23 de junio de 2012

Aparecen mantas!-EN CONTRA DE PEÑA NIETO

DE LOS #YO SOY132
* Cobos jura que no las quitó
 
Por Noemí Valdez
Reportera de Notiver
Foto EON
Previo a la visita del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, al puerto de Veracruz, en varios puntos de la zona conurbada aparecieron mantas donde se leía “no queremos el regreso del PRI”, “Peña la gente no te quiere”.
 
Las lonas aparecieron en la avenida Rafael Cuervo y la Avenida Adolfo Ruiz Cortines cerca de las siete de la mañana de este viernes.
 
Poco después de las nueve de la mañana, sujetos no identificados, retiraron las mantas que habían sido colocadas en los puentes peatonales.
 
Por su parte el dirigente municipal del PRI en Veracruz, Jorge Cobos Ruiz, negó que su partido haya retirado estas telas ya que mencionó “no sabemos quien fue”.
 
“Desconozco quien pudo haber sido, lo que sí te puedo decir es que no fuimos los priistas, no sabemos quién las puso, pero seguramente es de aquellos que se rehúsan al cambio y que les incomoda el hecho de que estén perdiendo esta contienda electoral” dijo.
 
Cobos Ruiz dijo que el PRI en la zona conurbada, se mantendría en alerta ante hechos que pudieran “incomodar” a Peña Nieto en su última visita por el Puerto de Veracruz.

“nuestra gente va a estar muy atenta a todos los posibles escenarios, y obviamente se va a conducir dentro del marco de la ley y con toda la responsabilidad que esto obedece, nosotros buscamos tener un evento con toda la tranquilidad y hacer de este evento una fiesta” dijo.

Remarcó que sus militantes no buscan confrontación con los simpatizantes de otros partidos, por ello esperan que rumbo a la contienda electoral las cosas transcurran con calma.

“el PRI es no confrontación, no descalificaciones, no denostaciones como lo han querido hacer los de enfrente” finalizó.
 

Cambio de camiseta

Saltar de un partido a otro es común en México. Fox, el panista que sacó al PRI de Los Pinos, ahora apoya a Peña Nieto. El priista Bartlett está con AMLO. Entérate quiénes son los políticos que se han vestido de otros colores

Por Félix Arredondo
Si hace 12 años alguien hubiera dicho que los panistas Vicente Fox y Manuel Espino apoyarían al priista Enrique Peña Nieto, nadie lo hubiera creído.

Sin embargo, los cambios de camiseta de Fox y Espino hoy son una realidad que ha sorprendido a casi todos. Menos, claro está, a Manuel Espino y Vicente Fox. Y es que tanto Espino como Fox son políticos que, como a muchos otros, el cambio de camiseta partidista les parece algo tan natural, que no les produce ningún sentimiento de culpa.

Aunque para la mayoría es algo que pudiera tener cierto tufo a deslealtad y traición. Sin embargo, Fox y Espino no son los únicos políticos notables que han cambiado de camiseta en este proceso electoral.

En los últimos días también han cambiado de color y camiseta otros políticos.
stán los casos, por ejemplo, de la ex presidenta del PRD Rosario Robles, que ahora es fan del priista Peña Nieto; el del senador ex perredista René Arce (alias Oscar Nahum Cirigo Vázquez) y su hermano Víctor Hugo; el del todavía priista Manuel Bartlett, quien ahora apoya la causa de Andrés Manuel López Obrador.
 
Eso sin contar que al tabasqueño también lo apoyan desde hace mucho tiempo los ex priistas Manuel Camacho Solís, Dante Delgado, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Alfonso Durazo, Agustín Basave y Porfirio Muñoz Ledo.

Sí. El cambio de camisetas políticas, aunque no es nuevo, cada día se hace más frecuente.

¿Qué tan reciente es este fenómeno en la política mexicana?
 
¿Por qué los políticos cambian con tanta facilidad de camiseta?
 
¿Cómo saben cuándo hay que cambiar para no equivocarse? Analicemos.
 
‘EL PARTIDO ME HA ENCOMENDADO…’

“Señor licenciado Jo-sé López Portillo, el partido me ha encomendado preguntarle si aceptaría usted la responsabilidad de todo esto”, y con un gesto (el presidente Echeverría) envolvió el ámbito del Poder Ejecutivo concentrado en el despacho de Los Pinos.

“Sí, señor presidente. Acepto.

“Bien. Entonces prepárese usted, pero no se lo diga a nadie, ni a su esposa y a sus hijos. Ya lo llamaremos, cuando el partido concluya la organización y los actores se pronuncien públicamente”.

El ex presidente José López Portillo consigna esta anécdota en sus memorias para describir el ritual del ungimiento del delfín que se acostumbraba en los tiempos priistas. Sin embargo, más allá de que los hechos hayan ocurrido con una especie de misterioso encanto de la liturgia cínica de la política mexicana, lo interesante radica en la advertencia que Luis Echeverría le hizo al elegido.

“Prepárese usted y no se lo diga a nadie. Ni a su esposa, ni a sus hijos”.

Todos, y al mismo tiempo una sola persona. Ése era el misterio de la fe priista que imperó durante 70 años. ¿Por qué un presidente imperial y autoritario se veía obligado a mantener en secreto su decisión, así fuera por unos días? Por increíble que parezca ahora, la realidad es que la “presidencia imperial” de entonces también tenía sus límites.

El presidente tenía adversarios y enemigos que no solo “podrían traicionar al partido”, sino que hasta intentarían un golpe de Estado.

Para el 22 septiembre de 1975, José López Portillo ya era el único candidato a la Presidencia de la República. Además del PRI, los partidos satélites también lo postularon. Y el PAN, por problemas internos, no había lanzado un contendiente.

¿Había democracia? Desde luego que no, contestarían Josefina Vázquez Mota, Andrés Manuel López Obrador y hasta Enrique Peña Nieto. Pero los viejos priistas se las ingeniaban para argumentar con sofisticados sofismas que sí la había. “La cuestión está en que el candidato del PRI se sabe que ganará las elecciones”, escribió López Portillo, “porque el partido es mayoritariamente apoyado y así, históricamente, se ha demostrado.

“Y esto no es antidemocracia, ni mucho menos, sino una de las eventualidades de todo sistema en el que se decida por mayoría de votos. “Puede ocurrir el evento inclusive del voto unánime, difícil prueba de la democracia que puede ser su gloria o su agotamiento, porque existe un derecho a la coincidencia como hay otro para la disidencia”.  sí. Aunque no había lugar para la disidencia, en los hechos sí se daba.
 
La “eventualidad” ocurrió precisamente en las elecciones de 1976, cuando el candidato del PRI José López Portillo pudo haber ganado con un solo voto porque no había candidato opositor.

Los conflictos políticos se recrudecieron tanto, que México estuvo a un tris de vivir un golpe de Estado al final del gobierno del presidente Luis Echeverría.

‘LA SOLUCIÓN SOMOS TODOS’

El sistema del partido de Estado estaba en serios problemas, y López Portillo no tuvo más remedio que impulsar una reforma política.

El 28 diciembre de 1977, un año después de que López Portillo tomara posesión como presidente de México, se publicó la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LOPPE), reglamentaria de algunos artículos reformados de la Constitución.
 
Esa reforma, instrumentada por el entonces secretario de Gobernación Jesús Reyes Heroles, es considerada la madre de todas las reformas electorales hechas desde entonces.

“Los izquierdistas estaban felices”, cuenta López Portillo. Suponían que, por fin, el sistema político mexicano permitiría que todas las ideologías fueran auténticas opciones a través de los partidos.

Con la ley LOPPE, algunos creyeron que el socialismo podría tomar la forma de un partido legítimo capaz de llegar al poder.

Ser de izquierda dentro de la Constitución se empezó a poner de moda entre los juniors de las oligarquías políticas y empresariales de entonces.
 
Entre ellos estaban Jorge Castañeda Gutman, hijo del secretario de Relaciones Exteriores de López Portillo, y Rubén Aguilar Valenzuela, hijo del director del Banco Nacional de México.
 
Probablemente fue entonces cuando empezó a cobrar fuerza la idea, o el mito, de que un día las elecciones serían definidas por “tercios”, con los electores facturados por las reformas a cada uno de los tres grandes partidos políticos.

El PAN de derecha. El PRD de izquierda. Y el PRI de centro.

Sin embargo, y a pesar de los entendimientos iniciales de López Portillo con los más importantes empresarios del país, y a pesar de que durante su mandato vino un Papa a México por primera vez, los problemas políticos siguieron tan intensos como siempre.
 
Al final de su gobierno, López Portillo nacionalizó la banca y decretó un tipo de cambio controlado.

EL PRIMER GRAN CAMBIO DE COLOR

La situación política se fue complicando. No todos los priistas estaban de acuerdo, ni con el presidente, ni con su partido.

Por eso, después de haber tratado de formar una “corriente democrática al interior del PRI”, la cual no prosperó, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo, dos notables priistas, decidieron abandonar el tricolor y cambiar su camiseta por una de color amarillo.

Los priistas jugaban a parecer antipriistas, pero realmente no dejaban de serlo.

En tanto, los panistas siguieron siendo el contrapunto que perfeccionaba y le daba vida plena a lo que Mario Vargas Llosa calificó como la “dictadura perfecta”.

Para 1988, el hijo del priista Lázaro Cárdenas se enfrentaba con el hijo de Raúl Salinas Lozano, otro priista.
 
Y aunque Carlos Salinas de Gortari ganó en aquellas polémicas elecciones, no por eso Cuauhtémoc perdió sus privilegios políticos, los cuales le llevarían después a ocupar la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal. Fue así como se inauguró una supuesta alternancia entre priistas y ex priistas.

A final de cuentas, la familia revolucionaria, con todo y sus cismas, se volvió a entender. Al menos así fue cuando Fernando Gutiérrez Barrios fue secretario de Gobernación.

Y aunque Andrés Manuel López Obrador encabezaba marchas desde Tabasco hasta el Zócalo capitalino, siempre se pudo entender con Don Fernando. Los dos eran liberales como Juárez.

Sin embargo, el reencuentro no duró mucho. Después de que Carlos Salinas de Gortari removió a su secretario de Gobernación, sobrevino una serie de trágicos eventos: el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el levantamiento armado en Chiapas, el atentado contra Luis Donaldo Colosio y el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu.

Fue justamente en el sexenio salinista, en 1991, cuando el presidente, sin quitarse su camiseta, intentó ponerse otras dos. Una azul y otra que decía “Solidaridad”, pero se le despintó.

Una camiseta azul que le sirvió para ordenarle a Luis Donaldo Colosio, entonces presidente del PRI, que se reconociera en Baja California el triunfo del joven panista Ernesto Ruffo, y después para que se pusiera a Carlos Medina como gobernador de Guanajuato.

La otra camiseta de Carlos Salinas fue la de “Solidaridad”. La de una estructura política paralela al PRI que nunca llegó a cuajar. Cuando Salinas de Gortari dejó el PRI, esa camiseta se deslavó.

CAMISETAS ROJAS POR CAMISETAS FOXISTAS
 
En el año 2000 se intensificaron las defecciones priistas. Pero quienes cambiaron de camiseta no se fueron al PRD, sino al PAN, con Vicente Fox.

Florencio Salazar y Alfonso Durazo aparentemente también cambiaron de bando durante la campaña de Fox, pero no tuvieron que afiliarse al PAN.

Porfirio Muñoz Ledo declinó a su candidatura presidencial a favor de Fox.

Jorge Castañeda y Adolfo Aguilar Zinser, que habían colaborado en el Centro de Estudios del Tercer Mundo de Luis Echeverría y después apoyaron al PRD de Cuauhtémoc Cárdenas, se incorporaron al equipo de Fox. Y los dos ocuparon cargos importantes.

Además, el priista Francisco Gil Díaz fue designado secretario de Hacienda y el ex secretario particular de Luis Echeverría, Juan José Bremer, fue nombrado embajador de México en Estados Unidos.
 
La lista de priistas incorporados y asimilados al gobierno de Fox fue tan larga, que el panista Carlos Medina, cuando se cumplieron 10 años del triunfo foxista, dijo:
 
“En realidad (los panistas) no cambiamos nada. Solo nos dedicamos a administrar el viejo sistema”.
 
Las camisetas rojas de Calderón

“Todos llevamos un pequeño priista dentro”, cuenta Manuel Espino que le dijo Felipe Calderón. Y sí hay que creerle. Porque al igual que Vicente Fox, Felipe Calderón incorporó a muchos tricolores en su gabinete.

Agustín Carstens en Hacienda, Luis Téllez en Energía, Jesús Reyes Heroles en Pemex, Enrique de la Madrid en Financiera Rural.

Eso sin contar el cambio de camiseta de quienes apoyaron a Felipe Calderón desde que andaba en campaña: Carlos Ruiz Sacristán, Genaro Borrego y Jesús Reyes Heroles.

Y no hay que olvidar la ayuda que los gobernadores priistas Eduardo Bours, Enrique Peña Nieto, Eugenio Hernández y Natividad González Paras le dieron a Felipe Calderón para sumarle votos en 2006.
 
Lo que sucedió después fue un auténtico desastre. Los panistas ya no sabían qué hacer. Si ellos se incorporaban al PRI, o dejaban que los ex priistas asumieran el control del albiazul.

Los priistas Javier Lozano Alarcón, Diódoro Carrasco, Benjamín González Roaro y Miguel Ángel Yunes, entre otros, se transformaron en “panistas” privilegiados.
 
Mario López Velarde, Rafael Moreno Valle, Guillermo Padrés y Gabino Cué ahora son gobernadores de Sinaloa, Puebla, Sonora y Oaxaca, respectivamente.
 
El tiempo ideal para cambiar

¿Cuál es el momento ideal para cambiar de camiseta?

Cuando las encuestas dicen que viene una “revolución” o una “involución”.
 
Porque como dice una vieja tradición, “primero está comer que ser cristiano”.
 
Y, hablando en términos de política:

“Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.

21 de junio de 2012

ENRIQUE PEÑA NIETO INTOLERANTE Y REPRESOR...


ESTE VIDEO REFLEJA LA INTOLERANCIA QUE SE VIVIO EN EL ESTADO DE MEXICO CUANDO ENRIQUE PEÑA NIETO FUE GOBERNADOR EN ESA ENTIDAD...LOS MEXICANOS DEBEN DE ANALIZAR A  QUIEN QUEREMOS COMO PRESIDENTE DE MEXICO ¿ACASO A UN INTOLERANTE Y REPRESOR?

Nota enviada a correos alternos.

TEXTO IRREVERENTE-LAS PRISAS


SE REUNEN LOS OPERADORES POLITICOS DE LOS ESTADOS 
Por Andrés Timoteo
LAS PRISAS

Como se reveló ayer, la semana pasada el equipo de campaña del copetón Enrique Peña Nieto y la dirigencia nacional del Revolucionario Institucional congregaron a los gobernadores priístas en una encerrona para leerles la cartilla. El encuentro fue a escondidas, en el domicilio del mandatario mexiquense, Eruviel Avila, allá en Toluca y consistió en la exigencia de “cuotas” de votos para evitar la derrota del abanderado presidencial.

Las miradas se posaron sobre Veracruz donde hay alertas encendidas pues las casas encuestadoras estiman que Peña Nieto no ganará la entidad. De los cuatro estados del país que tienen los mayores números de votantes en el país, en dos se tiene previsto un triunfo priísta y en otros dos se cierne la derrota. Según los sondeos, Jalisco, que lleva más de una década gobernador por Acción Nacional, se prevé que sea recuperado por el tricolor y obviamente el Estado de México, la tierra del candidato, se tendrá una victoria priísta.
 
En tanto, el Distrito Federal será para la coalición formada por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia. Allí el Revolucionario Institucional tiene una derrota cantada pero el caso de Veracruz es peculiar ya que a pesar de que está gobernado por el PRI, al parecer repetirá el fenómeno del 2006 cuando el ganador fue el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.
 
Por eso le leyeron la cartilla al cordobés Javier Duarte de Ochoa y le exigieron una votación de al menos 2 millones de votos – la quinta parte del padrón electoral y 700 mil votos más que los que obtuvo en los comicios del año 2010-. Muchos afirman que es una meta inalcanzable porque el priísmo, hoy duartista, está en declive.
 
De allí que a Duarte de Ochoa le agarraron las prisas a escasos diez días para la jornada electoral. Obligado por el fantasma de la derrota y la guillotina que le prometieron en Toluca si no entrega la cuota debida, abandonó la sede temporal de los poderes que por obra y gracia de su voluntad imperial instaló en Córdoba, y se regresó a Jalapa – eso sí, ya mandó a sitiar la ciudad con retenes militares-.
 
Apurado, el gobernante se metió al proselitismo electoral sin importarle pisotear las leyes que se lo prohíben. La veda mediática sobre acciones de gobierno la metió al baúl y hace un par de días anunció – y boletinó- un paquete de obras con partidas millonarias para la construcción de carreteras mientras que ayer prometió casi 2 mil espacios más para estudiar en la Universidad Veracruzana.
 
MIGAJAS

Respaldado por el rector, el derechista Raúl Arías Lo-pillo, el cordobés metió a la casa de estudios en el rejuego electoral, sabedor que los jóvenes son una parte importante en el padrón electoral y sobre todo que los universitarios rechazan al copetón Peña Nieto. La intención es congraciarse con este sector poblacional mostrando la faceta de un gobierno “amigo” de ellos cuando es lo contrario.
 
No hay que olvidar que el movimiento actual denominado #YoSoy132 se originó en las universidades pero también en las redes sociales y Duarte de Ochoa es un enemigo jurado de los tuiteros y feisbukeros, al grado de encarcelar a dos de ellos el año pasado y después ordenar que se modificara la constitución local para establecer el delito de “terrorismo”, con dedicatoria a los usuarios del Twitter y Facebook.

Pero regresando a la UV, dos mil lugares más para ingresar a las aulas universitarias son migajas porque el gobernante se gasta 100 millones de pesos en el Festival de la Salsa de Boca del Río, envía 25 millones en dos maletas a Toluca y tiene un gabinete que gasta como si fueran miembros de la familia real saudita. Y el colmo, ha destinado 40 millones de pesos – 18 millones para la llamada Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV).

Esta “universidad”, no es otra cosa que un negocio más del eterno burócrata Guillermo Zúñiga Martínez y en la que se rumora tiene como socio al exgobernador de Oaxaca, José Murat, actual consejero de cabecera de Duarte de Ochoa, como lo fue con su antecesor. Si se hace la suma de estos tres ejemplos de gastos superfluos, en Veracruz hubiera 165 millones de pesos para ofrecer espacios universitarios a los jóvenes.

Un investigador de la misma UV –que está harto de las transas de Arias Lo-pillo pero que por esa misma razón pide el anonimato para que no se le vayan encima la jauría de espías encabezados por Raúl Conteras, el vocero acomedido del rector- hizo el cálculo del número de alumnos que pudieran estudiar con esos 165 millones de pesos: casi 9 mil.
 
Lo anterior, tomando en cuenta la evaluación difundida en el mes de marzo de este año por la Subsecretaría de Educación Superior de la SEP, la cual especifica que la inversión promedio en México por cada alumno universitario es de 18 mil 978 pesos anuales. De ahí que con ese dinero que el gobierno estatal gasta en frivolidades podrían cursar una carrera universitaria 8 mil 964 jóvenes veracruzanos. Claro, será posible también si le amaran las manos a Arias Lo-pillo para que no las meta en el cajón. ¿No creen?.

MIKELADA

Siguiendo en el tema electoral y en la cancha del tricolor, se comprueba que este partido no escarmienta pues en lugar de enviar un mensaje positivo a los electores al nombrar como personeros a gente proba o por lo menos que todavía no esté tapizada de corruptelas, recurre a los fantasmas del pasado. El ejemplo vivo de esa manía es el exprocurador de Justicia, Salvador Mikel Rivera, quien ahora es representante del PRI ante el Instituto Federal Electoral (IFE).
 
Si las leyes funcionaran en Veracruz – y también en México- este señor debería estar sentado en el banquillo ministerial o por lo menos rindiendo declaración ante una Comisión de la Verdad pues es uno de los guardadores y cómplices de los secretos judiciales de la fatídica fidelidad. Ayer , Mikel salió a decir que tiene 400 denuncias por delitos electorales y exigió que “se respete la ley” y que haya justicia pronta y expedita. ¡Lo que nunca hizo como procurador!. Es el mundo al revés.

CORRUPCION EN COMISION FEDERAL DE ELECTRICIDAD

El exdirector de Operaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) Néstor Félix Moreno Díaz. Foto: El Universal
Néstor Moreno y su pasado impune

Arturo Rodríguez García
Reportaje Especial
Encarcelado apenas en abril último acusado de haber recibido millonarios sobornos de empresas estadunidenses a cambio de otorgarles jugosos contratos de la Comisión Federal de Electricidad, Néstor Félix Moreno Díaz, quien ocupara, entre otros, el cargo de director de Operaciones de la paraestatal, tiene tras de sí un largo historial de corrupción. Por lo menos desde hace 12 años existían evidencias documentadas de que incurría en manejos irregulares dentro de la CFE para enriquecerse. En contraparte, el proceso que se le seguía en Estados Unidos por los cargos citados se vino abajo hace unas semanas luego de que las autoridades de ese país decidieron exonerarlo.

MÉXICO, D.F. (Proceso).- Exonerado en Estados Unidos aunque preso en México, el exdirector de Operaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) Néstor Félix Moreno Díaz incurrió en presuntos actos de corrupción desde hace por lo menos 12 años, lo que indica que el funcionario siempre contó con la protección de los gobiernos de Ernesto Zedillo y Vicente Fox, mientras que el de Felipe Calderón lo procesó solamente a raíz del escándalo detonado en aquel país por los presuntos sobornos que recibió de empresas estadunidenses a cambio de jugosos contratos de la paraestatal.
 
Cuando comenzó el juicio en Estados Unidos, se le acusó de recibir sobornos, entre éstos el yate Dream Seeker, cuyo valor se estima en 1 millón 800 mil dólares, así como un automóvil Ferrari Spyder de 297 mil dólares y dinero depositado a través de su cuenta American Express.

En septiembre pasado libró un intento de detención en la ciudad de Toluca, y fue hasta el 7 de abril último cuando la Procuraduría General de la República (PGR) lo arrestó; días después una juez federal le dictó auto de formal prisión por presunto enriquecimiento ilícito en un monto cercano a los 34 millones de pesos.
 
Pero en Estados Unidos el caso tomó otro curso: la noche del pasado 25 de mayo el Departamento de Justicia se desistió del enjuiciamiento contra Moreno, acusado de recibir sobornos en ese país para asignar contratos durante su desempeño en la paraestatal.
 
Empleado de la CFE desde los años setenta, Moreno mantuvo su influencia hasta septiembre de 2010, un año después de que iniciara la investigación estadunidense.
 
La única mancha en su expediente público data de 1998, cuando fue sujeto a una breve inhabilitación que, según declaró el entonces titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP) Salvador Vega Casillas, se produjo por un caso de maltrato a un subordinado.

Moreno se encuentra preso en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México desde el pasado 9 de abril. Cuando se le someta a juicio, las autoridades buscarán comprobar que entre 2005 y 2010 y en su calidad de funcionario de la CFE recibió sobornos para asignar contratos.
 
Investigaciones anteriores

Las denuncias e investigaciones contra Moreno no son nuevas. Se remontan al 2000, cuando un equipo de la entonces Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo –Secodam, hoy Secretaría de la Función Pública– detectó que en la CFE había contratos irregulares y se habían adquirido suministros inservibles.

El 14 de abril de 2000, la Contraloría Interna de la paraestatal recibió una denuncia anónima que aportó datos de modo, tiempo y lugar. Dos semanas después ordenó el inicio de una investigación, que quedó registrada en el oficio 18/164/CFE/CI/QAC/378/00.

En la acusación se indicaba que Néstor Moreno, así como su antecesor en la dirección de Operaciones, Arturo Hernández, mostraron favoritismo con las empresas Sistemas Eléctricos de Potencia, Automatización y Control S.A. de C.V. (Sepac) y Surtidores Eléctricos del Noreste S.A. de C.V. (Sensa), a las que les asignaron contratos para la instalación de equipos destinados a las subestaciones urbanas del país y otras áreas de distribución de electricidad.

Arturo Hernández dejó la Dirección de Operaciones en 2007 y el cargo fue asumido por Néstor Moreno. Ambos estuvieron implicados en el juicio en Estados Unidos, un asunto distinto a la indagatoria de la Contraloría del año 2000, en la que también figuran como presuntos responsables de ilícitos.

La denuncia anónima recibida en marzo de 2000 establecía que Sepac y Sensa eran propiedad de Moreno. En el caso de la primera se dijo que operaba con un prestanombres identificado como Maurice de Chevalier, quien en los noventa fue jefe de departamento en el Área de Transmisión, y, por lo tanto, subordinado de Moreno, entonces titular de la Coordinación de Transmisión, Transformación y Control en la CFE.

Con base en revisiones de los contratos con Sepac se determinó que, en el caso del 98-1-0048-PEE, radicado en la región Golfo-Centro de la CFE, los equipos suministrados por esa compañía no cumplían con la calidad requerida; incluso muchos fueron pagados aun cuando no funcionaron, por lo que quedaron confinados en bodegas, mal instalados o instalados pero sin operar.

Lo anterior debió motivar la rescisión del contrato y la aplicación de multas por el incumplimiento. Para entonces se sabía, de acuerdo con el expediente DR/044/00, que las adquisiciones amañadas y las irregularidades se extendían a todas las divisiones de la CFE.
 
A mediados de 2000 los hallazgos fueron revelando que el asunto se perfilaba como un fraude a gran escala.

Mediante las indagatorias DR/044/00 y DR/045/00 se documentaron numerosos movimientos irregulares, entre éstos modificaciones a contratos violatorios de la ley de Adquisiciones y Obras Públicas y desviaciones en la adjudicación.

Además, durante los procesos de adjudicación se alteraron de manera ilegal montos y porcentajes. En lo que respecta al contrato mencionado se autorizó la entrega de anticipos ilegales. Es el caso de la licitación pública nacional 18164041-012/98, en la que se adjudicó la compra de tableros Siscoprom por 91 millones 451 mil pesos. El contrato asignó de manera indebida 30% de anticipo. Se establecieron seis fechas de entrega, comprendidas entre 1998 y 1999, pero en todos los casos los equipos se entregaron hasta con 113 días de retraso.
 
Por el retraso en las entregas, la Contraloría estableció que se debió aplicar a Sepac una multa por 1 millón 616 mil pesos, pero la CFE no quiso aplicarla.
 
Otra licitación irregular fue la 181640 31-019/98, en la que se realizaron cuatro modificaciones a los montos establecidos en las bases de un contrato cuyo monto fue superior a los 17 millones 647 mil pesos. Las variaciones implicaron el incremento en los pagos convenidos. También se comprobó que los equipos entregados no eran los contratados y que se entregaron con 60 días de retraso.

En este caso también debieron aplicarse dos multas al proveedor Sepac, por un monto total de 3 millones 280 mil pesos, que fueron perdonadas por la CFE.

Empresas “hermanas”

Por lo que toca a Sensa, la documentación revisada mostró el mismo mecanismo de otorgamiento de contratos. Por ejemplo, en la asignación del 97-1-00405-DD5, mediante el cual la CFE le compró “equipos de supervisión, control y automatización para mejorar el servicio”, por un monto de 26 millones de pesos, se incurrió prácticamente en las mismas anomalías que en el caso de Sepac.

Este contrato fue asignado en noviembre de 1997 y debió cumplirse en febrero de 1998; sin embargo, 27 meses después, al momento de la investigación, Sensa no había entregado los equipos. En la revisión de las licitaciones pudo advertirse que esta empresa ganó el contrato por haber ofrecido el menor tiempo de entrega.

De los 26 millones de pesos previstos en la licitación mencionada, de manera irregular se firmó un contrato por 41 millones 123 mil pesos.

Lo peor: los equipos adquiridos, supuestamente especializados y de alta tecnología, en realidad eran computadoras Acer de 200 Mhz y un software especializado que no se entregó. Aunque los equipos tenían un valor comercial de 25 mil pesos, fueron presupuestados hasta en 81 mil. Además, al momento de la entrega ya eran obsoletos. La compra se terminó de pagar en febrero de 2000, pero los recursos no estaban considerados en ese ejercicio fiscal.

Los expedientes establecen que los contratos revisados, que sumaban cerca de 200 millones de pesos, fueron inversiones ociosas pues los equipos nunca entraron en operación.
 
En los mismos documentos, sin embargo, se consigna que no se había logrado “confirmar lo asentado en el sentido de que dichas empresas sean propiedad del ingeniero Néstor Moreno Díaz, ya que no aparece en las actas constitutivas, aun cuando se percibe un trato preferencial a las mismas”.
 
Otra consideración importante en el expediente se relaciona con las subcontrataciones forzadas a otros proveedores de empresas grandes con contratos de los llamados Pidiregas, sobre lo cual se asentó:

“La ingeniería está a cargo del constructor, por lo que consideramos aventurado presumir un direccionamiento a las mismas (empresas de Pidiregas), sin embargo dicha línea de acción continúa pendiente.”

Durante la investigación Moreno intentó falsear el acta de un proceso de verificación de equipos “relevadores ABB”. Convocada por el propio Moreno, la prueba no se efectuó pero él quiso obligar a los asistentes a firmar un acta en la que se asentaba su buen funcionamiento.
 
Lo anterior fue denunciado mediante el oficio MPDG-124-00, elaborado por Marco Polo Díaz García, quien se desempeñaba como gerente de Protecciones, Comunicaciones y Control.
 
Al margen del caso de 2000, la trasnacional suiza ABB fue una de las empresas que dieron sobornos a Moreno. Inclusive, en 2010, esta compañía pagó 2 millones 300 mil dólares a la CFE como indemnización tras aceptar que había sobornado al funcionario.

Protección transexenal

Cuando el entonces director de la CFE, Alfredo Elías Ayub, se enteró de la investigación contra Moreno, estalló. Acusó a los funcionarios de la Contraloría de detener la distribución de electricidad, los amenazó con cesarlos y procuró adelantarse a las acusaciones penales por corrupción al denunciar al contralor Marco Antonio Díaz Tobías por un delito que no había cometido.

La investigación en torno a Néstor Moreno y Arturo Hernández ocurrió en las postrimerías del gobierno de Ernesto Zedillo; es decir, en el primer semestre de 2000, cuando el titular de la Secodam era Arsenio Farell Cubillas, quien ocupó la dirección de la CFE en los setenta. De acuerdo con diferentes referencias periodísticas, en su círculo cercano estaba Moreno Díaz.
 
Aun así, con la llegada del gobierno foxista y de Francisco Barrio Terrazas a la Secodam, el poder de Alfredo Elías y Néstor Moreno aumentó, a tal grado que el contralor Díaz Tobías fue despedido y se le dio carpetazo a la indagatoria.

En entrevista con Proceso, Díaz Tobías reitera lo expuesto en la investigación que tuvo a su cargo en 2000 y 2001. Para sustentar sus argumentos muestra informes oficiales y oficios con sello de recibido en los que informó a distintos funcionarios acerca de los casos de corrupción, pues además del de Néstor Moreno había identificado un fraude en la central eléctrica de Petacalco, entre otros.

El exfuncionario sostiene que entre las intimidaciones que recibieron tanto él como otros auditores por parte de Elías Ayub hubo una denuncia de la CFE en la que se les acusó de usar electricidad doméstica sin pagarla; al final, aclara, la demanda fue desechada. Menciona que a él se le acusó de sustraer ilegalmente un documento de la comisión. Se trataba, dice, de un contrato original de la paraestatal con Sepac; documento que, según se demostró, estaba integrado al expediente que seguía abierto por el caso.

“El mensaje era evidente: el contrato en realidad había servido para sancionar a funcionarios y se encontraba en un expediente dentro del área sancionadora; ellos lo sabían y querían que todo se frenara”, explica.

Díaz Tobías llegó a la CFE tras haber denunciado otros casos de corrupción en Pemex en 1999. Su primer encargo fue indagar la denuncia anónima contra Néstor Moreno y Arturo Hernández; como consecuencia de esta investigación, afirma, Elías Ayub reaccionó ante él de manera virulenta. El entrevistado asegura que recibió amenazas directas del titular de la CFE, las cuales grabó y entregó a una comisión de diputados que al final, asegura, no hizo nada.
 
“Los funcionarios de Barrio me prometieron resolver todo. Pero lo que hicieron fue enviarme a Tampico, donde finalmente me removieron. Hice el acta de entrega-recepción, incluyendo los asuntos y el avance de Sensa, Sepac y Petacalco, pero el acta fue alterada, por lo que interpuse una denuncia penal.”

El caso fue expuesto a funcionarios de la Secodam, todos prominentes panistas, como Rogelio Sada Zambrano y Rosendo Villarreal. Tras lo ocurrido en la CFE y su remoción, Díaz Tobías ingresó al área de auditoría en Pemex, donde entre otros asuntos documentó el caso de una prevaricación millonaria en la que incurrió César Nava, a la sazón abogado de Pemex.

“Entonces todos los casos que había documentado fueron archivados; me persiguieron infructuosamente por la vía penal, y como no pudieron encontrarme nada me jubilaron a los 40 años”, lamenta.

Por lo que toca a Moreno, su influencia creció. Fue cercano a Felipe Calderón cuando éste ocupó la titularidad de la Secretaría de Energía. Cuando fue presidente lo designó, en 2007, director de Operaciones de la CFE, hasta que el escándalo en Estados Unidos en 2010 motivó su renuncia y la tambaleante investigación por enriquecimiento ilícito que sólo considera sus actividades a partir de 2005.

Arrecian partidos denuncias por desvíos de recursos en Veracruz

XALAPA, Ver. (apro).- A 10 días de los comicios presidenciales, los partidos políticos de Veracruz, el tercer padrón electoral más grande del país, con más de cinco millones de posibles votantes, han arreciado las denuncias por presuntos desvíos de recursos públicos de los gobiernos federal, estatal y municipal.
 
Esta tarde, el PRI anunció en rueda de prensa que presentará ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) 412 denuncias por el uso electoral de los programas de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y del PAN, informó el representante priista ante el IFE, Salvador Mikel Rivera.
 
En compañía del diputado federal Antonio Benítez Lucho, presidente de la Comisión de Desarrollo Social del Congreso de la Unión, Mikel Rivera insistió en que su partido “condena” al uso electoral de los programas sociales del gobierno federal.
 
“Exigimos a las autoridades que se investigue nuestra denuncia, que se llegue hasta las últimas consecuencias y se castigue a quienes pretenden lucrar con las necesidades de los veracruzanos”, exigió.
 
Apenas el lunes 18, el Comité Directivo Estatal (CDE) del PAN había presentado una denuncia ante la Fepade en contra del gobierno que encabeza el priista Javier Duarte y la Secretaría de Educación estatal, al detectarse una bodega repleta de artículos de promoción, despensas y lonas de los candidatos al Senado del PRI, José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa.
 
“Se trata de los delitos establecidos en los artículo 403 y 407, que establecen que los servidores públicos que desvíen recursos a favor de un determinado partido político serán sujetos a sanciones”, advirtió Víctor Salas Rebolledo, representante jurídico del PAN.

Ese mismo día, el exlíder estatal del PRD, Rogelio Franco Castán, presentó videos donde se observan más de 15 mil despensas listas para ser repartidas en un centro comercial de esta capital (Wal-Mart) y presuntamente pertenecientes al PRI.
 
“Encontramos más de 15 mil despensas en la tienda Wal-Mart de plaza Cristal, y la pregunta que nos hacemos es ¿quién hizo un pedido tan grande de despensas?”, reviró el perredista Rogelio Franco.
 
Una semana antes, el líder estatal del PRD, Juan Vergel, también demandó ante la Fepade a la alcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales García, por el ilícito de promocionar en horas de trabajo la campaña de Enrique Peña Nieto, y además por emprender una guerra sucia en contra del candidato del Movimiento Progresistas, Andrés Manuel López Obrador.
 
El perredista Juan Vergel se apoyó en lo publicado por la agencia apro el lunes 11, en donde a través de audios se documenta cómo Morales García aleccionaba a sus subordinados en el municipio: “López Obrador engaña a la gente. No acepta su derrota, él no sabe ganar ni perder en la vida, todo lo acusa de complot y hace plantones. Andrés Manuel es un hombre corrupto”.
 
Esta noticia motivó que el PRD indagará al interior del palacio municipal de Xalapa y que algunos empleados del ayuntamiento ya hayan aceptado declarar en contra de la alcaldesa.
 
En ese contexto de denuncias ante la Fepade, el PRI anunció hoy la presentación masiva de denuncias en contra del gobierno de Felipe Calderón.
 
“El PRI tiene perfectamente documentadas las 412 denuncias de personas que, teniendo derecho a los apoyos de los programas sociales del gobierno federal, éstos les han sido condicionados o negados por razones políticas”, expresó Mikel Rivera.
 
En abierta violación a la normatividad, acusó, unos 28 mil de 35 mil vocales fungen como operadores electorales.

“Es por esa razón que el PRI rechaza categóricamente que cualquier programa de gobierno se use con motivación político-electoral, porque además de ilegal, indigna a muchas familias, pues se pretende aprovechar sus necesidades para condicionar apoyos a cambio de votos a favor de los candidatos del PAN”, remachó.

MANUEL COSSIO RAMOS ES UN MENTIROSO

El pasado negro de un acusador

Manuel Cossío, el joven que acusó al YoSoy132 de tener vínculos con la izquierda, es cuestionado por sus filias partidistas.
Por Armando Estrop - Miércoles 20 de junio de 2012
Manuel Cossío Ramos acusa al movimiento YoSoy132 de estar cooptado por políticos de izquierda. Se dice en México que para tener la lengua larga se debe de tener la cola corta y este joven graduado de la Universidad Iberoamericana parece no conocer el refrán.

Provocó polémica el lunes al hacer públicas unas grabaciones que hizo de manera clandestina a Saúl Alvídrez, un poco discreto líder del movimiento estudiantil.

“La verdad nos hará libres” llamó al video que subió a YouTube, y en el que lee un manifiesto en que ya se siente víctima por revelar los supuestos nexos del Yo Soy 132 con figuras del PRD y con el productor de televisión Epigmenio Ibarra.

Sin embargo este joven, sobrino del Magistrado de la Suprema Corte de Justicia, José Ramón Cossío, tiene un pasado negro por sus filias partidistas. En 2006, en estado de ebriedad lanzó su camioneta Frontier placas 175-RZP sobre el campamento de simpatizantes de AMLO que estaba en el zócalo capitalino.

De acuerdo con reportes periodísticos, la ahora diputada Maricela Contreras declaró que el hecho fue premeditado, pues Cossío dio dos vueltas a baja velocidad antes de embestir con su vehículo y lastimar a varias personas, entre ellos un menor de edad.

El periodista Jenaro Villamil, de la revista Proceso y a quien se involucra en las grabaciones, publicó en el portal de la revista una nota con más antecedentes de este joven: “Cossío fue productor asociado en la empresa Mantequilla Studios, en sociedad con Pedro Moctezuma. Esta empresa organizó en diciembre del 2009 el Goliath Festival en la Alameda Poniente de Santa Fé. Asistieron grupos como Black Eyed Peas, Pitbull, Calle 13 y Grupo Televisa tuvo una activa participación como patrocinadora de ese festival”, detalló Villamil.

El nombre de Manuel Cossío aparece también como asistente en la minuta de la reunión de la Coparmex jóvenes del 18 de enero de 2011. Ahí se inscribió como representante de Inlakech, movimiento u organización no gubernamental que promueve la paz en el país.

Uno de los principales promotores del movimiento es Emiliano Salinas, hijo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. En su perfil de Twitter @salinasemiliano pone como referencia la página electrónica www.inlakech.com. Con esto sería la segunda vez que la Coparmex se ve involucrada de forma indirecta en tratar de denostar al movimiento Yo soy 132.

La primera fue cuando jóvenes relacionados a esta agrupación formaron el movimiento GeneraciónMX, y fueron identificados por sus vínculos con la Coparmex y el PRI. La verdad nos hará libres, dice él en el video. Tan libres como para entrar a Internet, teclear su nombre y saber qué tan congruentes son sus actos.