Por: José Miguel Cobián
Revuelo causó el viernes 15 de octubre pasado, la resolución del TRIFE de ordenar el recuento de votos en Poza Rica, Coatzacoalcos y Córdoba. Ahora fríamente habrá que analizar las posibles consecuencias de dicho recuento. Curiosamente los tres candidatos del PRI en esas ciudades son cercanos al gobernador Fidel Herrera, mientras que en otros municipios los mismos argumentos ante el TRIFE no dieron los mismos resultados.
La primera y más clara consecuencia es que el IEV no capacitó adecuadamente a los funcionarios de casilla y por eso hubo tantos errores en los cómputos. Para ejemplificar, tomaré la elección a presidente municipal de Córdoba, en la cual al llegar las actas al tribunal local hubo anulaciones a los tres candidatos fuertes. Al PAN le anularon 1,422 votos equivalentes al 5.52% de su votación. Al PRI le anularon 1,700 votos equivalentes al 5.16% de su votación y a Convergencia le anularon 675 votos equivalentes al 4.83% de su votación. Entre el 4.8 y el 5.5 % de los votos fueron anulados al llegar al tribunal local y la distribución de las anulaciones fue muy similar entre las tres fuerzas principales. Los que vivimos de cerca la elección vimos muy claro que los funcionarios de casilla no sabían cómo llenar las actas una vez terminada la elección, lo cual creó confusiones y gran cantidad de errores. El IEV tiene el premio principal como mal organizador de la elección, pero si de mapaches se trata, estuvo muy parejo el ¨mapacheo¨ entre todos los partidos.
En Córdoba se ordenó el recuento de 98 casillas, algunas impugnadas por el PAN y otras por el PRI. Para revertir el resultado electoral el PAN tendría que obtener una anulación de 70 votos del PRI por casilla, lo cual es matemáticamente improbable, o la anulación de 98 casillas en las cuales el diferencial de votación entre el PRI y el PAN fuera de 70 votos o más. Ambas posibilidades son totalmente improbables, razón por la cual, el candidato del PRI a la municipal se siente muy seguro de que la elección no la pierde, y tiene razón. Recordemos que la diferencia de votos entre el PRI y el PAN fue de 6,853 votos tal como lo avaló el tribunal local el 10 de septiembre pasado.
A partir de los números y el razonamiento anterior, se entiende claramente la apuesta del PAN y las declaraciones de algunos de sus miembros más prominentes. Apegándose a la ley, si llegara a demostrarse que hubo irregularidades graves en más del 25% de las casillas de la elección, ésta tendría que anularse, lo que obligaría a designar a un presidente municipal temporal una vez que terminara su mandato el 31 de diciembre el actual munícipe, y a llevar a cabo una nueva elección de presidente municipal.
Mientras tanto, Convergencia que fue el invitado ¨mudo¨ a este evento electoral, pues no impugnaron la elección al no haber resultado actores importantes por el número de votos obtenidos, lucha a brazo partido por lograr los mismos objetivos que el PAN, mostrando un pragmatismo político, pues mientras su ex candidata considera ya terminada la elección y no muestra públicamente mayor interés por los conflictos post electorales, su único regidor, el Sr. Sierra se suma al equipo de regidores panistas para formar un frente de oposición al PRI y a su presidente electo. Así, vemos a un personaje de la izquierda local, reflejando la misma actitud de la izquierda nacional, uniendo fuerzas con su enemigo ideológico histórico, con la derecha local, con el único fin de que el que ganó no se siente en la silla. Habría que preguntarse cuál hubiera sido la actitud del regidor electo de Convergencia en caso de que el PAN hubiera ganado la elección, y la respuesta es la misma. Se hubiera aliado con el PRI, pues lo importante no es la ideología ni las razones de estado, lo importante es oponerse al que está arriba, al que ganó, aunque su partido no hubiera tenido la mínima oportunidad de ganar la elección, ni la tenga en caso de que ésta se repita.
El presidente electo del PRI tiene razón al afirmar que él sigue siendo el próximo presidente municipal, pues su constancia de mayoría no se le ha revocado. Y también tiene razón el abogado del candidato perdedor del PAN al afirmar que existe la posibilidad de anular la elección y obligar a su repetición. Quien no tiene razón es quien afirme que con el recuento de los votos de esas casillas se puede revertir el triunfo del candidato rojo. Realmente solo quedan dos caminos la ratificación del triunfo del rojo, o la anulación de la elección. Lo demás son frases, acomodos, desinformación y desconocimiento.
Habría que pensar que va a hacer Convergencia en el remoto caso de que se repita la elección pues tiene la opción de competir y dividir el voto de la oposición como ya lo hizo, o no presentar candidato y promover el voto a favor del PAN, para que en caso de que este partido gane la hipotética segunda elección, entonces sumarse al PRI en un bloque opositor, pues para oponerse son muy buenos.
Habría que ver si en Poza Rica y en Coatzacoalcos la situación es similar. Nuestro pronóstico es que en Córdoba el PRI va a asumir la presidencia municipal el 1 de enero de 2011.