Por: José Miguel Cobián
El martes 26 de Octubre de 2010, el Tribunal Federal en su sala regional con sede en Xalapa, declaró que no había razón para reconocer los agravios presentados por el PAN y por el PRD, PT, y Convergencia, en contra de la elección de Javier Duarte de Ochoa como gobernador constitucional del estado de Veracruz. Por lo tanto, Javier Duarte tomará posesión el próximo 1 de diciembre como sucesor de Fidel Herrera Beltrán.
Bien hizo el tribunal federal electoral en analizar todas las pruebas y todos los agravios presentados por los partidos de oposición. Quedó de manifiesto, que últimamente, quienes pierden una elección en las urnas, buscan ganarla en la mesa de un juzgado. Hoy sin embargo, vemos que a pesar de los errores y fallas que tuvo la organización de la elección, se ha respetado la voluntad ciudadana, y resulta claro que las revisiones y los conteos voto por voto, lo único que han hecho ha sido confirmar los resultados que originalmente se dieron a conocer a la opinión pública.
Personas de partidos de oposición que han estado presentes en las revisiones de Coatzacoalcos y Córdoba me han comentado que ha resultado un fiasco el aparente triunfalismo de la oposición al enterarse de que procede el conteo de votos, pues con las actas en la mano, lo único que han hecho, ha sido corroborar que los representantes de casilla de cada partido político hicieron bien su trabajo, ya que al comparar las actas levantadas el día de la elección con las cuentas que se presentan al abrir las urnas, generalmente no ha variación, o la variación resulta mínima, tan mínima que al querer usar esa variación como argumento para anular la casilla, los magistrados no conceden la anulación, debido a que el error representa una variación significativa en el resultado de la elección. Todo lo anterior demuestra también que los errores han sido involuntarios pero de buena fe, pues tanto los representantes ciudadanos como los de los partidos políticos en cada casilla han constatado el resultado y han firmado las actas.
Tengo la esperanza de que los partidos que impugnaron prácticamente la mayoría de las elecciones y la mayoría de las casillas de cada presidencia municipal, de cada distrito electoral y la de gobernador aprendan la lección, pues impugnar por impugnar demuestra su falta de vocación democrática, al intentar violar la voluntad expresada en las urnas. Mi deseo es que pronto tengamos en México y en particular en Veracruz, elecciones en las cuales el perdedor acepte su derrota y se retire, dejando al ganador comenzar a realizar su trabajo previo a la toma de protesta.
El día que esto escribo, tuve la oportunidad de coincidir con el presidente electo de Ixtaczoquitlán, quien me causó una excelente impresión ante su emoción por cumplir correctamente con su cargo, ante su inocencia política al presentarse convencido de que los intereses y compromisos políticos estarán lejos de su administración y con la fe de quien está decidido a realizar un buen trabajo por su pueblo. Enhorabuena para Paco Amador, quien cuenta entre sus consejeros con un excelente ser humano, con experiencia y conocedor del medio político en el que Paco pronto se desenvolverá, me refiero a Don Alejandro Cerón, a quien el Don le queda como anillo al dedo, pues resultó ser un señorón de los que pocos quedan en el país.
Otro presidente municipal electo que ya está trabajando activamente por el futuro de su pueblo es César Torrecillas, quien con mucho ímpetu y emoción reunió a representantes consulares del estado de Veracruz para un primer contacto, con el fin de poner a Fortín en las mentes de posibles visitantes de todos esos países, y la posibilidad de lograr intercambios culturales, médicos, estudiantiles y profesionales, además de buscar atraer alguna inversión para su municipio.
Son muchos los próximos servidores públicos que viven la esperanza de dejar un mejor mañana para sus comunidades. Quien esto escribe está seguro de que muchos de ellos llegarán a buen puerto dentro de tres años, y en particular, felicitamos al estado de Veracruz, porque seguro en seis años estará mucho mejor de cómo ahora lo deja quien también avanzó mucho en su sexenio, el apreciado Fidel Herrera.