrador sobre la oposición a los megaproyectos y el
zapatismo luce erróneo. Primero, en colocar al obradorismo como el único
movimiento social pacífico en México y después en llamar conservadores a
quienes disienten.
“Primero él dice: ‘hay
una confrontación entre los que creemos en la transformación por la vía pacífica
y los que creen en la transformación por la vía armada, y les ganamos y
demostramos que por la vía pacífica se puede’. Eso es equivocado, porque los
zapatistas no han disparado una bala desde el 12 de enero de 1994. La
contradicción no está ahí, está en el proceso de autorganización de la gente».
Lo segundo, apunta Luis
Hernández, es llamar conservadores a quienes se oponen a sus proyectos.
“El no quiere reconocer
que tiene una oposición a su izquierda y es tan legítima como cualquier otra
oposición. Y eso no los vuelve conservadores».
Tercero: no reconocer
que proyectos como el Corredor Transísmico o el Tren Maya que tienen la
oposición de pobladores, son megaproyectos.
López Obrador se
enfrenta a la contradicción de llevar a cabo megaproyectos que durante su
campaña se comprometió con pobladores a detener, como el Proyecto Integral
Morelos o la Presa El Zapotillo, en Temacapulín, Jalisco.
“El problema es que él en campaña se había comprometido otra cosa. Hay una falta de autocrítica, de no aceptar que hay un cambio conjunto. Hay una actitud de descalificar».
El investigador
advierte una desesperación en el gobierno federal para apurar los
megaproyectos, debido a la presión que pudiera estar recibiendo por parte de
los inversionistas.
«El gobierno no tiene
dinero ni para el tren Maya ni para estos proyectos. Necesita inversionistas,
pero los inversionistas quieren tener garantías de que no va a haber una bronca
en el sentido de protestas, como ha sucedido por ejemplo con las gaseras. Siento
entonces que el gobierno está muy desesperado por eso”.
Tensión en aumento
Luis Hernández prevé que vendrá mucha más tensión en la relación del gobierno federal y el EZLN y sus bases.
“Como están las cosas
vamos a una fase de mayor tensión mayor confrontación. El discurso de los
zapatistas en este diciembre fue más tranquilo que el de diciembre del año
pasado. Sin embargo la reacción del presidente fue de mucho mayor alarma. Otra
vez creo que no están leyendo bien.
Nuevas movilizaciones
en el 2020
Este martes el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional en conjunto con el Congreso Nacional Indígena
y la Asamblea Permanente de Amilcingo convocaron a movilizarse a una jornada de
protesta contra los megaproyectos que impulsa el gobierno mexicano en el territorio
nacional, entre ellos el tren Maya el Corredor Transísmico.
Las manifestaciones
están previstas para llegar a la Ciudad de México.
Las “Jornadas en
defensa del territorio y de la madre tierra Samir Flores Hernández” ocurren un
año después del asesinato de la activista contra el Proyecto Integral Morelos.
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Andro Aguilar
Periodista de la Ciudad
de México. Hecho en CU. Empeñado en entender el mundo a través del periodismo y
sus personajes. En constante aprendizaje. Admirador de las grandes historias.
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