El vaticinio realizado en vísperas de año nuevo por parte del Presidente de la Asociación de Economistas Veracruzanos Carlos Luna Escudero, aniquila de golpe el efecto esperanzador que las fiestas decembrinas invariablemente provocan en los ciudadanos….. “Este será uno de los años más complicados que hemos visto”, asegura el economista haciendo alusión a las repercusiones económicas que las Reformas recientemente aprobadas traerán a los mexicanos.
Luna Escudero reitera lo declarado por el Diputado Federal Humberto Alonso Morelli, la Reforma Hacendaria orilla a los empresarios a reestructurar sus plantillas laborales, lo que en términos prácticos se traduce en posibles despidos por parte de la Iniciativa Privada para mantener un margen de ganancias similar al del año anterior, menor por cierto, a decir de los representantes de cámaras empresariales que durante el 2012.
Y es que a partir del primer minuto del año nuevo, entraron en vigor en todo el país los nuevos gravámenes en productos y servicios aprobados a finales del 2013. Un nuevo gasolinazo, 17 centavos más por litro – a pesar de haber sido bandera política de todos los priistas que se eliminarían los incrementos mensuales al combustible- incremento en el gas, IVA del 16% a alimentos para mascotas, aumento en el costo del pan –hasta las roscas de reyes- de los dulces, refrescos y cualquier otro alimento considerado por los legisladores del tricolor como comida “chatarra” (más de 275 calorías por cada 100 gramos), así como un notable incremento al Impuesto Sobre la Renta -ISR- al 32% para quienes ganen más de 60 mil pesos mensuales, 34 % para los que ganen más de 83 mil pesos mensuales y 35 % para quienes su salario mensual rebase los 250 mil pesos.
También en las zonas fronterizas desde los primeros minutos del nuevo año, se incrementó el IVA del 11% que se pagaba comúnmente al 16%, para homologarlo con el resto del país. Además del impuesto especial del 10 % sobre ganancias que provengan de inversiones en la Bolsa Mexicana de Valores.
Pero no nada más habrá que resistir el embate del gobierno federal, los veracruzanos también tendremos que soportar las nuevas cargas tributarias impuestas por Javier Duarte y aprobadas en fast track por la arrolladora banda del PRI en el Congreso local. Nuevos impuestos -porque eso son por más que traten de confundir siempre a la ciudadanía con su perorata- en casinos y sorteos, por cada vez que la suerte lo acompañe en este 2014, Duarte y sus lacayos, le quitaran a usted el 5 % de las ganancias o del valor total del premio obtenido.
También entran en vigor los impuestos en trámites escolares y el programa de autogestión contenido en la Reforma Educativa -aunque esta aún no se haya votado en el estado- que no es otra cosa más que un descarado atraco, una manera vil de quitarle al estado la responsabilidad de brindar mantenimiento a las escuelas, y pasarle la consigna a los padres de familia, valiéndoles un demonio que esto implique que a muchos no les quede más remedio que sacar a sus hijos de estudiar.
Respecto a este último punto, el economista que pronostica que el 2014 será uno de los años más complicados, da en el clavo al cuestionar que se le cobre un solo centavo más a los empresarios, a los trabajadores, a los ricos y a los pobres, a quien sea, cuando no se refleja lo aportado en ninguna obra o servicio que mejore la calidad de vida de los ciudadanos. Por el contrario, en estado como Veracruz no solo se le miente a los gobernados en la aplicación de recursos en programas y obras inexistentes, sino que además en abierto se les roba -porque esa es la palabra para describir el hecho de tomar lo que no es tuyo- a sectores vulnerables como los pensionados, sus mensualidades.
Cada peso de los impuestos de los veracruzanos están destinados a los viajes de Javier Duarte, a las comilonas en los mejores restaurantes y con los mejores vinos para él y sus funcionarios –unas por cierto captadas por cámaras indiscretas en villas de Tlacotalpan- a los estratosféricos sueldos de la sarta de inútiles que rodean al mandatario, a los espectaculares y spots publicitarios anunciando puro embuste, a los guaruras, a las camionetas, al derroche característico de la realeza –medieval, porque la monarquía actual seguro es más “prudente” en sus gastos que el funcionario más pinche del gabinete próspero- a nada más, y cualquiera que acuda a una escuela u hospital público, transite por una carretera estatal, o acuda a los municipios en extrema pobreza, lo puede constatar.
Ni vivos ni muertos….
“En Veracruz no se respeta a los periodistas ni vivos ni muertos” declaró durante el 2013 Darío Ramírez, Director de la Organización Internacional Articulo 19 y no se equivocó. Lamentablemente Veracruz cerró el año como el estado en el que se cometen más agresiones a periodistas en el país, según un reporte publicado por la Casa de los Derechos de Periodistas. Las agresiones en contra de reporteros y medios de comunicación, incrementaron en un 200 % durante el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto, siendo la entidad veracruzana la que más aporta a la estadística nacional.
También la Comisión Nacional de Derechos Humanos, al hacer entrega de su reporte anual de agresiones, incluyó al gremio periodístico en la lista de los más vapuleados y a Veracruz en los primeros lugares en este delito.. Durante el 2013 el infierno que viven las voces críticas en la entidad se intensifico, reporta la Comisión que el estado de nueva cuenta figura en los primeros lugares con 43 agresiones DOCUMENTADAS –faltaría agregar las que no se denuncian por temor- en contra del derecho a la libertad de expresión.
Tan solo en el primer mes del año anterior se dio a conocer la desaparición del reportero de Diario Cardel Sergio Landa Rosado. En total y aunque a Javier Duarte se le “olvide” ha pasado un año más, de los tres que lleva “al frente” de la administración estatal, en el que los familiares de los nueve periodistas asesinados -Noel López Olguín, Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana, Yolanda Ordaz, Regina Martínez, Guillermo Luna Varela, Gabriel Huge Córdova, Esteban Rodríguez y Víctor Manuel Báez- y de los más de diez desaparecidos y exiliados se quedan esperando justicia.
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