8 de octubre de 2014

PODER POLÍTICO Y CRIMEN ORGANIZADO, “UN BOTÓN DE MUESTRA QUE SE LLAMA IGUALA”- ARISTEGUI


El caso de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero y el hallazgo de fosas con cuerpos en Iguala, han sacado a la luz información sobre los vínculos entre gobierno y crimen organizado. Estos hechos colocan a la clase política bajo un reflector de “revisión total” y a preguntarnos “qué ocurre en México entre quien ejerce el poder político y el crimen organizado”, comentó esta mañana Carmen Aristegui. Subrayó: "El caso de Guerrero es un botón de muestra que tristemente se llama Iguala”.

“PERSISTEN DEMANDAS GRAVES EN ZONGOLICA”: REPRESENTANTES

-SON DE INFRAESTRUCTURA, EDUCACIÓN Y CAEV.
-DEMANDAS SON LAS MISMAS EN LA ZONA SUR DEL ESTADO: CONSEJO SUPREMO.
-NO SE DESCARTAN MANIFESTACIONES DE NO HABER SOLUCIONES.


LLEGAN FUNCIONARIOS EN AUTOS DE SUPER LUJO “TU CREES QUE SE VAN A INTERESAR EN NUESTROS PROBLEMAS”.
POR JORGE MAURO NAVARRO RIVERA
Orizaba, Ver. Como graves fueron definidas las demandas que están presentes en el área de servicios educativa  y de infraestructura hidráulica en diversas localidades del municipio de Zongolica dieron a conocer directores docentes y habitantes de las mismas en reunión con autoridades del gobierno del estado este martes en la ciudad de Orizaba.
Ante Nemesio Domínguez Domínguez Subsecretario de Educación en el estado, Carlos Brito Gomez subsecretario de proyectos del instituto de espacios educativos docentes y representantes sociales de localidades  expusieron durante varias horas la serias carencias de escuelas  como la falta de mobiliario, aulas escolares en malas condiciones, escases o falta de agua entre otras.
Por ejemplo en la localidad de Xochioca su sub agente Julieta Flores Nopaltecatl mencionó que en dicha reunión se van sin resultados y como en otras ocaciones solamente se reprogramó una reunión próxima dentro de una semana por los mismos funcionarios “para confirmar las demandas de los ahí reunidos”.
En Xochioca las demandas son habilitar de mobiliario al tele bachillerato y la escuela tele secundaria Agustín Yáñez ambas escuelas en las cuales dos cientos alumnos de nuevo ingreso no cuentan con mesa bancos y mobiliarios en general “utilizan las que usaron sus abuelos”, “El tele bachillerato son ruinas de un albergue que necesita mantenimiento”. Así mismo se carece de un docente y de la constante falta a su trabajo de otro profesor.
En Xochioca desde hace cuatro meses la gente se alimenta con agua de lluvia ya que no se cuenta con agua potable por la falla de un trasformados eléctrico que sirve para la bomba de agua por lo cual solicitaron el apoyo de la comisión de agua del estado de Veracruz CAEV para la habilitación de uno.
Por su lado Roque Quiahua presidente del consejo supremo indígena en la sierra de Zongolica señalo que desafortunadamente en esta reunión no se traen respuestas efectivas a las problemáticas de las localidades “siempre nos dicen que se van a ejecutar las obras  pero no nos dicen cuándo”. Señalo que son una infinidad de problemas que tienen tiempo en esta region pero que no se resuelven. Señalo asi mismo  que las problemáticas de la sierra de Zongolica son las mismas en la zona sur del estado de Veracruz ya esto es expresado por los mismos consejos supremos de Tatahuicapan en Acayucan, Playa Vicente, Tres Valles, Sochiapa y Uxpanapa.
Nemesio Domínguez Domínguez Subsecretario de Educación afirmo que en  esta reunión lo primero fue escuchar las inquietudes de la población agregando que en el municipio de Zongolica son 74  escuelas que están consideradas en rehabilitación a través del “programa de excelencia” que comprende rehabilitación que abarca equipamiento, compostura de baños, construcción de aulas, inmobiliarios, De igual forma señalo que los aspectos administrativos en relación a maestros se atenderán en lo particular junto con los supervisores escolares. Acotando que con dialogo se puede llegar a soluciones sin necesidad de manifestaciones.
Vicente Vite Bautista miembro de municipios organizados dela sierra de Zongolica apunto que agotaran en todo el dialogo ante las autoridades para resolver estas problemáticas en escuelas y localidades no descartando, que de no haber soluciones, se estarían realizando manifestaciones.
Para algunos asistentes desde las “localidades indígenas de Zongolica, ranchería” fue desconcertante la presencia de funcionarios estatales a bordo de autos de super lujo a lo que mencionaron “tú crees que se van a interesar en nuestros problemas”. Apuntaron. 

"¿SABEN CUÁNTOS FUNCIONARIOS ESTÁN EN LA CÁRCEL POR LAS MASACRES?": LAYDA SANSORES.

¿CUANTOS FUNCIONARIOS ESTÁN EN LA CÁRCEL POR LAS MASACRES?

“LOS CHUCHOS” RESPALDAN A AGUIRRE


“Yo espero que no sea suficiente la protección de Los Chuchos, para evitar que caiga el Gobernador, porque ellos lo tienen bien protegido y hay que recordar que tiene  muy buenos amarres con el PRI de Enrique Peña Nieto”, indica el investigador Telésforo Nava. 

Pero el tema no es ajeno al PRD, de hecho durante el pleno del lX Consejo Nacional que se realizó el sábado pasado en la Ciudad de México para elegir al presidente y secretario nacional, Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y órganos internos, el tema Guerrero, fue uno  de los más candentes. 

Ahí el pleno expulsó del partido al Alcalde José Luis Abarca. Ahí, Jesús Ortega Martínez, líder de Nueva Izquierda (NI) o “Los Chuchos”, reconoció que en Iguala, no mandaba el alcalde perredista, sino el narco. “Les pido que no pierdan de vista esta circunstancia: los estudiantes de Ayotzinapan, habían ido a Iguala a hacer lo que hacían en Chilpancingo y fueron a Iguala, donde es una zona que controla políticamente el narcotráfico, y con la policía. 

En Iguala y en otras partes […] el Alcalde no controla a la policía, la policía en Guerrero está infiltrada por el narcotráfico, y en el caso de Iguala sucedía lo mismo, no deberíamos desconocer eso”, dijo. “Los Chuchos” siempre han defendido al Gobernador y según René Bejarano Martínez, también hicieron “oídos sordos” sobre las acusaciones en torno a los nexos de José Luis Abarca, ahora prófugo y de la corriente de Jesús Ortega, con grupos del crimen organizado. 

Se los dijo en su cara el sábado. Les dijo que Abarca ejecutó personalmente al perredista Arturo Hernández Cardona y que él desde 2013, se los informó. “Cuando ejecutaron a Arturo llegó el director de la Policía de Iguala y el presidente José Luis Abarca y le dijo ‘me voy a dar el gusto de matarte, que tanto me estás chingando con los fertilizantes’, y ahí lo mató”, dijo Bejarano citando a un testigo del crimen. 

El perredista aseguró que no hubo disposición del gobierno federal y que ante un notario público tomó la declaración del testigo. Después el obispo Raúl Vera leyó en la plaza principal de Iguala la declaración del testigo y la presentó al Congreso Local. Bejarano acusó que algunos diputados del PRD, se negaron a darle curso al juicio de procedencia en contra del Alcalde y acusó a una de las corrientes de protegerlo. “Esa situación permitió que siguiera la impunidad y ahora ahí está la masacre. 

El Alcalde está prófugo”, dijo. Para Jesús Ortega, el PRD “no debe ser tapadera de ningún funcionario, aunque sea perredista”. “Si tenemos evidencia de perredistas, en el caso del Presidente Municipal, si compañeros del PRD tienen esas evidencias, hoy es tiempo para presentarlo ante la autoridad”, dijo. Hoy la nueva dirigencia encabezada por Carlos Navarrete Ruiz, realizará la primera sesión del Comité ejecutivo Nacional en Iguala, Guerrero. En donde también buscarán reunirse urgentemente con Ángel Aguirre Rivero.

ÁNGEL AGUIRRE RIVERO, EL SEÑOR MATANZAS

Ha estado presente en casi todas las grandes tragedias humanas de Guerrero de los últimos años. Fue él quien asumió la gubernatura cuando su amigo Rubén Figueroa Alcocer renunció después de ordenar la matanza de campesinos en Aguas Blancas. Él era (es) jefe del Ejecutivo estatal cuando Acapulco se convirtió en la ciudad más violenta del mundo. Era mandatario cuando la tormenta tropical “Manuel” barrió con pueblos enteros. Era él quien gobernaba (gobierna, hasta hoy) la entidad cuando desalojaron a estudiantes de la Autopista del Sol y asesinaron arteramente a dos. Y él estaba, apenas hace unos días, cuando policías de Iguala se llevaron a decenas de estudiantes que, hasta el día de hoy, siguen oficialmente desaparecidos. Ángel Aguirre Rivero es, pues, un hombre presente en casi todas las grandes matanzas…
Ciudad de México, 7 de octubre (SinEmbargo).– Era la noche del viernes 13 de septiembre de 2013. Ángel Aguirre Rivero había organizado una cena de mucho mundo. Todos sus amigos, o casi todos, estaban allí. Mariachis, un arreglo de flores en la mesa central. Risas, tragos, camaradería. Oficialmente, la reunión era para conmemorar “el bicentenario del Primer Congreso de Anáhuac y los Sentimientos de la Nación”. 

La tormenta tropical “Manuel” golpeaba el estado de Guerrero. Miles de pueblos y comunidades, a esas horas, ya habían quedado incomunicadas. Los cerros se ablandaban y los ríos, furiosos, se desbordaban. Las carreteras estaban, en ese momento, cubiertas de lodo. Y los ciudadanos no sabían el tamaño del meteoro porque ni el gobierno de Aguirre Rivero ni el de Enrique Peña Nieto les habían avisado. Pero la fiesta seguía. Gran parte del gabinete de Aguirre estaba con él; también senadores y diputados federales, la mayoría del Partido de la Revolución Democrática (PRD). 

Estaban los amigos de siempre, los viejos amigos “de partido”: los que habían llegado a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) apenas unos meses antes junto con Rosario Robles Berlanga. Justo cuando la fiesta estaba en su apogeo, 27 ríos se habían desbordado y 32 carreteras estaban destruidas mientras que La Pintada, un pueblo bajo un cerro, había desaparecido casi en su totalidad. El Alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos; estaba contento allí aunque su ciudad, la capital del estado, en esos precisos momentos era arrasada. Compartía con el jefe de la Oficina de la Secretaría de Desarrollo Social, Ramón Sosamontes Herrera Moro, ex perredista vinculado a los videoescándalos. Aguirre departía con el presidente de la Comisión de Gobierno en el Congreso local, Bernardo Ortega Jiménez, quien estaba sentado junto a René Juárez Cisneros, ex Gobernador. 

El secretario General de Gobierno, Jesús Martínez Garnelo; el coordinador general del Ejecutivo, Humberto Salgado Gómez, los diputados locales Héctor Astudillo Flores y Héctor Apreza Patrón brindaban. Y en el centro de la mesa principal estaba Rubén Figueroa Alcocer, el ex Gobernador que ordenó la matanza de Aguas Blancas. “Sabemos que gobernar Guerrero no es una tarea fácil; se necesita sensibilidad, habilidad y generosidad con el pueblo que tanto necesita la mano solidaria de sus gobernantes”, agradeció el Diputado Héctor Astudillo Floresal a su Gobernador a nombre del Congreso del estado. 

Más aplausos, más bebida. Mucha celebración. Para cuando terminó la fiesta y Aguirre despidió “a don Rubén Figueroa”, Guerrero estaba sumido en el caos. Muertos, desaparecidos, miles de millones en daños. Doce días después, superada la cruda de la fiesta pero en lo más álgido de las críticas por la tragedia, Aguirre dijo: “A mí me tienen sin cuidado. Para mí, ese no es tema. Para mí, ese [la fiesta] no es el punto. En el momento en que cualquier organismo o cualquier dependencia pueda investigar sobre mi conducta, me someto al escrutinio público y que igualmente se investigue si se actuó con dolo o con irresponsabilidad en el cumplimento de los protocolos y de los alertamientos que se hicieron a través del comité de Protección Civil”. MI AMIGO DON RUBÉN Hablar de la carrera política del Gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, sin recurrir a su mentor, Rubén Figueroa Alcocer, el autor de la masacre de Aguas Blancas en 1995, es no entender su empoderamiento en la entidad. Todo lo que es Aguirre, se lo debe a la familia Figueroa. 

De eso nadie duda. “Decir en Guerrero que Aguirre Rivero es un gobernante de izquierda, es ofender la inteligencia del pueblo”, dice Abel Barrera Hernández, director del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan. Ir más allá y pretender separar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del crimen organizado es una ofensa más al intelecto y es creer “que el pueblo es ingenuo”, sigue Barrera Hernández. Ángel Aguirre Rivero tiene bien echadas sus raíces en el PRI de la vieja guardia. En ese PRI de los años 80 y 90. Su escuela es la represión. 

Entre 1981 y 1987, Aguirre fue secretario particular y Secretario de Gobierno del ex Gobernador Alejandro Cervantes Delgado. Con José Francisco Ruiz Massieu, fungió como Secretario de Desarrollo Económico y después como Coordinador del Programa Nacional de Solidaridad en la Costa Chica. Pese a que cuando él fungió como político priista, el PRD denunció múltiples asesinatos y desaparición de sus militantes, “Los Chuchos” –tribu en la fuerza política– no tuvieron empacho en lanzarlo como candidato a Gobernador  por el Sol Azteca. 

“Lo que pasó con el PRD es una cuestión de oportunismo, de coyunturas electorales, decir que hay un proyecto político de izquierda es una vacilada. No hay proyecto, no hay claridad ideológica, es montarse a la silla y gobernar para seguir fortaleciendo grupos de poder, cacicazgos, intereses, aliarse con poderes fácticos que están dañando la vida de la población. 

Decir que estamos hablando de un gobierno perredista, es pensar que la gente es ingenua, que no está viendo la realidad, que estamos ante gobiernos que se han coludido con grupos de la delincuencia y que hoy estamos viendo las consecuencias”, dice Abel Barrera. En la sangre de Ángel Aguirre no corre una sola célula de izquierda. De hecho, el Gobernador de Guerrero fue y es priista de “hueso colorado”. Cuando su amigo Rubén Figueroa fue destituido por masacrar a los campesinos de Aguas Blancas, el PRI vio en Aguirre al sustituto. 

Ese fue su primer periodo como mandatario entre 1996-1999. Por eso, cuando la población más pobre de la entidad se ahogaba y se quedaba sin casa en 2013 durante el paso del huracán Ingrid y la tormenta Manuel, Ángel Aguirre Rivero, investido como un Gobernador de izquierda, ofrecía una cena de gala, acompañado de Rubén Figueroa. “Aguirre siempre ha sido priista y ha mantenido grandes vínculos con Rubén Figueroa. Figueroa en Guerrero quedó muy quemado por lo de Aguas Blancas, pero sigue gobernando a través de Aguirre. ‘Los Chuchos’ defienden mucho a Aguirre y por eso optaron por sacrificar al Alcalde de Iguala, a pesar de que ese Alcalde dio mucho dinero a la campaña de Aguirre, y está coludido con el narco”, explica Telésforo Nava Vázquez, investigador y experto en la izquierda mexicana de la Universidad Autónoma Mexicana (UAM). 

Como su amigo Figueroa, en la sangre de Aguirre también corre el gusto por la represión. El 2 de diciembre de 2011 desalojó la Autopista del Sol con violencia y cobró la vida de dos estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, la misma institución que ahora llora por sus 43 desaparecidos normalistas y que ruega que no sean de ellos los cuerpos que se están desenterrando de fosas clandestinas. 

Durante su gobierno, Ángel Aguirre ha dado golpes certeros a las policías comunitarias que luchan por sobrevivir a las balas del narcotráfico, y también del Estado. Mario Campos, párroco de Tlapa de Comonfort, quien en 1995 creó la Policía Comunitaria, hoy  Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) de Guerrero, dice que en Guerrero urge rescatar a las instituciones. “Se tiene que hacer una depuración: no pueden estar al frente de las instituciones personas que carecen de sensibilidad y valores, que no atienden las demandas sociales, sino que reprimen. 

Quienes no tienen el don de hacer de la política no sólo el ejercicio del poder, sino de servicio”, comenta. Campos afirma que en Guerrero existe una hostilidad hacia los proyectos del pueblo, que el gobierno no ha entendido.

PLAN DE IGUALA, CRISIS DE ESTADO


Continúan pesquisas en fosas clandestinas de Iguala, Guerrero. Foto: Octavio Gómez
Continúan pesquisas en fosas clandestinas de Iguala, Guerrero. Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F. (apro).- Tras el caso delirante y fuera de toda proporción de la desaparición y asesinato de al menos 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotizapa, Guerrero, el hallazgo de 28 cuerpos humanos en narcofosas y la confirmación de que en Iguala se construyó un narco-municipio, con un narco-alcalde fugado (José Luis Abarca), narcopolicías-sicarios y una compleja red de protección e infiltración del cártel de los Guerreros Unidos que llega hasta la administración de Angel Aguirre, y quizá hasta nivel federal, en la clase política de todos los niveles y partidos ha surgido la única certeza: Iguala se trata de una crisis de Estado.
Ahora es Iguala, pero antes fue la crisis de Michoacán, mucho antes Tamaulipas con episodios como los asesinatos masivos de migrantes en San Fernando o la ejecución del candidato priista a gobernador Rodolfo Torre Cantú y, desde el 30 de junio de este año, la ejecución sumaria de al menos 22 jóvenes en el municipio de Tlatlaya, Estado de México. A esta serie de episodios o casos sin expediente cerrado se suman muchos otros que hablan del ascenso irrefrenable hacia un narco-Estado.
No hay partido que se salve. No hay dirigente político que pueda señalar estar libre de vínculos extraños con personajes acreditados como personeros del crimen organizado. No hay nivel de gobierno que pueda lavarse las manos frente a las advertencias constantes. Sólo hay una impunidad reiterada que ha minado la credibilidad misma de la estrategia de combate a la inseguridad y a los cárteles de la droga.
En la prensa internacional el caso Iguala ha despertado las peores alertas. The New York TimesEl PaísLe MondeDaily Mail, entre otros, han destacado el clima de violencia que se vive en Guerrero y la deliberada y constante evasión y omisión de las autoridades locales encabezadas por Angel Aguirre y de las federales para evitar un freno al ascenso de los Guerreros Unidos.
Algunos medios no dudan en llamarle a este episodio “la peor masacre reciente” en “un país acostumbrado a los asesinatos en masa” (The New York Times), mientras otros indican que ni siquiera el inasible discurso del primer mandatario Enrique Peña Nieto, diez días después de los sucesos, ha evitado la espiral de vergüenza.
La clase política mexicana está cimbrada, pero no atina a tomar decisiones claras y contundentes. Diez días después, el gobierno federal mandó a elementos de la Gendarmería cuando ya el alcalde y sus narcopolicías habían huído y hecho de las suyas.
El procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, tomó en sus manos el caso, cuando desde el principio hubo indicios de que se trataba de una ejecución del crimen organizado.
El dirigente perredista René Bejarano, de IDN, ahora hace pública la información que compartió desde 2013 con la Secretaría de Gobernación que encabeza Miguel Ángel Osorio Chong y con el propio mandatario estatal sobre la responsabilidad del alcalde José Luis Abarca con el homicidio del líder social Arturo Hernández Cardona.
Y Aguirre Rivero, repitiendo el episodio desastroso de la matanza de Aguas Blancas que lo llevó a ser gobernador interino en 1996, ahora repite el mismo guión de quien se lava las manos frente a su clara responsabilidad en el desgobierno: chantajea, presiona y afirma que “Aguirre no se raja”, como si él fuera la víctima y no decenas de normalistas, campesinos e indígenas que han sido sistemáticamente asesinados en su entidad durante los últimos cuatro años de su administración.
La nueva dirigencia nacional del PRD se estrena con el lamentable papel de enredar el caso para evadir que tanto el gobernador Aguirre como el alcalde Abarca fueron avalados por la corriente hegemónica conocida como Los Chuchos que domina este partido y palomea candidaturas de tránsfugas que ofrecen dinero, votos y cuotas de poder.
Guerrero está reproduciendo los pasos de la espiral de decadencia que llevaron al desgobierno en Michoacán. Hasta el cártel de los Guerreros Unidos imita las tácticas de Servando Gómez, La Tuta, y amenaza con difundir videos donde se observa a políticos “de todos los partidos” recibir sus favores.
Es, sin duda, una crisis de Estado. Y el Plan de Iguala puede ser el hundimiento o la contraofensiva de una situación que tiene a varios responsables en primera fila.

QUE SE VAYA AGUIRRE: SOLALINDE


En tanto, el padre Alejandro Solalinde exigió la renuncia del Gobernador Ángel Aguirre Rivero tras denunciar que su mandato ha estado lleno de corrupción, impunidad, represión y tragedia. 

En su cuenta de Twitter, el sacerdote dijo que es un error seguir minimizando la situación en Guerrero: “el daño está hecho y los gobiernos han fracasado”. “La administración de @AngelAguirreGro ha estado llena de corrupción, impunidad, represión, tragedia, crimen,dolor y muerte. #FueraAngelAguirreGro”, escribió el también activista. 

Solalinde exigió la renuncia de Ángel Aguirre al considerar que su permanencia en el gobierno guerrerense “causa más daños que beneficio”.  ”Antes de reconocimiento de cadáveres,reconozcan a los responsables que tienen nombre y apellido, #FueraAngelAguirreGro #JusticeForAyotzinapa”, exigió el párroco. 

El pasado 26 de septiembre policías municipales de Iguala atacaron tres autobuses en donde se transportaban normalistas de Ayotzinapa, de la escuela Raúl Isidro Burgos, ocasionando la muerte de dos normalistas. Entre la noche de ese viernes y la madrugada del sábado 27 de septiembre ocurrieron otros ataques en el que perdieron la vida otras cuatro personas. Esa noche también desaparecieron 43 jóvenes. 

Por estos hechos, un grupo de cerca de 30 personas, entre ellas agentes de la policía, fueron consignados como posibles autores de la tragedia. El Alcalde perredista de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, está prófugo. Sobre ellos pesa la acusación de haberse dejado corromper por el dinero del crimen organizado. Como parte de las investigaciones que realiza la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero, este fin de semana fueron halladas seis fosas clandestinas en la zona donde fueron vistas por última ocasión los 43 normalistas.

El Procurador Iñaki Blanco Cabrera dijo la noche de ayer que dos presuntos integrantes del grupo delictivo “Guerreros Unidos”,admitieron haber ejecutado a 17 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, cerca de las fosas clandestinas localizadas en Iguala. Y detalló que hasta el momento son 28 los cuerpos que han recuperado de las fosas, sin embargo precisó que no se ha confirmado su identidad. 

En conferencia de prensa, Blanco Cabrera informó que derivado de labores de inteligencia y gabinete, se logró la detención de quienes dijeron llamarse: Honorio Antúnez Osorio (a) “El Patachín”, de ocupación Policía Municipal Preventivo de Iguala, Martín Alejandro Macedo Barrera, vendedor de narcóticos y de Marco Antonio Ríos Berber, sicario. 

Los presuntos delincuentes aseguraron que la instrucción de acudir al sitio en que se encontraban los estudiantes fue del Director de Seguridad Pública Municipal, Francisco Salgado Valladares. Salgado Valladares presta sus servicios como policía tercero de la enunciada corporación. 

En tanto, la orden de llevárselos y ultimarlos la recibieron de un sujeto apodado “El Chuky”, integrante y líder del grupo delictivo “Guerreros Unidos” Aunados a los hechos violentos en Iguala, un día después el secretario general del Partido Acción Nacional (PAN) en Guerrero, Braulio Zaragoza Maganda Villalva, fue asesinado en Acapulco. Zaragoza fue ejecutado por un sujeto armado que le disparó al interior del restaurante del hotel “El Mirador”, en el fraccionamiento Las Playas, ubicado en la zona turística de la Quebrada.