Fuentes: FNLS
La pobreza y represión son dos
fenómenos de la realidad chiapaneca, diversos estudios económicos colocan al
estado como una de las entidades con mayor pobreza del país; artículos
periodísticos catalogan a la entidad como uno de los más mortíferos para defensores
de los derechos humanos, no es para menos, Chiapas es gobernado por una
administración […]
La pobreza y represión son dos
fenómenos de la realidad chiapaneca, diversos estudios económicos colocan al
estado como una de las entidades con mayor pobreza del país; artículos
periodísticos catalogan a la entidad como uno de los más mortíferos para
defensores de los derechos humanos, no es para menos, Chiapas es gobernado por
una administración represiva y pro empresarial.
El Informe anual sobre la situación
de pobreza y rezago social de las Entidades 2020, plasmado en el
Diario Oficial de la Federación, explica que en el año 2018, los estados de
Chiapas, Guerrero y Oaxaca presentaron el mayor porcentaje de su
población en situación de pobreza; el Indicador Trimestral de la
Actividad Económica Estatal del INEGI, catalogó a Chiapas en el año 2019 como
uno de los estados «más pobres» del país, hasta la fecha se mantiene en esta
categoría.
Los datos oficiales comprueban la
existencia de la pobreza, sin embargo, el manejo gubernamental que le da a
dichos datos no es con el objetivo de explicarle al pueblo el origen de la
pobreza, sino que son utilizados de manera perversa para justificar la
ejecución del Plan Nacional de Desarrollo que no es más que la apertura de un
nuevo ciclo de desarrollo capitalista en el sur del país, a nombre de los pobres el
gobierno llama al capital monopolista trasnacional a expoliar los recursos
naturales, energéticos y hacer uso de la mano de obra barata.
Esto también lo vemos en el discurso
trillado de «primeros los pobres» y «bienestar», el cual se utiliza para hacer
creer al pueblo que las medidas políticas y económicas traerá beneficios para
los trabajadores, sin embargo, los beneficiados son los empresarios del país y
del extranjero. Los capitalistas aseguran la obtención de materia prima y mano
de obra barata en el estado, mientras el pueblo padece las crudas consecuencias
de la pobreza y la violencia institucional.
Por ejemplo, un reciente estudio
económico realizado por la investigadora Ana María de la Rosa expone que en
la ciudad de Tuxtla Gutiérrez el precio general de la canasta básica incrementó
1.4 por ciento respecto a diciembre del año pasado, incremento
generalizado en la entidad, este fenómeno se traduce socialmente en mayor
precariedad y dificultad para las familias pobres de resolver un aspecto
fundamental como lo es la alimentación.
Los servicios como energía eléctrica
y agua, gastos del hogar, educación, transporte y salud no incluyen en la
canasta básica, lo que vuelve aún más complicado el día a día de las familias
chiapanecas.
Los últimos dos aumentos al salario
mínimo hoy tasado en 123.22 pesos en comparación con los gastos diarios del
ahogar es insuficiente, sería necesario 13 salarios mínimos para conseguir los
40 productos que incluye la canasta básica. La tendencia de la inflación es
ascendente lo que hará a corto plazo que el poder adquisitivo del salario
sea mínimo.
No es el pesimismo económico lo que
hace opinar de esta manera, sino la explicación objetiva de la realidad, sin
maquillarla, mientras el capitalismo permanezca intacto las condiciones de los
trabajadores no modificarán, la pobreza y la miseria tienen su génesis en el
régimen de explotación y opresión.
El clima de violencia institucional
que se vive en la entidad esta concatenada con la realidad económica, las
familias proletarias padecen las consecuencias de la represión, los desalojos,
brutalidad policiaca, abusos de autoridad, etc. La razón principal es el
intento de la burguesía de evitar la toma de conciencia del pueblo que pueda
traducirse en organización y lucha por transformar su situación.
Sin organización popular ni crítica
política al régimen el Estado impone con facilidad los intereses oligarcas, por
esta razón, en Chiapas el conjunto del movimiento popular vive una recia
política represiva expresada en hostigamiento, desalojos, desplazamiento
forzado, detenciones arbitrarias, tortura y ejecuciones extrajudiciales.
Chiapas uno de los
estados más mortíferos para defensores de los derechos humanos, dicen los
encabezados de diversos diarios e informes de derechos humanos, y en efecto,
quienes somos víctimas de esa política podemos constatar eso. Protestar y
defender nuestros derechos en la entidad es objeto de criminalización y
represión.
Es un hecho real que la pobreza y
represión la padecemos millones de chiapanecos, reflejo de lo que acontece en
el resto del país, la administración que encabeza Rutilio Escandón Cadenas es
antipopular, represiva, demagógica y pro empresarial, las consecuencias de su
política son deleznables para el pueblo chiapaneco.
Las miles de familias que fueron
desplazadas de sus hogares ahora viven en condiciones infrahumanas, sin techo
donde vivir y protegerse de las inclemencias del tiempo. Por la política de
despojo de tierras que ejecuta el gobierno chiapaneco miles de campesinos se
encuentran sin trabajo y sin la posibilidad de resolver sus necesidades.
Medrar con la pobreza es el trabajo
de empresarios y políticos de oficio, pasan años y los discursos de «mejoras
para el pueblo» se mantienen sin que en la realidad sea visible, por el
contrario la brecha entre explotadores y explotados se hace aún más grande, es
decir, un reducido número de familias acapara más riqueza que la mitad de la
población en el país.
La promesa de «bienestar» y «respeto
a los derechos humanos» termina por ser demagogia y el intento gubernamental de
ocultar la verdad de pobreza y represión que vivimos en Chiapas. Transformar
esta realidad requiere de una mayor organización, coordinación y unidad en el
pueblo para poder impulsar la protesta combativa que logré frenar los oprobios
contra la clase trabajadora.
Garantizar la superación de la
pobreza y la violencia contra el pueblo requiere de la suma de todos los
esfuerzos para construir una sociedad sin clases, sin explotadores ni
explotados, donde se garantice el buen desarrollo de la humanidad. Esta etapa
del desarrollo histórico de la humanidad es el socialismo, el pueblo tiene que
construirlo.
Frente Nacional de
Lucha por el Socialismo
https://rebelion.org/pobreza-y-represion-la-vida-en-chiapas/