NOÉ ZAVALETA
Reporteros protestan en el Palacio municipal de Medellín, Veracruz, por el asesinato de Moisés Sánchez.
Foto: Yahir Ceballos
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XALAPA, Ver. (apro).- Al cumplirse una semana del levantón del periodista de La Unión, Moisés Sánchez Cerezo, por parte de un comando en el municipio de Medellín de Bravo, reporteros y activistas “clausuraron” con cartulinas y pancartas las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Además, colocaron un “tendedero” de consignas en el Palacio de Gobierno, donde despacha Javier Duarte, en señal de protesta por el ominoso silencio de las autoridades estatales.
Extraoficialmente, policías ministeriales y empleados de gobierno filtraron está mañana a varios columnistas que Moisés Sánchez fue encontrado “torturado”, “quemado” y sin signos vitales en la carretera Soledad de Doblado-Camarón de Tejeda, el lunes 5 por la noche.
Sin embargo, según las fuentes, por instrucciones de la PGJE y del propio gobierno priista la información fue mantenida en secreto para evitar que empañará la visita del presidente Enrique Peña Nieto, realizada el miércoles 7.
También se buscó evitar, añadieron, que el homicidio del onceavo periodista ocurrido en el sexenio de Duarte empañará la inscripción de precandidatos de PRI y PAN a las diputaciones federales, registrada esta semana.
El columnista Luis Velázquez destacó en su portal blog.expediente que policías municipales fueron quienes, al buscar darle un “susto” a Moisés Sánchez –como habría ordenado el alcalde panista Omar Cruz, según denunció el hijo del reportero de La Unión, José Sánchez–, se excedieron en golpes y tortura hasta privar de la vida al activista.
“Hay siete policías municipales de Medellín confesos de participar en el crimen, y se ha confirmado que el alcalde Omar Cruz, con la clave policial ‘Azul 1’, dio la orden”, denunció Velázquez.
Además, varios periódicos digitales confirmaron con fuentes de la Policía Ministerial el deceso de Sánchez Cerezo ocurrido el lunes por la noche y durante cinco días negado por la autoridad estatal.
“Entonces (los policías) hablaron por teléfono al presidente municipal panista, quien tiene la clave en la red policiaca de ‘Azul 1’, y les ordenó quemarlo… igual que Ayotzinapa, para borrar todas las huellas. Y, en efecto, lo quemaron y luego decidieron tirar el cadáver el lunes 5 en la noche, hacia las 23 horas, sobre la carretera de Soledad de Doblado llegando a Paso del Macho”, se resalta en el sitio www.blog.expediente .