El hijo
del comunicador, Cuauhtémoc Germán Romero González, se refirió al peregrinar
que han vivido desde aquella mañana en que su padre fue acribillado en el
puente del bulevar Reforma, en la localidad de Potrerillo. Más allá de la
indiferencia institucional por parte de la Fiscalía General del Estado, a cargo
de Verónica Hernández Giadans, lo que pesa es el impacto emocional, aseguró
Romero González.
El crimen
cimbró a la región de las Altas Montañas y expuso una vez más la vulnerabilidad
de los comunicadores en Veracruz. "Hace dos años fue la última vez que vi
la carpeta de investigación", recordó Cuauhtémoc Germán, en aquel
entonces, la administración anterior de la Comisión Estatal de Atención y
Protección a Periodistas (CEAPP) mantenía un vínculo con la Fiscalía, lo que
les permitía revisar el expediente. Desde entonces, el acceso se perdió
totalmente. "Hace un año cambió la administración en la CEAPP y ya no
sabemos si el departamento jurídico que llevaba el caso sigue siendo el mismo.
No hay
comunicación, no hay claridad, no sabemos absolutamente nada”, lamentó. Romero
González señaló que, aunque la familia puede acudir directamente a la Fiscalía,
cada visita es muy desgastante. "Hace tres años, cuando fuimos, la carpeta
no tenía ningún avance, hoy ya ni preguntamos, porque sabemos que si uno no
insiste, nadie te dice nada". El hijo de Jacinto Romero Flores señaló que,
por salud mental, ha decidido apartarse de las noticias relacionadas con el
caso. “Ya no quiero saber qué pasa, cada vez que nos dicen algo es como echar
sal a la herida, uno empieza a sentirse un poco estable y vuelves a caer, es
volver a revivir todo lo que pasó, y eso te destroza, por eso prefiero no
preguntar más", sostuvo. Aunque en su momento se reportó la detención de
cinco personas vinculadas al asesinato, Cuauhtémoc asegura que cuatro ya
recuperaron su libertad, y el presunto autor material estaría detenido en otro
Estado de la República, sin embargo, no hay certeza de nada. "Hasta donde
sé, el abogado nos dijo que ya estaba detenido, pero nunca tuve la confirmación
oficial, y ya no quise insistir, la verdad, uno entiende que nada de esto va a
devolvernos a mi papá", expresó.
Para la
familia Romero González, el caso de su padre es una muestra de cómo opera la
impunidad en Veracruz y en México. "Si en cuatro años no ha pasado nada,
difícilmente pasará. Si el Estado quiere reducir cifras de casos sin resolver,
que lo haga. Si no, tampoco cambia nada. Para nosotros la ausencia sigue siendo
la misma", señaló. El hijo del periodista reconoció que, aunque el dolor
no desaparece, la vida te obliga a continuar., "Tratamos de vivir lo más
normal posible. Es lo único que podemos hacer. Porque estar esperando justicia
que no llega es condenarse a vivir en una herida abierta permanente",
lamentó.
Jacinto
Romero Flores fue un comunicador cercano a la gente, conocido por su voz en la
radio y por acompañar las luchas sociales de la región de las Altas Montañas,
su muerte fue un golpe no sólo para su familia, sino para colegas, amigos y
para aquellos sectores populares a los que siempre dio espacio en su micrófono.
A cuatro años y días, la exigencia de justicia persiste, pero entre expedientes
olvidados y autoridades omisas, lo que se impone es la memoria y el legado de
un periodista que no calló, y de una familia que aprendió a resistir aun en
medio del abandono institucional. Así las cosas.
Gobernantes

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