ROSA ISELA QUIRINO VERA / ORIZABA.- La construcción de una macrohidroeléctrica en Amatlán de los Reyes ya alertó a habitantes de seis municipios del centro del estado, quienes rechazan la realización de la misma pero, con fundamentos señalan los inconformes.
Primero manifestaron el cauce del río Blanco, dicen, será desviado de su ruta; segundo, tierras que actualmente producen café van a desaparecer y, tercero, presumen filtraciones de aguas contaminadas a los mantos freáticos que surten la zona. Dicha inconformidad presentada por Jairo Guarneros Sosa, mediante un escrito que entregara a los medios de comunicación y mediante el cual expresan las causas de dicha hidroeléctrica a los municipios de Amatlán de Los Reyes, Naranjal, Córdoba, Ixtaczoquitlán, Orizaba, Río Blanco, Nogales, Coetzala y Omealca.
“El proyecto hidroeléctrico el Naranjal consiste en desviar la mayor parte caudal del río Blanco, poco después de que se le una el río Metlac, que nace en el Pico de Orizaba y conducirlo por 22 Km (sic) a través de varias localidades del municipio de Amatlán para alcanzar dos tanques reguladores en la parte alta del cerro San José de Gracia, para luego mediante tuberías conducir el agua (aprovechando un desnivel de 250 m) hacia la localidad de Xúchiles –en el municipio de Omealca–, donde se encontraría la casa de máquinas”.
Para ello, dice el documento, se construirá un canal de conducción “a cielo abierto de 14 metros de ancho y 21 kilómetros de longitud a cielo abierto con sifones (capacidad de 120 mil l/s), ancho 14 metros”. Este canal de conducción “atravesará el municipio de Fortín (Villa Libertad y San Martín), Córdoba, Cuichapa (Barrio Guadalupe, Rancho Filmar, Dos Caminos) y mayormente Amatlán de los Reyes (Acayojalpan, El Porvenir, la Joya, el Otate, Colonia La Toma, la Patrona, Amatlán)”.
Aunque además, tendrá dos tanques reguladores: “En la parte alta de la Sierra San José de Gracia (municipios de Yanga y Cuichapa) utilizados para la siembra del café; un tanque –denominado uno–, de una extensión de 21.9 hectáreas, con capacidad de almacenamiento de 2.1 miles de millones de metros cúbicos, y el tanque dos, de 10 hectáreas, con capacidad de almacenamiento de un mil millones de metros cúbicos y a una altura aproximadamente de 700 metros sobre el nivel del mar”.
Estima que el inicio del embalse y sus desgravadoras serán una de las primeras cosas que se construirán. El tiempo estimado de construcción tardará dos años “desde que empiece la limpieza y desmonte”. No obstante, señalan que el manifiesto de impacto ambiental –MIA– está autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), pero condicionado desde enero del año pasado.
En tanto no se descartan las afectaciones ambientales, pues consideran que “el ecosistema fluvial del río Blanco se le dejará un ‘caudal ecológico’ de dos a tres metros cúbicos, cuando el gasto anual medio es de 40 metros cúbicos, debido a que el gasto promedio turbinable es de 37.4 metros cúbicos y se requiere de mil 180 metros cúbicos al año. Todos los cálculos hechos a partir de la estación hidrométrica del Naranjal”.
Y es que Además, el proyecto requiere de 106 hectáreas de uso permanente y, en efecto, se estima que habrá una afectación al régimen hidrológico del río Blanco; inundación de vegetación; efecto barrera sobre biota acuática; emisión de gases invernadero; retención de sedimentos, para ello indicaron se contempla erogar mil 250 millones de pesos sólo el 2.5 por ciento se destinará a obras y acciones ambientales.