Delitos sexuales contra las reclutas, crueldad contra los
perros K9 y castigos extremos contra los cadetes cometían altos mandos del
Instituto de Investigación en Seguridad Pública, antes conocida como la
Academia de Policía de El Lencero, denunció el ex recluta Mario Iván Terrozo
García, quien fue separado de la institución a escasos meses de concluir su
preparación, luego de denunciar la matanza de canes entrenados, “por robarse
las sobras del comedor”, mencionó.
A las cadetes mujeres el
mando conocido como Obed X las obligaba a salir con sus instructores para
después ingerir alcohol y someterlas a abuso sexual. En cuanto a los reclutas
los obligaban a correr hasta desfallecer para disuadirlos de denunciar las anomalías
en la Academia.
Terrozo García fue dado de
baja sin recibir a cambio una indemnización por parte de la Secretaría de
Seguridad Pública (SSP), razón por la que protestó en la Guardia de Honor de la
Secretaría en Los Berros.
En ese sentido, denunció
que el actual secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, le prometió dar
solución a su inconformidad a través de la Dirección Jurídica de la Segob, sin
obtener una respuesta favorable.
“También los de Política
Regional me ofrecieron una solución, le entregué mi requerimiento al licenciado
Escobedo de Política Regional, quedaron de darme respuesta favorable y ya
llevamos nueve días y nada”, se lamentó.
Terrozo García acudió
incluso a la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) para recibir
atención de parte del tesorero Arnulfo García Fragoso y de la encargada de
Nóminas, María Laura Barrios Calderete, sin una respuesta favorable. Alegó
recibir intimidación y vigilancia por parte de efectivos de la Fuerza Civil y
la Policía Estatal, por lo anterior, expresó sentir temor.
Al mismo tiempo Terrozo
García refutó las acusaciones del secretario de Seguridad Pública, Arturo
Bermúdez Zurita, en el sentido de que él no aprobó los exámenes de
confiabilidad; aunque el ex cadete aseguró que sí cumplió con las pruebas
aplicadas.
“Dentro de la Academia
Estatal de Policía llevábamos un curso de cuatro meses, tenía yo tres meses
adiestrándome, y la orden que recibíamos es que los perros que ingresaban a la
Academia los agarráramos y los torturábamos, y les quitáramos sus órganos
vitales. Entraban los perros a comer los desperdicios en el comedor, entonces,
como cadetes estábamos subordinados a eso”, relató.
Además, los instructores
no imponen castigos por las anomalías ocurridas en la Academia Estatal de
Policía, como el hecho de obligar a correr a los cadetes, o mojarlos en la
fuente o dejarlos dos o tres noches sin dormir, sin descansar. “Habían
compañeras mujeres reclutas y los instructores las llevaban a los antros para
que tomaran con ellas, en horas de servicio y durante la noche, había un
teniente, llamado Obed y él nos dirigía y nos ordenaba”, acusó.
Al mes, Mario Iván Terrozo
percibía una compensación 11 mil 850 pesos, equivalentes a 395 pesos diarios, y
a la fecha, la SSP le adeuda cerca de 250 mil pesos.