Por José Miguel Cobián
Leo asombrado la cabeza de la noticia: ¨Reconoce EU a PGR y SSP¨. Inmediatamente me llama la atención, porque en los últimos días hemos sabido que en USA no tienen muy buena percepción de los cuerpos de seguridad mexicanos. Leo en detalle y veo que México se integra (Después de varios años pues se inició en 1996) al proyecto AMBER de los Estados Unidos, y que por ello le entregaron un reconocimiento a al titular de la PGR y a Genaro García Luna de la Secretaría de Seguridad Pública federal.
Este proyecto AMBER tiene la finalidad de vincular a organizaciones no gubernamentales, con autoridades nacionales y de Estados Unidos para manejar alertas tempranas en caso de desaparición de menores de edad.
La nota dice que se otorgaron distinciones a través del ministro consejero de la Embajada el Sr. John Felley. Entonces comienzo a entender el asunto. Siguiendo el viejo lema de ¨piensa mal y acertarás¨, especulo sin ninguna base lo siguiente:
15 años tiene el proyecto AMBER y apenas hasta ahora México se integra, a pesar de tener una de las tasas más altas de desapariciones de menores de edad en el mundo. Esto implica que los promotores de integrar a México sudaron la gota gorda y hoy festejan con un diploma enmarcado entregado a los dos funcionarios mencionados.
El gobierno de Felipe Calderón está ávido de que los ciudadanos de México perciban a sus fuerzas de seguridad como útiles y eficientes, así se disfraza la nota con un titular que engaña a la población, haciendo pensar que el gobierno americano apoya a García Luna y a Marisela Morales. En el caso de Marisela, ella es nueva en la PGR y seguramente está cosechando algo que tramitó su antecesor. En el caso de García Luna, conociendo su amor por los reflectores cualquiera lo consideraría como el autor intelectual de la publicación de la nota, sobre todo cuando últimamente se especula en los corrillos que saben del bajo mundo mexicano, que el supuesto apoyo que el gobierno ha otorgado a un cártel en su lucha contra el resto de los cárteles mexicanos pudiera ser una estrategia de la DEA (la agencia antidrogas americana), para entenderse únicamente con un grupo y no con varios, lo que explicaría que Calderón escogiera la lucha contra el crimen organizado para legitimarse como presidente, lanzando a las fuerzas armadas a una aventura con las sangrientas consecuencias que todos conocemos.
Si originalmente se especulaba de la relación de García Luna con un sector del crimen organizado, hoy el cuestionamiento va más allá, generando en el imaginario colectivo, complicidades allende nuestras fronteras, y asumiendo el titular de la SSP el papel de simple receptor de instrucciones desde Washington. Así, la noticia en comento, hace pensar en un manejo mediático y distractor de la opinión pública, orquestado desde la SSP o quizá desde la propia presidencia de la república.
Mientras tanto, habrá una reunión del gabinete de seguridad en Estados Unidos y México se queda sin funcionarios de primer nivel en este rubro que es el principal problema del país pues Calderón estará presente en Roma en la ceremonia de beatificación del papa Wojtila, quizá como un creyente más, o quizá para aprovechar el júbilo de muchos mexicanos y sacar ventaja política de su presencia en dicho evento. El tiempo dirá cuál fue su verdadera razón, pues se rumora que en la casa presidencial no ofician ministros católicos.
Y en medio de ello, el PRI en el congreso de pelea con el PRI en el congreso, en un caso los senadores frenando iniciativas que convierten a México en una dictadura militar, precio que Peña Nieto quiere pagar por el apoyo del sector castrense a su candidatura, y los diputados frenan el proyecto de reforma política por ser conocida con Ley Beltrones, para quedar bien con Peña, olvidando que son representantes de los mexicanos y no deben estar buscando tan vergonzosamente la chamba del próximo sexenio. Como lo que viene conviene, creo que el pleito intestino entre Peña y Beltrones puede a la larga ser beneficioso al país. El riesgo que se corre es que en el corto plazo sea beneficioso una vez más para la derecha conservadora. Tan beneficioso como la lucha fratricida entre López Obrador y Ebrard en el lado izquierdo del espectro político.