Por
Sanjuana Martínez
Marcial
Maciel no sólo tenía el control de la poderosa orden católica de los
Legionarios de Cristo. Ahora se sabe que durante 60 años acumuló una riqueza
inusual para un sacerdote; que gran parte de esta fortuna se encuentra
depositada en bancos y paraísos fiscales como el de las islas Bahamas, y que ha
abierto una guerra entre quienes se reclaman como los herederos: los hijos de
Maciel. Alejandro Espinosa, ex legionario y sobrino de Maciel, cuenta cómo y
cuánto dinero movía éste, de dónde lo obtenía y otras historias hasta ahora
desconocidas de quien terminó siendo la imagen más grotesca de la pederastia
con el consentimiento de papas y del resto del Vaticano.
Marcial
Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo fallecido en enero de 2008,
fue en apariencia un buen padre, aunque no precisamente de la Iglesia católica,
sino de familia. Su preocupación por el destino de sus hijos lo llevó a que les
dejara en herencia una especie de fideicomiso en el paraíso fiscal de las islas
Bahamas, concretamente en el Cititrust Limited, una subsidiaria del Citibank.
La fortuna acumulada durante 60 años por Marcial Maciel es incalculable y sus
presuntos hijos ya luchan por llevarse una parte de la herencia construida a
través de los generosos donativos de sus fieles devotos. El futuro de los tres
hijos mexicanos de Marcial Maciel hasta ahora identificados: Norma Hilda,
residente en Madrid, y los hermanos Raúl y Christian, que radican en
Cuernavaca, Morelos, está supuestamente asegurado, aunque aún no se determina
entre cuántos tendrá que dividirse ese dinero, ya que la congregación religiosa
reconoce la existencia de “varios” hijos más. Alejandro Espinosa, sobrino de
Marcial Maciel y autor del libro El
legionario,
en donde narra los abusos sexuales a los que fue sometido por el fundador de
los Legionarios de Cristo, asegura que su tío siempre manejó de manera
discrecional los dineros del grupo y que más que un fideicomiso en las Bahamas,
abrió cuentas bancarias a nombre de sustitutos para usar esos dineros a su
antojo.
Como
ejemplo, ofrece su experiencia propia y cuenta cómoen diciembre de 1950 lo
acompañó de Madrid a Nueva York para hacer una operación financiera en el First
National City Bank: “Recuerdo que nos hospedamos tres días porque mi tío iba a
atender sus asuntos de narco y lavado de dinero, para ser claros. Allí depositó
poco más de 400 mil dólares en dos cuentas a mi favor. En aquel entonces era
mucho dinero. Puso el dinero a mi nombre y yo firmé”. Espinosa asegura que
además de los generosos donativos,Maciel fue amasando una fortuna con negocios
ilícitos como el blanqueo
de capitales, producto del tráfico de drogas a las que era adicto. Afirma que
el fundador de los Legionarios, originario de Cotija, Michoacán,enriqueció a su
familia, concretamente a sus ocho hermanos: Olivia, Teresa, Blanca, Maura,
Francisco, Alfonso, José y Javier: “Los hizo ricos. Sólo a Francisco lo arrinconó
por sus tendencias homosexuales, según el mismo Maciel. Por eso le propinaba
golpizas cuando lo sorprendía haciendo el papel de niña cuando jugaba con otros
niños”. Sobre la versión de que Marcial Maciel abusó sexualmente de sus propios
hijos, Espinosa lo duda: “No
lo creo. Me resulta contrario a la psicología que yo le conocí a Maciel. ¿Por
qué nunca violó a sus hermanas o hermanos?”.
***
Alejandro
ingresó a la legión a los 12 años y permaneció 13 años al lado de su tío. Por
tanto, se muestra escéptico sobre la veracidad de la historia de varios de los
hijos del líder de los Legionarios: “Él me dijo que había docenas de mujeres
que le lloraban por un hijo de la carne y que le pagaban por dejarles
descendencia. Y me dijo: ‘Yo me cuido mucho. ¡Imagínate, qué hubiera pasado si
Jesucristo hubiera tenido hijos!’”.
La Legión de
Cristo sacó a la luz pública en febrero pasado la existencia de una hija de Marcial
Maciel. Se trata de la mexicana Norma Hilda, que vive en un lujoso apartamento en
la calle de Los Madroños, en Madrid, quien pactó su silencio con los actuales
dirigentes legionarios a cambio de una pensión vitalicia y propiedades: “Es una
manera de lavarle la cara a Maciel, haciéndolo ver más humano. El papa
Benedicto XVI les obligó a anunciar lo de la hija. Ratzinger fue su principal
encubridor junto con Wojtyla”. Añade: “(Por) el gran dinero que manejan los
Legionarios y luego de que ellos mismos reconocieran la existencia de Norma
Hilda, yo no dudaría que le salieran hijos por docenas a mi tío; hasta Lucrecia
Rego (directora de catholic. net, el portal católico más grande y más visitado
de la red, e integrante del movimiento Regnum Christi, presente en cerca de 40
países del mundo) dice que es su hija”.
Sobre la
existencia de otros descendientes representados por un abogado mexicano, Espinosa
dice que carece de credibilidad si no se presentan pruebas: “Hay demasiado
interés económico por parte del abogado que dice representar a los supuestos
hijos de Maciel como para pensar que su objetivo está libre de intereses
espurios. Él ha hablado de tener pruebas, pero no saca ninguna, algo que no
comprometa, pero que dé fe.
¿Dónde están
las fotos, las cartas de su puño y letra, los mails, las grabaciones? Nada. Eso
me genera muchas dudas”. La credibilidad, dice, sólo se consigue ofreciendo
pruebas y una carta escrita a máquina y firmada por una de las supuestas falsas
identidades que utilizaba Maciel no es suficiente: “Se me hace muy artificial,
sobre todo porque los supuestos hijos salen ahora que se murió. ¿Por qué no
salieron en 1997 cuando denunciamos a Maciel? ¿Por qué ahora que ya es tan
fácil?”. Lo más grave, señala, es que después de la batalla emprendida por las
víctimas de Marcial Maciel, que al final han ganado credibilidad, todo puede
venirse abajo por las mentiras de unos cuantos que buscan legitimarse.
“Nos costó
mucho abrir esa parte de la sociedad y ganar credibilidad sobre las acusaciones
en contra de Maciel. Nosotros nunca buscamos una retribución económica, por eso
tengo mis dudas. No niego los niveles de perversión que alcanzó Marcial Maciel,
pero me hace dudar el factor económico que está detrás”. Las pruebas de ADN son
determinantes, pero Espinosa duda que estos jóvenes las tengan: “En ese caso,
yo también estoy dispuesto a hacerme la prueba de ADN para probar que soy
familiar a ver si alcanzo herencia y con la seguridad de que en mi caso sí es
la misma sangre. Maciel era primo hermano de mi padre”. Espinosa asegura que
podría aceptar que Maciel tiene hijos, siempre y cuando ofrezcan pruebas: “Si
llegan a mostrar un documento fehaciente lo creo, pero no con palabras. Si
llegase a comprobar esa paternidad sigue siendo el mismo monstruo. A diferencia
de Jesucristo, él sí trató de fundar su reino en la tierra, porque no creía en
el del cielo”.
*** El capítulo de las mujeres de Marcial Maciel tiene como
objetivo humanizarlo, según Alejandro Espinosa, pero advierte: “Maciel ante
todo era un homosexual y un pederasta. Lo de las mujeres era un sacrificio que
asumía para desplumarlas. Eso es lo que vi durante tantos años. Nada de que
ahora quieran hacerlo muy hombre a fuerzas, hablando de sus mujeres. Él estaba
dispuesto a fornicarse a todas a las que podía sacarle uso y beneficio, pero si
no tenían dinero, mejor se masturbaba”.
De acuerdo con su experiencia, la
procedencia de los supuestos hijos de Maciel es muy extraña, sobre todo porque
la madre de Norma Hilda es una mujer morena con rasgos indígenas, y la de Raúl
y Christian es alguien de clase media o baja: “Es muy extraño, porque Maciel
era racista a morir. No hay una relación coherente. Tampoco se metía con la
servidumbre. Él, si acaso, tenía relaciones sexuales con las dueñas de las
casas, como la de Lola Barroso, a donde se iba a descansar a Cuernavaca. Para
él, la servidumbre era gente de segunda clase”. “Maciel buscaba mujeres de la alta
sociedad, incluso el padre de una chica de 15 años de apellido Zapata, que era
dueño de la fábrica Tapón Corona, le dijo a Maciel: ‘Deja el sacerdocio y
cásate con mi hija’. No aceptó por ‘pura virtud’ pero la muchacha le pedía
procrear con ella un hijo. “Otra le lloraba y le rogaba que se fueran a vivir a
Suiza, y había una actriz italiana que tenía un hijo más bonito que el niño
Jesús, y Maciel le llevaba rosas rojas y chocolates.
Ellos se hospedaban en el
hotel Excélsior de Madrid y tenían camas juntas. Vivió con ella durante meses.
Si quería hijos, ¿por qué entonces no tuvo hijos con sus amantes ricas?”. Según
Espinosa, Maciel tuvo todas las amantes que quiso, desde esposas de hombres de
la alta sociedad hasta viudas. El sexo era la pasión que lo dominaba. Hizo del
sexo el instrumento que lo llevó al éxito en todos los campos de su vida. Entre
los cincuenta y sesenta tuvo una docena de mujeres. “Las fui conociendo. A la
única que nunca vi fue a una Josefita Pérez de Delfino, que era hija del dictador
Pérez de Venezuela, y a otra señorita de apellido italiano”. A Maciel le
gustaban guapas, aunque la Talita Retes (una de sus acaudaladas benefactoras)
no era la mejor. “Sin embargo, a ella sí la tuvo de amante. Talita Retes fue la
primera amante. Le exigía matrimonio y Maciel la mandó al traste, claro,
después de sacarle el dinero. Le dio más de 6 mil pesos oro. Con eso vivió y
compró la casa de Madero 12”. Maciel, apunta Espinosa, le decía las mis - más
mentiras a todas, igual que “nos decía a nosotros de niños, para someterlas
sexualmente: el permiso papal, sus dolencias prostáticas, la retención de
semen… todas esas estupideces que como niños nos creíamos. Lo raro es que ellas
cayeran también”.
Los testimonios siempre han hablado de la capacidad de
seducción de Maciel: “Ellas se dejaron seducir. Era galán y luego lo ponían
adornado con esa aura de la predestinación celestial, las bendiciones del cielo
y todo lo demás, pues las mujeres estaban enajena - das con él. A Maciel le
encantaba y decía que lo confundían con el Duque de Windsor. La religión para
él fue su pasaporte a la buena vida, al dinero, al poder, a la supremacía social.
Maciel no creía en nada”.
*** ¿A cuánto asciende la fortuna acumulada por
Maciel? Nadie ofrece una cantidad exacta. La Legión de Cristo es una
multinacional que tiene más de 850 sacerdotes, 3 mil seminaristas y 70 mil
laicos. El emporio educativo está compuesto de más de 145 colegios, nueve
universidades y 21 institutos superiores: “La fortuna es mucho más de 20 mil
millones de euros. Hay que calcular todas sus propiedades, las universidades,
los colegios o negocios de enseñanza, los más caros y los más ineficientes”. La
combinación sexo y dinero por parte de Maciel fue una realidad durante toda su
vida, comenta Espinosa, quien asegura que a él mismo le ofreció ser su mano
derecha siempre y cuando se sometiera a sus desviaciones: “Yo fui sometido a
varios de sus abusos, pero nunca me dejé violar. Vi las orgías en las que
participaba y cómo abusó de otros compañeros. Yo pensaba que era una máquina
sexual, pero no, el doctor Ernesto Lammoglia me corrigió y lo definió como un
monstruo del dinero. Y es verdad, a él le importaba el dinero sobre todas las
cosas y el sexo era un instrumento multifuncional”.
Por Sanjuana Martínez