4 de mayo de 2014

ATRAS DE LA DESAPARICION DE HECTOR EDUARDO VARGAS BARCENAS SE ENCUENTRA LA POLICIA DEL ESTADO DE VERACRUZ

Viernes 24 de enero de 2014, 9:21 horas. Una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz obstruye el tránsito lateral de una de las avenidas principales de Xalapa para permitir que dos camionetas Suburban entren, en sentido contrario, hasta estacionarse frente a un par de negocios.

De los vehículos descienden sujetos armados y encapuchados, vestidos con uniformes azules y de camuflaje. Entran a un bar, de donde se llevan a un número indeterminado de personas.

Entre ellos a Héctor Eduardo Vargas Bárcenas, de 28 años de edad, quien tiene una esposa y una hija de dos años.

Su madre, Laura Bárcenas, lleva desde el 25 de enero buscándolo en instituciones de seguridad estatal y federal, sin saber si fue detenido en un operativo oficial, o levantado por un comando de la delincuencia.

Según su relato, Héctor Eduardo trabajaba en un negocio de autolavado, así como de compra y venta de vehículos.

A las 9:00 horas del 24 de enero, su hijo se dirigió en su automóvil Mini Cooper rumbo a los alrededores del bar "Sodoma", ubicado en la Avenida Lázaro Cárdenas, en Xalapa.

Se había citado con una persona para comprar un automóvil, por lo que llevaba 45 mil pesos en la bolsa. Quedaron de verse en la avenida, sobre la cual hay varios negocios grandes, por lo que siempre es concurrida. Desde ese momento, no se sabe nada más de él.

Laura Bárcenas fue al lugar donde su hijo debió estar por última vez, para investigar qué pasó.

Ahí, testigos de los hechos le dijeron que el viernes 24, alrededor de 30 hombres fuertemente armados, unos vestidos con uniformes azules y otros camuflajeados, entraron al bar de dos pisos y se llevaron gente detenida.

Videos de la cámara de seguridad de un negocio contiguo, obtenidos por la madre y mostrados a REFORMA revelan que, a las 9:21 horas, una camioneta perteneciente a la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz cerró el tránsito sobre la lateral de la Avenida Lázaro Cárdenas.

Alrededor de cinco minutos después, se observan dos camionetas Suburban sin placas, una color blanco y otro color oro, de donde descienden cuatro personas armadas, encapuchadas y portando uniformes de camuflaje.

Las camionetas se estacionan en las entradas de los negocios ubicados junto al bar, sin que se observe cuántas personas bajan o suben de los vehículos; a las 9:58 horas, los sujetos se retiran.

El auto de Héctor Eduardo tampoco ha aparecido.

"Yo creo que mi hijo estuvo en el momento equivocado y en el lugar equivocado", afirma Bárcenas, quien ha preguntado sobre su paradero a la Procuraduría estatal, a la Secretaría de Seguridad Pública, al Ejército y a la Marina.

Aunque ninguna institución reconoce haber realizado el operativo, Bárcenas tramitó un amparo federal, el cual exige, a la institución que resulte responsable, presentar a Héctor Eduardo.

Bárcenas también visitó el Semefo, donde tuvo que ver restos de hombres ejecutados para descartar que su hijo estuviera entre ellos.

"Mi hijo está vivo, sí", sostuvo con voz entrecortada, "será la esperanza la que muera al último".
 

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