30 de abril de 2012

Duda Proceso de capacidad de gobierno de Veracruz para esclarecer crimen

www.fotover.com.mx
A través de una editorial, el Semanario Proceso puso en duda la capacidad del gobierno de Veracruz para esclarecer el crimen de la periodista Regina Martínez y castigar a los responsables.

“Respecto de esa investigación que está a cargo del gobierno de Veracruz, Proceso es escéptico”.

“En una reunión con el gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa, en la ciudad de Xalapa, a unas cuantas horas del asesinato de nuestra compañera, la directiva de Proceso lo expresó así ante la promesa retórica de que ‘se investigará hasta las últimas consecuencia’. No les creemos y se los hicimos saber”, indicó el semanario.

Proceso añadió que el asesinato de Regina Martínez Pérez se inscribe además en el contexto de “un país descompuesto, de una situación de violencia cotidiana en la que actos extremos no son la excepción sino la regla cotidiana”.

“Esta situación la comparte Veracruz con la mayor parte del país”.

Y añadió: “al crimen abonó el ambiente de hostilidad y aun de acoso en el que la prensa independiente se ve obligada a cumplir sus funciones”.

“En nuestro caso, son reiterados el secuestro y la compra masiva de ejemplares por parte de quienes se sienten afectados por lo que publicamos. En ocasiones, nos hemos visto en la necesidad de ocultar en el anonimato el nombre de nuestros reporteros, enviados especiales y corresponsales en sus trabajos sobre temas de seguridad”.

Informacion: Plumas Libres.

Veracruz, “territorio peligroso para el periodismo y luchadores sociales”, denuncian

Paralelo a la manifestación que realizaron periodistas en la Ciudad de México, en Xalapa unos doscientos comunicadores, académicos, ciudadanos en general y líderes de organizaciones sociales se manifestaron la tarde de este domingo en el centro de la capital para exigir el freno a la ola de violencia e inseguridad que vive la entidad y el castigo a los responsables del asesinato de la periodista Regina Martínez.

En la marcha y protesta que recorrió las principales calles de la ciudad y la Plaza Lerdo de Xalapa, desfilaron académicos como Alberto Olvera, Alfredo Zavaleta, Manuel Reyna Muñoz, María Esther Hernández Palacios, Eckar Boege, líderes de organizaciones como Ángel Pérez Silva, Francisco Domínguez Canseco, Ángeles Muñoz, Meyela García, representantes campesinos, entre otros.

“Que sirva su muerte para recordarnos que el compromiso con la verdad es mucho más grande y en ese sentido a Regina no le daba miedo, lo tenía bien asumido en su vida personal y profesional”, expresó Yadira Hidalgo, integrante del CIDEM.

“Es una mujer que ha marcado la historia del periodismo no sólo en Veracruz sino a nivel nacional, era una mujer respetada”, añadió.

Alberto Olvera, investigador de la UV, leyó un texto en el que académicos repudiaron los hechos.

“El cobarde asesinato de la valiente periodista Regina Martínez el pasado 28 de abril en Xalapa, es una afrenta intolerable al gremio periodístico de México y de Veracruz, a la libertad de expresión y a la lucha por la democratización de los medios de comunicación en nuestro país”.

En la misiva, exigieron “la inmediata aclaración de este terrible asesinato, señaladamente grave por sus obvias connotaciones políticas. La impunidad en que permanecen los demás asesinatos y agresiones a periodistas en Veracruz, especialmente los sucedidos en 2011, demuestra la incapacidad o el desinterés del gobierno estatal o ambas cosas en la tarea de resolver crímenes contra un gremio cuya seguridad es central para la vida democrática”.

Ángeles Muñoz, leyó otra misiva a nombre de los integrantes del Colectivo por la Paz, región Xalapa, en el que expresó que Veracruz “se ha convertido en un territorio peligroso para los periodistas, defensores de los derechos sociales y para todo aquel que tenga una voz crítica que ejerza la libertad de expresión”.

“Ya basta de matar a gente inocente”.

“Exigimos justicia y cárcel a los asesinos materiales e intelectuales de este crimen y para ello hace falta crear una fiscalía especial”.
 
“Las organizaciones de la sociedad civil y los periodistas amigos de Regina solicitamos una inmediata reunión con el procurador de Justicia y con el gobernador Javier Duarte de Ochoa para exigir justicia y transparencia en este caso. Exigimos claras medidas de protección a los periodistas comprometidos con el derecho a la información y a la libre expresión. Hoy le han arrebatado la vida a Regina como a muchos periodistas que se han atrevido a hablar con objetividad y compromiso social, hoy han callado su voz, pero harán que muchas más exijan justicia”.

Cabe destacar que durante la marcha, los compañeros de la periodista originaria del municipio de Gutiérrez Zamora, lanzaron críticas al gobierno de Javier Duarte de Ochoa, porque con su muerte suman seis los casos de comunicadores asesinados en su administración, entre los que se encuentran los casos de Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana, Yolanda Ordaz, de Notiver, Noel López Olguín, entre otros.

La marcha circuló por calles del primer cuadro de la ciudad y terminó con un mitin en la Plaza Lerdo.

Compañeros de la periodista recordaron los tiempos en que esta comenzaba como reportera del diario Política y en una estación de radio desaparecida, así como su paso por la corresponsalía del diario La Jornada.

En el centro de la plaza fue colocada una ofrenda con veladoras y fotos.

El adiós a Regina

A la memoria de Regina Martínez
 
MÉXICO, D.F. (apro).- Un cielo triste se percibió en la ciudad de Xalapa alrededor de las tres de la tarde del domingo, cuando reporteros, activistas, académicos, miembros de ONGs y sociedad civil marcharon por todo el centro de la ciudad de Xalapa para recordar la honestidad, la incorruptibilidad y la intachabilidad de Regina Martínez, corresponsal de Proceso y reportera del diario Política, asesinada cobardemente en su vivienda el sábado 28 de abril.
 
Diez minutos antes de la marcha, en medio de la plaza Lerdo y aun con restos de tiza que pedía un alto a la tauromaquia, una señora vestida de blanco colocó un ramo de flores blancas, amarillas y rosadas, al que minutos después, más personas le anexarían veladoras que simularían la forma de una cruz.
 
Algunos de los marchantes salieron de la plaza Xallitic, a tres cuadras de la plaza Lerdo, integrados por organizaciones civiles como la del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Zapateando, La vida, Cuauhtémoc entre otros, que lanzaron las siguientes diatribas en contra del gobierno:

Gobierno fascista/que mata periodistas; Fidel y Duarte/amigos de la muerte
 
Al llegar a la Plaza Lerdo, emblemática por las manifestaciones en contra del gobierno, el grupo se detuvo un momento para seguir prendiendo veladoras, y gritar al unísono: Regina, presente.

Después, el grupo mezclado ya con reporteros y algunos editorialistas, de alrededor de un centenar de personas, retomó la caminata. Personas que pasaban, se miraban desentendidas mientras otras se tomaban un café como metáfora a la indiferencia de una sociedad secuestrada por el miedo, poco solidaria, y a la expectativa de manifestarse sólo cuando les matan o les asesinan alguien cercano.

El grupo siguió marchando hasta dar la vuelta al túnel principal del centro, que va hacia la avenida Zaragoza, para luego doblar sobre Juan Enríquez y terminar de nuevo en la plaza Lerdo; es decir, rodearon el Palacio de Gobierno. En el túnel, el eco de ¡justicia, justicia, justicia! se hizo estruendoso. Ya allí, una persona representando la muerte, marchaba a un lado de la pancarta principal que dictaba un contundente repudio.
 
Un repudio generalizado, en la capital de un Estado donde se presumen los discursos y se ocultan los hechos para beneplácito del gobierno, y donde Regina siguió viviendo en cada silencio, en cada grito, en cada paso, en cada rostro de lágrima y consternación.
 
Todos somos Regina.
 
En la Plaza Lerdo, se recordó a Regina Martínez Pérez como una mujer honesta, comprometida, recta en el ejercicio periodístico. Incluso, algunos exfuncionarios, como un exregidor xalapeño, recordó cuando le invitó a Regina un café. Regina, pequeña y menudita de complexión, se le negó.
 
-Mejor vaya a mi casa y nos preparamos uno- me dijo. Vaya que era muy, muy honesta. Es una gran pérdida.

En un lugar como Veracruz, donde hay pocos espacios para voces críticas y hay de sobra para aquellos que buscan lanzar loas y limpiar botas de funcionarios, Regina le dio seguimiento a temas escabrosos, por ejemplo, al del candidato del Partido Mexicano Socialista a la alcaldía de Tezonapa Inocencio Romero, asesinado en la puerta de su casa, el 10 de Septiembre de 1988; con sus escritos denunció también asesinatos que ocurrieron en la sierra de Zongólica y en el norte, cubrió las huelgas que se dieron en Veracruz en la zona de Córdoba y Orizaba y Río Blanco.
 
Regina Martínez, originaria de Gutiérrez Zamora, también le dio seguimiento al caso de Ernestina Ascencio, mujer nahua violada y asesinada el 25 de Febrero de 2007 por militares en la comunidad de Tletatzinga, municipio de Soledad Atzompa, en la sierra de Zongólica. Junto a ella, Rodrigo Vera y Andrés Timoteo, corresponsal de La Jornada, fueron perseguidos y cercados informativamente.

En diario Política, fundado y dirigido en aquel entonces por Ángel Leogedario Gutiérrez “Yayo”, ella y sus colaboradores aguantaron los embates y golpes políticos orquestados por el exgobernador Patricio Chirinos y su secretario de gobierno Miguel Ángel Yunes Linares. “Fue con Fidel Herrera, donde ese periódico repuntó. Pero siempre aguantó machín, y ella era una gran reportera”, dijo un viejo reportero xalapeño.

El alto riesgo de informar en Veracruz

En Veracruz, como Regina Martínez lo evidenció en su texto publicado en Proceso 1822 del día 2 de Octubre, informar tiene un alto riesgo. De acuerdo a la organización Artiulo XIX, Veracruz ocupa el primer lugar en atentados contra periodistas; en su informe Silencio Forzado de 2011 quedó atestiguado en la página 15 el título: Veracruz, un gobierno ausente, cómplice y agresor.
 
Según el informe, el año pasado en Veracruz se dieron un total de 66 agresiones, 5 asesinatos de periodistas y trabajadores de medios, así como un ataque violento contra un medio –El Buen Tono- se han perpetrado en los últimos meses en la entidad, de las cuales, 33 las han perpetrado funcionarios públicos, 23 se desconocen o no han sido determinadas, 4 por fuerzas partidistas, 3 por delincuencia organizada, 1 por sindicato y 2 corresponden a “otros” no precisados.
 
Los tipos de agresiones son: Detención ilegal, 2; por desaparición, 1; por ataque cibernético,1; por Privación Ilegal de la libertad, 2; por asesinato, 5; por amenazas, 5:, por desplazamiento forzoso, 13; por calumnia/injuria/difamación, 1 y 10 por intimidación o presión.
 
Veracruz se ha convertido en el lugar perfecto para morir y para que manchen la memoria del acaecido con acusaciones que van desde nexos con la criminalidad -como cuando Reynaldo Escobar, exsecretario de Gobierno, calificó de delincuentes aún sin iniciar una investigación, a los 35 cuerpos aparecidos el martes 20 de Septiembre frente a Plaza Las Américas- hasta el reproche del Estado a los padres para deslindarse de cualquier acto de implementación de justicia –como cuando el subprocurador de Justicia Antonio Lezama Moo minimizó el 1 de Marzo de éste año las desapariciones en Xalapa al decir que las muchachas iban con el novio-.

La descomposición social, la hostilidad, las desapariciones, los asesinatos se han convertido en el saludo del día cada mañana.

A diferencia de Jalapa u otras ciudades de Veracruz, en el puerto la cobertura se ha vuelto casi imposible, porque los Policías Navales –marinos como sustitos de la extinta policía intermunicipal- no permiten que cubras el hecho, te golpean, te intimidan con sus rostros cubiertos, y no responden a preguntas sencillas como el de un “¿qué ocurrió?” en un accidente automovilístico.

Esto puede comprobarse, por ejemplo, en la tarde del sábado 24 de Marzo cuando los fotógrafos Lalo Guevara y Luis Manuel Monroy del diario Notiver y del grupo Imagen del Golfo fueron detenidos, golpeados y paseados en patrullas de la Policía Naval al tratar de cubrir un accidente de tránsito y vialidad. Esa misma noche, reporteros de varios medios se manifestaron afuera de las instalaciones para exigir la liberación.

Un reportero que asistió a esa marcha comentó: Nos empezaron a tomar fotografías, pero no importó. Aquí en Veracruz no hay garantías, no nos dejan chambear. Cuando un marino me tomó fotos, le dí hasta mi credencial de elector, y le dije, si quieres te la regalo. Ya estamos hartos de su arbitrariedad y su hostilidad. Sólo fuimos a manifestarnos pacíficamente para decirles que estamos hasta la madre y que nos dejen chambear.

Algunos medios digitales registraron el hecho, y el periódico Notiver en su edición posterior sacó en portada el título “No hay garantías”.

A pesar de que ningún asesinato de periodistas ocurrido en 2011 se ha resuelto, para esclarecer el crimen de la reportera de Proceso y de diario Política, la mañana del domingo, se formó una Comisión Especial Investigadora integrada por la Procuraduría de Justicia del Estado de Veracruz, la Procuraduría General de la República, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y reporteros de la Revista Proceso, anunciada por el procurador Amadeo Flores Espinoza.

Sin embargo, será ahora a nivel nacional donde sabrán, que el gobierno de Veracruz se ha convertido en el oxímoron de su propio eslogan. Pues en vez de ir “Adelante”, en todos los ámbitos sociales, políticos y económicos, se va para atrás, como diciendo: ¡Qué tiernamente te estamos hiriendo Veracruz querido!

Los medios firmantes del Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia exigimos justicia ante el asesinato de Regina Martínez

El sábado 28 de abril Regina Martínez, corresponsal del semanario Proceso en el estado de Veracruz, fue asesinada en su domicilio en la ciudad de Xalapa.
 
Los medios firmantes del Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia manifestamos nuestra solidaridad con los familiares y amigos de Regina, así como con los colegas del semanario Proceso.

Exigimos a las autoridades locales y federales el pronto esclarecimiento de los hechos, así como castigo a los responsables.
 
Este lamentable suceso se suma a una serie de acontecimientos que apuntan a la falta de garantías para el ejercicio de la libertad de prensa en el estado de Veracruz.
 
En el último año, hemos condenado los asesinatos de los periodistas Noel López Olguín, Yolanda Ordaz de la Cruz y Miguel Angel López Velasco, éste último asesinado junto con su esposa e hijo.
 
Los responsables de estos actos continúan sin ser castigados. Reiteramos que es precisamente la impunidad la que permite la repetición de los hechos.
 
El derecho a la información y la libertad de expresión continuarán cautivos en el estado de Veracruz en tanto los perpetradores de estos crímenes no sean enjuiciados.
 
Los medios no cejaremos en nuestras exigencias de seguridad y justicia. Seguiremos de cerca el desarrollo de las investigaciones del asesinato de Regina. Rechazamos profundamente el silencio como alternativa para sobrevivir y la impunidad como respuesta sistemática de parte de la autoridad.

SE MANIFIESTAN POR EL ASESINATO DE REGINA MARTINEZ


En la ciudad de México y en Veracruz se realizaron protestas por el reciente asesinato de la periodista Regina Martínez. Gobierno de Veracruz solicita apoyo.

28 de abril de 2012

Cruzadas violentas

La película Cristiada revive los 250 mil muertos que dejó la guerra de Calles, el fundador del PRI, y frente a ella palidecen los 50 mil muertos de la narco-guerra de Calderón. ¿Cuáles son las similitudes? ¿En dónde está el mensaje?

En las últimas nueve décadas, sólo dos presidentes de México optaron por emplear la fuerza del Estado como la mejor estrategia para hacer respetar la ley y combatir a quienes ellos definieron como los principales enemigos de México.
 
Uno es Plutarco Elías Calles; el otro, Felipe Calderón.

En 1925 Calles le declaró la guerra a los católicos en un episodio que hoy la historia reconoce como La Cristiada. Sus funestos resultados dejaron 250 mil muertos.
 
La guerra contra los católicos la perdió el gobierno callista. Y su sucesor se vio obligado a pactar con disimulo. Si Calles viviera, se volvería a morir cuando recibiera la invitación a la misa que ofició Benedicto XVI en Guanajuato.
 
Felipe Calderón es el otro presidente “bélico”. Desde el primer mes de su mandato, en diciembre del 2006, el presidente anunció una ofensiva militar en Michoacán.
 
Su estandarte no era religioso como el de Calles. Decidió declararle la guerra frontal al narcotráfico y contra lo que llamó después delincuencia organizada.
 
Sin embargo, al igual de lo que le sucedió a Calles, a medida que la fuerza del Estado se aplicaba, también crecía el número de muertos y desaparecidos.
 
Y lejos de disminuir, el consumo de drogas también aumentó. Lo mismo que los índices que miden la criminalidad.
 
Se estima que al final del presente sexenio habrán muerto mas de 65 mil mexicanos entre militares, policías y civiles. Se calculan 20 mil los desaparecidos.
 
El fracaso es tan evidente que hasta algunos notables panistas como Santiago Creel insisten en la necesidad de que Calderón cambie su estrategia por una en la que se aplique “mas inteligencia y menos violencia”.
 
Sin embargo, cuando casi todo mundo esperaba que el candidato del PRI anunciara un cambio en la estrategia de la violencia, sucedió lo contrario.
 
El pasado martes 24 de abril, Enrique Peña Nieto manifestó en campaña su intención de duplicar los efectivos de la policía federal.
 
Fox le dejó a Calderón 11 mil 989 policías. Y Calderón le dejará a su sucesor 36 mil efectivos.
 
Si Peña Nieto llega a ser presidente, ¿Podría hacer que le funcione eficazmente el camino de la violencia con 72 mil policías? Analicemos.
 
1924-1928: La Cristiada Callista

“Le dije al presidente que no debía combatirse la violencia con la violencia…”, consignó Emilio Portes Gil en su Autobiografía de la Revolución.
 
Portes Gil fue secretario de Gobernación del presidente Plutarco Elías Calles y después su sucesor en la presidencia de la República.

Eran los últimos días del cuatrienio del presidente que pasó a la historia como el fundador del PRI. Y es que para todos estaba claro que la cruzada violenta contra los católicos había fracasado.

Además de los cientos de miles de muertos, ese mismo año, el 14 de julio de 1928, el presidente electo Álvaro Obregón era asesinado por León Toral, un “asesino solitario”.

La sospecha de los obregonistas recayó inmediatamente sobre el presidente Calles. Lo señalaban como el autor intelectual. Y si no, al menos como el responsable de haber propiciado las condiciones para que ocurriera el atentado.
 
Si se le preguntara a los mexicanos que no han ido a ver la película “Cristiada” si saben algo sobre esa guerra civil ocurrida durante el gobierno de Calles, seguramente la mayoría responderá que no tiene la más remota idea sobre el tema.

Y es lógico. Los libros de texto gratuito de la Secretaría de Educación Pública apenas contienen un par de párrafos del tema.
 
Y habiendo sido Plutarco Elías Calles el fundador del PRI, siempre se le ha venerado como la estatura que los italianos todavía veneran a Musolini o los rusos a Stalin.
 
Pero tampoco con ir a ver la película “Cristiada” pudiera quedar uno más o menos informado sobre lo que sucedió en aquellos años.
 
Y es que si se les preguntara lo mismo a los que sí vieron esa película, probablemente responderían que Plutarco Elías Calles fue un tipo cruel y sanguinario, que persiguió y torturó a los católicos de su tiempo.

Que los policías y militares de la época martirizaron y torturaron a niños como “Joselito” – uno de los principales protagonistas del film- por mantenerse firmes en la fe de Cristo Rey.

Probablemente nos dirían también que la actuación de Andy García fue tan buena, que por poco los espectadores nos conmovimos con las actitudes del general ateo Enrique Gorostieta en su lucha por la libertad.
 
Sin embargo, quienes vieron “Cristiada”, poco o nada nos podrían decir sobre las razones políticas que influyeron en Calles para que “de repente”, el dictador convertido en un moderno Nerón tuviera como obsesión el que se cumpliera al pie de la letra el artículo 130 de la Constitución.
 
Más allá del análisis de los efectos electorales que la película podría tener en la intención de voto de millones de mexicanos, y de si se busca o no impedir que regresen al poder los sucesores del malvado Calles, podía ser útil aprovechar la ocasión para repasar algunos aspectos que no se tocan en “Cristiada”.

Y es que si bien es cierto que de 1924 a 1928 murieron 250 mil mexicanos, la causa tiene dos explicaciones:
 
Una, la del discurso oficial de Calles acusando a los obispos mexicanos y hasta al Papa de que “conspiraban y complotaban en contra del Estado Mexicano”.

Otros dicen, sin embargo, que esas víctimas lo fueron no por asuntos estrictamente religiosos, sino por una intensa lucha que se libraba entre los máximos caudillos de la Revolución Mexicana.
 
Por eso hay quien piensa que la estrategia de Calles para hacer efectivo el cumplimiento del artículo 130 de la Constitución sólo fue un pretexto que el general sonorense utilizó para frenar a su rival, el general Álvaro Obregón, en su intención por perpetuarse como el Jefe Máximo de la Revolución.

Y es que por una parte estaban los callistas encabezados por Luis N. Morones, el anti clerical líder obrero de la CROM, y por la otra los obregonistas que buscaban que su caudillo Álvaro Obregón volviera a ser presidente.

Los historiadores refieren que el gobierno de Calles, a través de Morones, alentó al cismático presbítero Joaquín Pérez Budar, mejor conocido como “El Patriarca Pérez”, para que se hiciera del templo de la Soledad de la Ciudad de México y de esta manera provocar a los católicos.

Los hechos ocurrieron en febrero de 1925 y fueron tan trascendentes que Calles se refirió a ellos en su primer informe presidencial.

La estrategia violenta adoptada por Calles para combatir a quienes consideraba los enemigos del Estado Mexicano, trajo también como consecuencia una violación cotidiana de los derechos humanos.

Inclusive el Gobierno llegó al extremo de fusilar a mexicanos y mexicanas, fieles católicos, sin que mediara juicio alguno. Como ocurrió en el caso del sacerdote jesuita Agustín Pro el 23 de noviembre de 1927.

Para 1928, el último año del gobierno de Calles, era urgente que terminara aquella pesadilla violenta.
 
Al menos eso creía su secretario de Gobernación, Emilio Portes Gil, quien en lugar de “darle por su lado” al nuevo Jefe Máximo de la Revolución, le aconsejó cambiar la estrategia de la violencia.
 
“Le hice ver al presidente la necesidad ingente que había de reprimir los incontables y escandalosos abusos que se venían cometiendo por agentes del Distrito Federal, de la Judicial del Fuero Común, de la Judicial Federal y de la Secretaría de Gobernación, que a diario realizaban saqueos en los hogares de personas calificadas como fanáticos y aún en los templos y, con pretexto de buscar cómplices de los rebeldes se apoderaban de reliquias de alto valor religioso o histórico, pinturas, alhajas, dinero, etc”, refiere Portes Gil en su libro Autobiografía de la Revolución.
 
Y agrega el sucesor de Calles: “en mi concepto, aquella política intransigente había conducido al país a una sangrienta lucha fratricida, que tanto había desprestigiado al régimen, y que consideraba yo que el problema de México, en lo tocante a cultos, muy lejos de ser de carácter legal, era esencialmente de fanatismo en las masas y que no debía combatirse la violencia con la violencia, sino con medios educativos, principalmente.”
 
Portes Gil relata en sus memorias que el presidente Calles le contestó “que ya estaba cansado de tanta imbecilidad que se había cometido por alguno de sus colaboradores en la cuestión religiosa, y que, desde aquel momento me autorizaba para que obrara con toda libertad y desarrollara la política de conciliación que yo juzgara pertinente”.

A partir de ese momento, la violencia disminuyó sensiblemente en el país. Para el 1 de diciembre de 1928, Portes rendía protesta como nuevo presidente de México. Y casi siete meses después, el 21 de julio de 1929, hacía el anuncio del término de las hostilidades cristeras.

2006-2012: La Guerra Calderonista

Poco se puede decir que no se haya dicho durante los últimos seis años sobre la guerra del presidente Felipe Calderón en contra de la delincuencia organizada.
 
Más allá de si lo hizo obligado por haber llegado a la presidencia bajo la sospecha del fraude, lo que se discute hoy es la eficacia de su estrategia. Y por ende si es conveniente continuar con ella.

Y es que al igual de lo que le pasó a Calles, esta cruzada violenta ha sido cuestionada no sólo por los adversarios políticos de Calderón, sino también por sus correligionarios de partido.

Ahí está el caso del ex presidente Vicente Fox, quien le ha recomendado a su sucesor cambiar la forma de combatir al narco.
 
“La estrategia que decidió el presidente Calderón es poner toda la fuerza del Estado frente a toda la fuerza de los narcotraficantes y del crimen. Mi evaluación es que la violencia no acaba con la violencia y que, por el contrario, nos ha llevado a una escalada del problema por ambas partes”, señaló Fox casi parafraseando a lo que en su momento escribiera Emilio Portes Gil.
 
Y sí. A lo largo de más de cinco años Reporte Índigo ha sido testigo fiel de esta historia al documentar e informar cómo fue evolucinando esta guerra.

Cómo crecieron, por ejemplo, los efectivos de la Policía Federal bajo el mando del secretario de Seguridad Publica Genaro García Luna. Y con ese incremento en el gasto de seguridad, los índices de criminalidad lejos de bajar se dispararon. Y con ello las violaciones a los derechos humanos.

Pero también es cierto que la salida del ejército a las calles para suplir las incompetencias de una policía incapaz, en el mejor de los casos, o corrupta y cómplice en el peor, registra un importante saldo de civiles muertos en el fuego cruzado o en la confusión.
 
2012: Peña Nieto por la continuidad

Aunque ya corrían algunos rumores sobre la intención de Peña Nieto de anunciar que resolvería el problema de la inseguridad con una nueva cruzada violenta, no fue sino hasta el pasado martes en que fue explícito en el tema.
 
“Yo estimaría que el crecimiento que deberían tener las fuerzas civiles debe ser casi de un tanto más de lo que hoy se tiene en tamaño de este número de 36 mil”.
 
Todo indica que, por alguna razón especial, Peña Nieto estaría tratando de hacer realidad el sueño largamente acariciado por el muy cuestionado secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, de contar con el más poderoso ejército disfrazado de Policía Nacional, Gendarmería, Guardia Civil o como se le quiera llamar.
 La duda que no resolvió reside en si ratificará en su puesto a García Luna.

http://www.reporteindigo.com/reporte/mexico/cruzadas-violentas

CAE LA COMANDANTE "TERE" Y 9 POLICIAS DE TIERRA BLANCA

PRESUNTA DELINCUENTE DETENIDA: "LA COMANDANTE TERE"
XALAPA, Ver. (apro).- Elementos de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) detuvieron a nueve policías del municipio de Tres Valles, por su presunta vinculación con el crimen organizado, en cumplimiento de una orden de aprehensión girada por la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJ).

En una acción coordinada entre las fuerzas del orden que participan dentro del programa Veracruz Seguro, en las primeras horas de este día se llevó a cabo la detención de los uniformados del municipio de Tres Valles, cuyo presidente es el panista Carlos Alberto Córdova Morales.
Con ello, dieron cumplimiento a una orden de aprehensión –investigación ministerial 76/2012– en contra de los integrantes de la corporación policiaca municipal, quienes fueron puestos a disposición de las autoridades correspondientes, informó la PGJ.
La detención de los preventivos en Tres Valles, municipio ubicado en la Cuenca del Papaloapan, se registró un día después de que efectivos de la Marina y del Ejército detuvieran a María Teresa González Sánchez, identificada como la Comandante Tere, quien junto con un grupo de sicarios atacó a elementos de la Policía Municipal de Tierra Blanca, tras sostener un enfrentamiento a balazos.
En el ataque registrado el miércoles pasado cerca de un centro comercial de Tierra Blanca, el comando dirigido por González Sánchez intentó secuestrar al jefe de la Policía Municipal de ese lugar, debido a que supuestamente impedía trabajar al grupo delincuencial a su cargo.
En sus declaraciones ministeriales, la presunta líder del grupo criminal detenida junto con otros delincuentes que participaron en el enfrentamiento, reveló que ese mismo día se había entrevistado con el comandante de la Policía Municipal de Tres Valles, a quien le pagó por colaborar con la célula criminal a la que pertenece.
La Comandante Tere también habría denunciado que el mismo jefe policiaco de Tres Valles, le sugirió que fuera a la agencia del Ministerio Público y a la oficina de la Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI), ubicadas en Tierra Blanca, para “intimidar” a los funcionarios para que pararan las investigaciones que los involucraban en asesinatos.
La agencia del Ministerio Público en Tierra Blanca investigaba los hechos denunciados por un campesino que sobrevivió al secuestro y agresión perpetrada contra él y otro jornalero por el grupo criminal, luego de que, supuestamente, agentes policiacos de Tres Valles se los entregaron para asesinarlos.
Hoy, el secretario de Seguridad Pública estatal, Arturo Bermúdez Zurita, informó que esta mañana se llevó a cabo un operativo para detener a nueve policías de Tres Valles, incluido su comandante, tras la orden de aprehensión girada en su contra por autoridades de la PGJE.
Los hechos fueron confirmados por el gobernador Javier Duarte después de la graduación de cadetes de la nueva policía estatal.
 
En entrevista, aseguró que su gobierno está trabajando en la conformación del mando único de la policía estatal, sin embargo, “es un proyecto que requiere de muchos recursos, es un tema que tiene que ver con una cuestión presupuestal y en ese sentido se está utilizando cada centavo que se destina para seguridad pública”.
 
Tras la detención de los uniformados, Duarte señaló que a partir de ahora la seguridad pública de ese municipio estará a cargo de las autoridades estatales, “para dar certidumbre a la población”.