“En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle”: Mahatma Gandhi.
Después de tres años tras las rejas, alcanzó su libertad Francisco Morales Fernández, uno de los escasos líderes veracruzanos que fue preso por encabezar un movimiento de resistencia civil en contra de las elevadas tarifas eléctricas que cobra la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en el estado de Veracruz.
El ex diputado local por el PAN, apodado “el Potro”, inició a fines del año 2009 en la zona centro de Veracruz, un movimiento de protesta al que se unieron poco mas de 20 mil ciudadanos, hartos de pagar las tarifas de electricidad mas caras de todo México. Ante la indiferencia de las autoridades del estado.
Lo anterior, pese a que en el municipio de Alto Lucero, centro de Veracruz, entró en funciones desde julio del año 1990, la operación de la central nuclear de Laguna Verde, ubicada a unos 50 kilómetros de Xalapa, a 70 del puerto de Veracruz, y a 250 kilómetros de la ciudad de México.
A 40 años de actividades operan dos reactores que según el gerente general de Centrales Nucleoeléctricas de la CFE, Rafael Fernández de la Garza, producen el 5% de la electricidad que se consume en todo el país.
“Cinco de cada 100 focos que se prenden en México, encienden con energía de Laguna Verde”, habría declarado el funcionario. Sin embargo, nadie entiende por qué pese a los enormes riesgos que corren los veracruzanos por el funcionamiento de la central nuclear, se pagan las tarifas de luz más elevadas del país.
Muy justificadamente “el Potro”, inició un movimiento social donde se invitó a los veracruzanos a no pagar la luz, como medida de presión para que la Comisión Federal de Electricidad (CFE), revisara las tarifas que se cobran en el estado, donde su población, enfrenta el alto riesgo por la operación de una planta que opera con equipos obsoletos y muchas fallas.
Esas denuncias se vienen registrando desde el año 1987, tres antes de que la planta nuclear empezara su funcionamiento comercial en el estado de Veracruz por parte de mujeres organizadas en el Grupo Antinuclear de Madres Veracruzanas A.C., mejor conocido como “Madres Veracruzanas”. Desde entonces han solicitado su cierre, denunciando la contaminación por radiación nuclear en la zona, la incidencia de enfermedades provocadas por la presencia de la planta y los sucesivos fallos en la misma. Pero esa es otra historia, diría Nana Goya.
A Francisco Morales miles de ciudadanos lo siguieron desde el inicio de su movimiento. No así, los diputados locales, federales y senadores de su mismo partido político, que mas preocupados por el cobro de sus jugosas dietas, optaron por ignorarlo y dejarlo solo. Permitieron incluso que el gobierno fiel cediera a la petición de CFE del gobierno federal y tras una historia de atosigamiento, fue detenido y encarcelado.
Francisco Morales Fernández se destacó por su don de gente. Goza del afecto, la admiración y respeto de sus conocidos del municipio de Úrsulo Galván en donde cuando quiso ingresar a la política por el PAN, arrasó en las urnas ganando una diputación local vía representación uninominal.
El “Potro”, llamó a su movimiento “Chucho el Roto”, en honor a aquél legendario bandido mexicano llamado Jesús Arriaga, que estuvo preso en el penal de la fortaleza de San Juan de Ulúa en el año 1884, por órdenes de un cacique que lo acusó de robarle para darle a los pobres y necesitados.
Concluido el gobierno que lo mandó a encarcelar, e invalidados los argumentos que le fabricaron para arrestarlo por parte del abogado Jorge Reyes Peralta, Francisco Morales logró finalmente su libertad tras tres años preso en el penal de Pacho Viejo, ubicado en el municipio de Coatepec.
Habría que preguntarse si esos tres años bajo la sombra y alejado de su familia, fueron suficientes para apagar un liderazgo tan fuerte e importante, como el que llegó a representar “el Potro”.
Su historia, como la de muchos otros que se cuentan en el estado de Veracruz es triste,lamentable y dolorosa. Igual a la han vivido los familiares de mas de una docena de comunicadores asesinados en la entidad, que hasta el momento, no ven para cuándo la Procuraduría de Justicia del estado, resuelva sus casos.
La historia del “Potro”, nos lleva a recordar la clase de “justicia” que se imparte en la entidad en contra de los que se atreven a oponerse al abuso, a la injustica, discriminación, corrupción e indiferencia de la élite gobernante para sus representados.
Enhorabuena por la libertad del señor Francisco Morales Fernández y sirva su ejemplo de valentía y coraje para ser continuado por las nuevas generaciones, que están impulsando una revolución ciudadana hartos del estado laberíntico, corrupto y vasto en que han convertido al país, un grupúsculo de funcionarios abusivos sin amor por su Patria.
Y los veracruzanos a continuar pagando las tarifas de electricidad mas caras del país.