Profesores de la escuela de bachillerato oficial B han rechazado el nuevo modelo de evaluación que las secretarías de Educación Pública (SEP) y de Educación de Veracruz (SEV) quieren imponer antes de finalizar el año.
Los catedráticos denunciaron que con este nuevo modelo de evaluación copiado del extranjero las secretarías de educación pretenden maquillar las estadísticas negativas de egresados en el país.
En entrevista para La Jornada Veracruz, los docentes hablaron –quienes prefirieron guardar el anonimato– de lo que han considerado el inicio de la privatización de la educación pública en México.
El nuevo modelo de evaluación, explicaron, permitirá a los maestros “regalar” una calificación de cinco a los alumnos de nivel medio superior con el fin de que haya más egresados.
“Actualmente nosotros aplicamos exámenes, con base en ello nosotros asignamos la calificación. Si un alumno saca en la primera prueba dos, para la siguiente se tiene que esforzar para sacar un buen promedio. Lo que ahora quiere la SEP y SEV es que, una de dos, cambiemos nuestra forma de evaluación revisando evidencias, o, si reprueban, les regalemos el cinco”, explicó una profesora.
Prácticamente, agregó, con ese nuevo esquema los alumnos ya no se esforzarán para estudiar pues nada más poniendo su nombre en los dos exámenes podrán pasar.
Los docentes dijeron no oponerse a las nuevas formas de enseñanza y aprendizaje, sino a la forma en que las dependencias de educación planean sacrificar la verdadera enseñanza para disfrazar las estadísticas negativas de egresados.
“Sólo están buscando disfrazar las estadísticas, hacen (los funcionarios de la SEP y SEV) las cosas desde el escritorio. En el fondo sólo se trata de negocios, de beneficiar a las escuelas de paga”, protestó una docente.
Reunidas en un salón de clases, las catedráticas dijeron que para aplicar ese tipo de evaluaciones –calificar por medio de evidencias– es necesario tener un grupo de 15 o máximo 20 alumnos, sin embargo actualmente tienen hasta 50 en cada aula.
“Necesitamos tener mejores condiciones infraestructurales para aplicar este esquema. Estas personas no se han puesto a pensar que, en algunos casos, hay profesores que tienen 50 alumnos en un aula, y atienden hasta cinco grupos, jamás terminaríamos de revisar”, reclamó.
Lamentaron que el gobierno quiera hacer cómplices a los profesores de las irregularidades en la educación, tratando de imponer este tipo de métodos calificativos sólo para maquillar el bajo número de egresados.
“En el fondo hay una justificación de fundar escuelas privadas, desde hace más de 30 años no se funda una universidad pública. Este modelo pretende ser la justificación de privatizar la educación en el país. Otra vez quieren hacernos cómplices”, dijo.
La educación no es de lo peor, replicó una maestra, quien acusó a los medios de comunicación de ser partícipes de una campaña desfavorable a nivel nacional.
"La educación pública la están tratando de pisotear y de hundir, es parte de una campaña nacional de los medios de comunicación. Ejemplo claro somos nosotros –la escuela oficial B– estamos entre las mejores escuelas del país, tenemos alumnos destacados, alumnos que ingresan a la UNAM, a las mejores universidades, primeros lugares en Química”, comentó.
Insistieron en que el gobierno quiere privatizar la educación pública, y beneficiar a las escuelas de paga y afectar a los alumnos: “esa es parte de una campaña, el gobierno no quiere responsabilizarse de la educación”.
Los alumnos también están en contra de este nuevo modelo, se sentirán inútiles porque se les regalará un cinco sin hacer nada, ellos mismos se oponen, comentó una docente.
Dijeron no estar en contra de los cambios en la educación, sino en la forma en la que se pretende perjudicar a los alumnos regalándoles calificaciones.
“Es cierto, la calidad educativa en México no es buena, pero por eso nosotros queremos cambiarla, estamos de acuerdo en los nuevos modelos, en las nuevas técnicas de enseñanza. Sin embargo, no estamos de acuerdo con los titulares de educación”, replicó una maestra.
Dijeron estar cansados de que el gobierno, la SEP y SEV tenga una campaña negativa en su contra, por eso, sostuvieron, se opondrán a toda iniciativa que perjudique la enseñanza de los alumnos de bachillerato.
“Nosotros quisiéramos que quienes diseñan estos tipos de programas vinieran aunque sea un día y estar frente a un grupo, se dieron cuenta de que no es fácil. No tenemos instalaciones adecuadas, no se puede al 100 por ciento”.
Es por ello que, sin decir fecha tanto profesores como alumnos del bachillerato oficial B comenzarán con una serie de protestas en contra de los nuevos modelos educativos y de la privatización de la educación pública.
A estas protestas invitaron a todos los demás docentes de otras instituciones para unirse y juntos “trabajar en beneficio de los alumnos y no de las estadísticas”.
Desde el pasado fin de semana, en gran parte del edificio lucen algunas cartulinas en rechazo a la nueva forma de evaluación que tanto la SEV como la SEP pretenden aplicar.
En días pasados, el investigador profesor en la Maestría en Inteligencia Artificial de la Universidad Veracruzana (UV), Manuel Martínez Morales, advirtió que el Centro Nacional de Evaluación de la Educación Superior (Ceneval) es parte de las políticas neoliberales utilizadas por los gobiernos para privatizar la educación pública en México.
“Desde finales de la década de los 80 se empezaron a implementar, como parte de las llamadas políticas neoliberales, una serie de políticas orientadas a las universidades públicas con el objeto de empujar la educación hacia la privatización, particularmente en el ámbito de la educación superior”, dijo en ese momento.
“Cuando dije –continúa el profesor Martínez Morales– que la política está orientada a abrir mucho capital, pues quiere decir que quieren hacer de la educación un negocio. Aquí si uno cumple los requisitos es fácil abrir una universidad; no estoy de acuerdo en que un bien público, como es la educación, se convierta en un bien privado”, explicó.