por Lilia Baizabal
“Con un poder absoluto hasta a un burro le resulta fácil gobernar.” Acton Lord
El primer gran golpe que acomodará el PRI a los mexicanos en complicidad con diputados federales del PAN y algunos del PRD será la aprobación de la nueva Ley Federal del Trabajo. El dictamen ya se discute en San Lázaro a iniciativa del gobierno saliente y de avalarse la próxima semana, apoyará aún mas al sector empresarial del país quien busca reducir la jornada laboral a solo 40 horas, despidos sin indemnización, salarios controlados, contratación solo por horas así como otras situaciones, en detrimento de las clases obreras.
Lo curioso es que será el PRI a través de un diputado federal emanado de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Carlos Aceves del Olmo, con la complacencia del que será el próximo presidente de México, Enrique Peña Nieto, el que entregará al pleno de la Cámara de Diputados, el documento que contemplará nuevas disposiciones legales en materia laboral que de ninguna manera significan apoyo a la clase trabajadora, sino todo lo contrario, la afectan de manera importante.
Los gobiernos neoliberales que han representado los últimos cinco ex presidentes de México desde la época de Miguel de la Madrid Hurtado, han sometido a los trabajadores del país con salarios mínimos controlados con la complacencia de los sindicatos apéndices del PRI tales como:
La Confederación de Trabajadores de México (CTM), de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), Confederación de Trabajadores y Campesinos (CTC), Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Sindicato Revolucionario de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (SRTPRM) entre muchos otros.
Desde hace casi 30 años, el sector empresarial de México ha pugnado por una nueva Ley Federal del Trabajo que les permita no entregar mayores beneficios a los obreros, sino someterlos aún mas, con salarios mínimos ante una economía que mantiene el incremento de los precios de los combustibles mes con mes y al alza los insumos de la canasta básica.
Pareciera que para congraciarse con el apoyo de los diversos organismos empresariales del país que fueron los primeros en apoyar el regreso del PRI a los Pinos, los señores responderán con el primer favor, una nueva Ley Federal del Trabajo en complicidad plena con el PAN que desde su arribo al poder, apoyó las políticas neoliberales que hoy dejarán 60 millones de pobres al país, según cifras oficiales del Consejo Nacional de Evaluación de la Pobreza, (CONEVAL).
El próximo 27 de septiembre diputados del PRI, PAN y los mercenarios del PRD de la corriente de Jesús Ortega que se venden al mejor postor, votarán esa nueva ley sin que los diputados federales de ningún partido, hayan hecho público el documento y preguntado a los electores de sus distritos, si están de acuerdo en entregar el voto a favor.
La nueva Ley Federal del Trabajo busca de fondo dicen los empresarios: elevar “la calidad y la productividad”, y atender así las demandas de la modernidad industrial.
Pero la otra realidad, la que se plasma en el documento próximo a aprobarse, busca reducir las jornadas de trabajo a solo 40 horas, es decir, sólo habrá pago a los obreros por cinco días laborales de lunes a viernes. Sin que se contemplen sábado y domingo en los salarios. Se facilitan los despidos sin que los empleados reciban su indemnización como actualmente lo estable la ley, se abren los contratos laborales de solo por horas, sin ninguna garantía en beneficio del empleado.
No se considera incremento de los salarios de las clases obreras de acuerdo al indice inflacionario, ni mas poyo en prestaciones sociales, por el contrario hoy mas que nunca las autoridades de la Secretaría del Trabajo, han permitido el predominio de los outsoursing, empresas que contratan por fuera a la gente para que las grandes compañías no adquieran compromisos legales con los trabajadores.
Escasos han sido los líderes sindicales que reconozcan que esta nueva Ley Federal del Trabajo, dará al traste con derechos de trabajadores consagrados en el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la mayoría está obedeciendo los intereses de los partidos políticos a los que pertenecen.
Algunos otros, los menos, planean llevar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, una controversia constitucional contra el documento que se apruebe la próxima semana y que se ha mantenido casi en secreto en las coordinaciones de los Partidos del PAN, PRI y PRD, para evitar que crezca la inconformidad ciudadana, especialmente de los obreros que serán los mas afectados en directo, pero de manera indirecta millones de mexicanos.
De aprobarse la nuva Ley Federal del Trabajo, de nada habrá servido la sangre derramada de aquellos obreros que en lugares como el municipio de Río Blanco en Veracruz, murieron reclamando sus derechos laborales.
Esta nueva ley que presenta el PAN pero que avala el próximo presidente de México, pondera a grandes rasgos, las necesidades económicas de las empresas por sobre las de la clase trabajadora.
Se les otorgan también mas facilidades a las empresas para realizar despidos, y mayor la flexibilidad en la negociación colectiva que afectará directamente a los sindicatos.
Se preguntará, sin contrato colectivo, cuáles serían los criterios que utilizarán las empresas para establecer las condiciones generales de trabajo de los obreros.
Esto que planetan los señores del PRIAN, no es una nueva Ley Federal del Trabajo; es mas bien, el regreso al país donde prevalezca la esclavitud laboral y social ya que impone retrocesos tales como anular y limitar el derecho de huelga, el pago por horas y los contratos de prueba, lo que dará como resultado pulverizar los empleos fijos con derechos y prestaciones de ley como seguridad social y permanencia en la actividad.
Esta nueva ley, llevará al mundo laboral del país, a una precarización extrema del empleo, como en los tiempos del Porfiriato.
Flaca memoria la de los diputados federales de Veracruz y del país, que aprueben una ley sin recordar las represiones que el gobierno ordenó en contra de cientos de obreros que el 7 de enero del año 1907, protestaron en Río Blanco, por las injustas, largas y extenuantes jornadas de trabajo que debían cumplir para la entonces, considerada fábrica textil mas grande de América Latina.
La masacre de obreros de Río Blanco, daría origen a un movimiento que llegó a otras fábricas en Nogales y Santa Rosa y se extendió por todo México, sería el primer detonante para que tres años más tarde iniciara la Revolución Mexicana del año de 1910 con Porfirio Díaz de Presidente.
Hoy sin lugar a dudas, le urgen a los mexicanos liderazgos fuertes, valientes y comprometidos con las causas justas.
Vivimos tiempos de liderazgos “charros”, donde un diputado de la misma CTM y sus cómplices del PRI, será el que de la puñalada final a las conquistas laborales que se lograron desde hace 100 años, gracias a la sangre de cientos de obreros que murieron por un futuro mejor para las clases obreras del país. ¡Que pena!. Va México y sus ciudadanos para atras, en lugar de mejorar.