Como cada año, el mandatario sale al balcón central del Palacio Nacional. Exclamando ante la multitud concentrada en el zócalo capitalino tres "Viva México", en honor a las palabras que el sacerdote Miguel Hidalgo, considerado el padre de la patria mexicana, pronunció el 1810. O al menos en teoría.
No se sabe si realmente Hidalgo arengó a pleno pulmón al pueblo de Dolores para que se sublevaran contra el Virreinato de la Nueva España.
"En aquella época, 'grito' se entendía como "convocatoria" para dar algún tipo de aviso parroquial. Y era frecuente que los sacerdotes dieran estos gritos en distintos lugares frente a la feligresía", explica el historiador Alejandro Rosas.
Rosas, autor del libro 'Mitos de la Historia Mexicana', también aclara que en verdad el llamado del cura se produjo en la madrugada del día 16 y no en la noche del 15, algo en lo que coinciden la mayoría de los historiadores.
Sin embargo, la razón por la cual este levantamiento se celebra ahora un día antes sigue siendo motivo de discrepancia.
"Desde la década de 1840, el grito se celebra el día 15, ya que el 16 iniciaba sesiones el Congreso. Con esta modificación se quería evitar que ambos actos cívicos coincidieran en un mismo día", cuenta Rosas.
Otras voces sostienen que el cambio de fecha fue obra del mandatario Porfirio Díaz, quien presidió la República a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Según el filósofo mexicano Jaime Labastida, "probablemente" Díaz (nacido en Oaxaca un 15 de septiembre) quiso adelantar el grito para tener una fiesta de cumpleaños digna de los llamados héroes de independencia.
¿QUÉ DIJO HIDALGO?
La fecha del levantamiento no es el único mito de la historia del Bicentenario. Tampoco las palabras que hoy pronuncian los gobernantes son las mismas que despertaron la lucha de los criollos hace dos siglos.
"Prácticamente se tiene certeza de que lo que gritó Hidalgo fue "muera el mal gobierno", en referencia a los franceses, que por aquella época tenían invadida España, "viva Fernando VII" y, por último, "viva la santa religión", cuenta Alejandro Rosas.
"La idea del grito actual es recordar a los héroes que iniciaron la guerra de independencia, pero cada presidente va acomodando el grito a sus circunstancias", añade. "Por ejemplo, Vicente Fox gritó 'Viva la democracia', y Luis Echevarría dijo 'Vivan los pueblos del Tercer Mundo'".
Ni rastro, por tanto, del "Viva México" que hoy retumba en el Zócalo.
"Hidalgo nunca lo pudo decir porque México no existía como tal. Tampoco dijo viva la Patria", coincide Labastida, director adjunto de la Academia Mexicana de la Lengua.
Y paradójicamente, aseguran los expertos, el héroe de la independencia Hidalgo tampoco habría exigido la emancipación completa del territorio.
"Realmente buscaba más una autonomía, quizás más libertad para los criollos de la Nueva España. Lo que sí hizo Hidalgo fue dar el primer paso (para una futura independencia), herir de muerte al Virreinato", dice Rosas.
UNIDAD E IDENTIDAD
Entonces, ¿por qué cada año se mantienen los actuales cantos en la plaza más famosa de la ciudad de México, a pesar de su cuestionable fidelidad a las palabras de Hidalgo? ¿Y por qué estos mitos se adhirieron al imaginario colectivo del país?
En parte, cuentan los historiadores, porque durante décadas sirvieron para construir o afianzar el sentimiento de unidad nacional.
"Las revoluciones las inventan los historiadores", dice Jaime Labastida.
Por eso, apunta Alejandro Rosas, "la noche del grito permanece como un elemento que nos convoca a todos los mexicanos incluso en los momentos más terribles de nuestra historia".
Y finaliza: "Durante mucho tiempo nos enseñaron unos personajes que eran prácticamente superhéroes, seres perfectos. Nunca nos enseñaron que Hidalgo ordenó matanzas injustificadas de españoles. Para nosotros, él era Superman", bromea. La de los mitos, dice, "era la historia oficial durante el siglo XX".