CIUDAD DE MÉXICO, (apro).- La promesa
de Ricardo Anaya de ir contra los corruptos del Partido Acción Nacional (PAN),
que se originó con el escándalo de los “moches” en la Cámara de Diputados y que
usa como plataforma para su proyecto presidencial en 2018, ha quedado hasta
ahora sólo en el discurso.
Pese a los señalamientos públicos de
prominentes panistas contra gobernantes, dirigentes y militantes del PAN por,
presuntamente incurrir en corrupción, como el expresidente Gustavo Madero, el
excoordinador parlamentario Luis Alberto Villarreal y el propio Anaya –involucrados
desde 2014 en el cobro de comisiones conocidas como “moches”–, y el
exgobernador Guillermo Padrés, nada ha pasado.
“Pinches ladrones”, llamó el senador
Ernesto Cordero a Madero y a Villarreal en enero de 2014, en una conversación
telefónica con el entonces diputado federal Fernando Rodríguez Doval, actual
vocero de Anaya, en el contexto de la disputa por la presidencia del PAN.
Aunque Madero destituyó a Villarreal
por un escándalo de una fiesta con alcohol y mujeres, nunca hubo en el PAN una
investigación sobre los “moches”, ni siquiera cuando Anaya fue coordinador de
la bancada en la Cámara de Diputados ni cuando fue secretario general y
presidente interino del PAN.
Sólo hasta que buscó la presidencia
del PAN, en agosto de 2015, Anaya asumió el discurso de la “regeneración” y
prometió que, además de impulsar para el país un Sistema Nacional
Anticorrupción, combatiría a los panistas corruptos.
Fue en octubre de 2015 cuando nombró
a Luis Felipe Bravo Mena presidente de la Comisión Nacional Anticorrupción del
PAN, pero fue hasta abril de este año cuando se nombró a los integrantes de
ésta y, apenas este miércoles 13, la Comisión Permanente avaló las “normas
reglamentarias” de dicha instancia.
“Con este nuevo reglamento la
Comisión tendrá los elementos adecuados para investigar a fondo cualquier acto
de corrupción cometido por algún militante panista”, informó el PAN en un
comunicado, en el que se detalla a los integrantes de la comisión
anticorrupción: Silvia Guadalupe Garza Galván, Fauzi Hamdan Amad, María Guadalupe
Murguía Gutiérrez y Ernesto Ruffo Appel.
Según Bravo Mena, “se estudiarán
todos los asuntos que hasta el momento se han recibido y que en una primera
etapa se dará prioridad a las denuncias recibidas por casos como los de Sonora
y Nuevo León, entre otros”.
Sin embargo, el reglamento de la
comisión deberá ser avalado aún por el Instituto Nacional Electoral (INE).
Así, a casi un año de que Anaya llegó
a la presidencia del PAN y a ocho meses después de que designó a Bravo Mena, no
hay ninguna acción contra los panistas corruptos. Solamente promesas.
Justamente hoy, en una visita a su
estado natal Querétaro, Anaya insistió en su discurso contra la corrupción, que
ha sido el puntal en las elecciones del 5 de junio, cuando el PAN ganó siete
gubernaturas y en su disputa por la candidatura presidencial con margarita
Zavala.
“En el propio partido hemos planteado
un proceso profundo de renovación, de regeneración. Hemos creado una Comisión
Anticorrupción al interior del partido, porque no es nada más señalar la
corrupción afuera, también es hacernos cargo, empezando por casa”, dijo.
–¿Algunos casos en esta comisión?
–Sí, son muchos los casos que están
en la Comisión. El día de antier se aprobó ya el reglamento de la Comisión, la
encabeza un hombre con una trayectoria honorable, un hombre muy respetado que
es Luis Felipe Bravo Mena y nos iremos haciendo cargo porque, así como exigimos
que haya honradez y honestidad afuera, también tenemos que predicar con el
ejemplo adentro.
Explicó que se trata de una comisión
con plena autonomía y que “atenderá los distintos asuntos con el compromiso de
que para exigir honestidad en otros partidos tenemos también que empezar en
casa”.
Y sin descartar su proyecto
presidencial, Anaya se escabulló: “Yo estoy absolutamente concentrado en mi
responsabilidad como Presidente del partido (…) Y ya habrá tiempo de hablar del
2018. Definitivamente este no es todavía el momento”.