ENCUESTAS UTILIZADAS EN CAMPAÑA |
BARBOMETRÍA
No solo a nivel nacional están bajo predicamento las casas encuestadoras que con tal de inflar la candidatura del priísta Enrique Peña Nieto, manipularon las mediciones sobre la intención de voto para hacerlo parecer como un contendiente invencible y así desalentar a la ciudadanía que tenían preferencia por algún abanderado de los partidos de oposición, sino que en Veracruz algunas hicieron de las suyas.
A nivel nacional las empresas Indemerc –Harris, que le dio 20 puntos de ventaja al copetón, GEA/ISA que le asignaba 18 puntos, Buen Día y Loredo que le pronosticó 17 puntos, Ulises Beltrán le otorgaba 16, Parametría c17 y Consulta Mitofsky con 15, ahora son señaladas de degradar el trabajo técnico para transformarlo en parte de la propaganda electoral. Esas firmas sentaron un precedente peligroso porque destruyeron la credibilidad de las mediciones.
Ninguna de ellas acertó –obviamente, con premeditación, alevosía y ventaja pues no quisieron hacerlo para ayudar al priísta- en la proyección y las dos únicas casas encuestadoras que se acercaron a la realidad fueron Berumen e Ipsos-Bimsa que informaron sobre una ventaja de 6.1 y 6 por ciento del mexiquense, cifra que se aproximó a lo que arrojó el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del IFE. El resto quedaron en evidencia y desacreditadas.
En Veracruz también hubo errores garrafales de algunas de esas empresas porque no acertaron en la proyección demoscópica pero a la vez los mismos actores políticos creyeron en las mismas encuestas que pagaron para favorecerlos. Desde mediados de mayo se anticipó que el Revolucionario Institucional registraría un derrumbe en los resultados electorales pues los sondeos ciudadanos así lo indicaban.
Se hablaba de entre 10 y 12 distritos que perdería el tricolor y no andaban errados pronósticos porque los priístas perdieron las demarcaciones de Huatusco, Cosamaloapan, Veracruz Rural y Urbano, Córdoba – que ganaron los candidatos panistas- y Jalapa Urbano que fue para el perredista Uriel Flores Aguayo, pero también hay cifras cerradas en los distritos de Papantla, San Andrés Tuxtla, Acayucan y Jalapa Rural, es decir, las encuestas no andaban tan equivocadas.
En el caso de los abanderados al Senado tampoco hubo mucho error porque daban entre 1 y 3 puntos la ventaja del priísta José Yunes Zorrilla frente al panista Fernando Yunes Márquez. Es más, una de las casas encuestadoras que arrojó la mayor distancia no rebasaba los seis puntos. Claro, la medición se centraban entre las dos primeras formulas porque Julen Rementería y Héctor Yunes no figuraban en las estadísticas. Ambos estaban lejanos en las preferencias ciudadanas.
Sin embargo, hay casos muy desastrosos como en la conurbación Veracruz-Boca del Río donde los candidatos a las diputaciones federales, Oliver Aguilar X y Ángela Perera Gutiérrez fueron engañados – o más bien, se dejaron engañar para no ver la realidad que se anticipan- de los que les decían las encuestadoras güegüenches como Lenguotecnia, Radio Bemba, Barbometría y Consulta Chimowsky que les pintaban un panorama halagüeño.
Los lambiscones que los rodeaban les endulzaron los oídos y filtraban a la prensa que ambos candidatos tenían 18 puntos de distancia entre sus adversarios. Hubo incluso algunas notas informativas declaradas por dirigentes priístas que así lo aseguraban. A nivel estatal también le asignaban ese porcentaje al priísta Yunes Zorrilla pero todo fue mentira y los resultados del primero de julio dejaron muy mal parado a los asesores y operadores chafas.
Algo muy cierto es que los priístas no se pueden decir engañados porque hubo voces que los alertaron sobre lo contrario. Tan solo en el distrito de Boca del Río, las empresas Parametría, Defoe, Simo Consulting y Demotecnia ubicaban a Aguilar X entre 12 y 14 puntos abajo del panista Humberto Alonso Morelli y una medición similar se anticipó para Perera Gutiérrez en Veracruz, dando como margen de error entre 1.5 y 2 puntos porcentuales.
Los resultados del PREP fueron próximos a esta advertencia demoscópica ya que los candidatos azules superaron 10.93 y 9.54 puntos, respectivamente a los priístas de los distritos 4 y 12. ¿Qué sucedió?. Se confiaron, prefirieron cerrar los ojos y creerle a Radio Bemba que les daba números bonitos, y consideraron que el dinero y la publicidad pagada en medios de comunicación sería suficiente para llevarlos directo a la curul en San Lázaro. Moraleja: barberos y lambiscones, no son buenos encuestadores.
LA INCONGRUENCIA
Vaya que es incongruente el panista, Felipe Calderón Hinojosa, que termina su sexenio en medio de la ignominia y el desastre. Declaró la guerra al crimen organizado sin consultar al pueblo, sin tener un aparato de inteligencia eficaz y sin combatir la corrupción en las corporaciones policiacas y militares, y especialmente sin limpiar las gubernaturas estatales que estaban coludidas con la delincuencia. Metió a la nación en un conflicto armado, no legal ni declarado formalmente, pero que ha costado la vida a 60 mil personas y ha inundado con lagrimas a miles de hogares más.
Pese a ello, Calderón ayer rechazó la petición del Senado de la República para sancionar y publicar en el Diario Oficial de la Federación la Ley de General de Víctimas que fue aprobada el 30 de abril pasado. Esta legislación contempla el apoyo, la atención del gobierno y la indemnización a todas las personas que sean víctimas directas o colaterales de la violencia generada por su guerra contra el narcotráfico. No la avala y se niega a publicarla para que entre en vigor, aludiendo que es “incosteable”, es decir, que no hay recursos suficientes para atender a los damnificados pero si hubo recursos para iniciar y sostener una guerra que no ganará.
Es más, advirtió que el Congreso de la Unión carece de facultades para emitir una ley de este tipo, lo que significa que se atribuye únicamente a él, como el titular del Poder Ejecutivo, hacerlo. Y como no le parece ni quiere, las víctimas pueden seguir igual, sin ser atendidas. Los mexicanos pueden morir o sufrir las consecuencias y la autoridad no se hace responsable de atenderlos. Por eso los ciudadanos le propinaron un voto de castigo a él y a su partido el pasado 2 de julio, y ya no ven la hora en que se vaya del poder presidencial, el cual, por cierto y no se debe olvidar, ostentó durante seis años bajo la sombra del fraude y de la ilegitimidad.