3 de marzo de 2016

QUE JAVIER DUARTE DE OCHOA PAGUE EL ADEUDO QUE TIENE CON LA UNIVERSIDAD VERACRUZANA

La Universidad Veracruzana (UV) es la institución de educación superior más importante del Estado de Veracruz y la sexta a nivel nacional. Durante 71 años se han formado en sus aulas generaciones de mexicanos, no sólo de Veracruz sino de toda la región sureste del país, muchos de los cuales provienen de estratos socioeconómicos poco favorecidos. Como toda universidad pública, la UV se sostiene gracias a la financiación del Gobierno Federal y Estatal. Hoy en día la institución sufre una crisis financiera provocada por la falta de recursos que el gobierno estatal ha dejado de transferirle, correspondiente a los ejercicios fiscales 2013-2015. Por esta razón pedimos al gobernador Javier Duarte Ochoa que pague a la UV todas las aportaciones que se adeudan de forma inmediata.   

A día de hoy, la Secretaría de Finanzas y Planeación del Gobierno del Estado de Veracruz adeuda a la máxima casa de estudios de la entidad. 2,076 millones de pesos: de estos 1,625 millones corresponden al subsidio estatal y 451 millones al federal, correspondientes a los ejercicios fiscales 2013-2015.  Esta grave situación pone en peligro la adecuada atención a los estudiantes inscritos en la Universidad, limita la ampliación y mejora de la infraestructura, los proyectos de investigación y difusión cultural, las actividades de vinculación y la existencia misma de la institución. Actualmente la universidad trabaja con el 50% de su presupuesto. Hay equipos científicos detenidos, muchas de sus instalaciones están en un estado deplorable, las actividades artísticas y de difusión cultural se han visto muy afectadas. En los cinco campi hay edificios inconclusos. 

La crisis financiera de la universidad ha tocado fondo.  Javier Duarte de Ochoa, gobernador constitucional de Veracruz celebró una reunión con autoridades universitarias el 30 de septiembre del año 2015, en la que se comprometió a realizar pagos calendarizados a la institución para ir cubriendo la deuda federal y estatal con la UV. Sin embargo esto no ha ocurrido. Ante esta gravísima situación, la Universidad Veracruzana ha emprendido acciones legales contra el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, pues en reiteradas ocasiones se ha comprometido a cumplir con la obligación de otorgar fondos a la universidad sin cumplirlos.   

Por ello, como sociedad expresamos nuestro apoyo total a nuestra Máxima Casa de Estudios y, exigimos al gobernador del Estado de Veracruz el cumplimiento del mandato social de atender la educación pública, laica y gratuita, para que se restituya a la Universidad Veracruzana a la brevedad el monto total de las aportaciones federales y estatales que se le adeudan. Las aportaciones que recibe la UV no son un subsidio dependiente de la voluntad del ejecutivo en turno, sino el imperativo de atender a lo estipulado en el artículo tercero de nuestra Carta Magna, a fin de que la Universidad Veracruzana pueda continuar realizando su noble labor.
PETICIÓN PARA
Gobernador Constitucional del estado de Veracruz Javier Duarte De Ochoa
Que Javier Duarte de Ochoa pague el adeudo que tiene con la Universidad Veracruzana
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DE LA NOCHE A LA MAÑANA “DESAPARECE” EL RÍO ATOYAC

El antes y el después del río Atoyac

LLAMAN A RESCATAR EL AFLUENTE

XALAPA, VER., 3 de marzo (Al Momento Noticias).- Para sorpresa de pobladores y autoridades, el río Atoyac, que nace en la zona montañosa central de Veracruz y desemboca a un segundo afluente cerca del Golfo de México, “desapareció” en menos de 48 horas.
Un enorme socavón sobre el lecho del río, provocó que miles de litros de agua se fueran al subsuelo y secaran la cuenca que atraviesa ocho municipios y abastece a más de 10 mil familias.
La desaparición del río generó zozobra y preocupación entre los habitantes de las comunidades aledañas y de las autoridades municipales de la zona.
El nacimiento del afluente en el municipio de Amatlán de los Reyes sigue intacto y se mantiene la fluidez del agua, sin embargo, unos tres kilometros abajo se topa con la grieta de aproximadamente 30 metros de largo y 20 metros de ancho.
La Secretaría de Protección Civil estatal alertó que esos socavones se encuentran por debajo de los terrenos cercanos al afluente y que continúan creciendo y se tragan miles de litros de agua.
La imagen en el lugar es desoladora. Enormes rocas, que eran el fondo del río, se encuentran a “flor de piel” y el “camino” que guiaba miles de litros de agua se quedó solo como camino con lodo a medio secar.
También las dos cascadas que se formaban con agua del río Atoyac, a las cuales acudían miles de turistas, se secaron.
“El lunes nos dimos cuenta que dejó de correr el agua, por lo que al ir nos encontramos con un hoyo que provoca que el agua ya no corra en su caudal”, relató Juana Sánchez, habitante de la comunidad Rancho San Fermín.
Los vecinos relataron que el domingo por la noche oyeron un estruendo y sintieron como la tierra retumbaba y desde entonces el río se perdió a la altura de la entrada de la congregación Villa General Miguel Alemán.
Las aguas pasan por los municipios de Amatlán de los Reyes, Atoyac, Yanga, Cuitláhuac, Felipe Carrillo Puerto, Cotaxtla, Medellìn y Boca del Río, en este lugar se unen al río Cotaxtla.
El personal de Protección Civil y de la Comisión Nacional del Agua alertaron que el río Cotaxtla está ya por debajo de su nivel normal por la desaparición del afluente que lo alimenta.
Los pobladores se encuentran preocupados debido a que a las orillas del río hay abundante vegetación, flora y fauna que sirve para su sustento, entre ellas varias especies de agua, como los langostinos.
El inusual hecho se reportó a la Comisión Nacional del Agua, dependencia a la que se pidió un grupo de geólogos para investigar el hecho.
En algunas zonas aún quedan pequeñas lagunas, pero los pobladores consideran que en breve se secarán destruyendo todo el ecosistema.
El presidente municipal de Atoyac, Agustín Mollinedo, hizo un llamado para tratar de rescatar el río.
“Una falla geológica generó el corte total del cauce del río Atoyac; me da tristeza y coraje, tenemos que rescatar este afluente, porque se mata no solo a las especies, sino que es el alma y vida de este lugar”, declaró.
El edil dijo que aún puede salvarse, pues el río conserva su nacimiento, por lo que urgió a tomar medidas, pues recordó que las descargas de aguas residuales tanto de empresas como viviendas iban a dar a dicho río.
Además indicó que es urgente buscar alternativas para dar abasto de agua a miles de habitantes de la región.
AMN.MX/bhr


MANLIO FABIO BELTRONES, LA CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD…EL BURRO QUE HABLA DE OREJAS

¿Acaso Manlio Fabio Beltrones no se mordió la lengua al hablar de corrupción?, cuestiona Roberto Desachy.
Roberto Desachy Severino
Whats-22 24 89 43 35
“Hay que sacarlos del gobierno, ésta es una campaña para sacar a la soberbia y el despotismo del gobierno, acabar con la trapacería, con la corrupción que hay en Puebla, a ese gobierno tenemos que decirle: ¡fuera¡”, “¡Fuera es el grito¡, ¡que se vayan, pero que regresen lo que se robaron a los poblanos¡ Eso es importante, eso es lo que tenemos que hacer en Puebla”, clamó el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, el domingo pasado, durante la Asamblea de Delegados de su partido.
Y, en entrevista banquetera, Manlio Fabio agregó “hay que sacarlos del gobierno, ésta es una campaña para sacar a la soberbia y el despotismo del gobierno, acabar con la trapacería, con la corrupción que hay en Puebla, a ese gobierno tenemos que decirle: ¡fuera¡”. Arengas típicas de campaña política, hasta aquí todo normal dentro de la lucha por el poder.
El problema para “Don Beltrones” y el PRI es que su historia. ¿Acaso no se mordió la lengua al hablar de corrupción, cuando apenas en agosto pasado el periodista Craig Pyes, ganador del prestigiadísimo Premio Pulitzer ratificó la veracidad de lo que publicó en 1997 ni más ni menos que en The New York Times, acerca de presuntos vínculos del ex gobernador de Sonora con el narcotráfico: http://www.losangelespress.org/premio-pulitzer-ratifica-vinculos-de-exgobernador-mexicano-con-narco/.
SU HISTORIA LO MARCA
Incluso, en abril del 2014, uno de los medios nacionales más detestados por el priísmo y el peñanietismo, pero al mismo tiempo de los que cuenta con mayor credibilidad en el país por ser encabezado por la periodista Carmen Aristegui (Aristegui  Noticias), acusó a Manlio Fabio de una  campaña de hostigamiento contra la articulista Denise Dresser, quien tuvo la “osadía” de cuestionar el hecho de que se mantenga vigente en política, pese a ser uno de los personajes sobre los que pesa una permanente sombra de sospecha:  http://aristeguinoticias.com/1504/mexico/dresser-intimidada-tras-publicar-columna-sobre-beltrones-articulo-19/
Así que es normal y hasta sano que un partido opositor, en este caso el PRI en Puebla, hable de abatir la corrupción y critique al gobierno en turno, pero ¿tiene calidad moral Manlio Fabio Beltrones para hablar del tema?, ¿realmente espera que alguien le crea que puede encabezar una “cruzada” contra la corrupción”?. Es el caso clásico de “El Burro Hablando de Orejas”.
La candidata del PRI, Blanca Alcalá Ruiz, tiene mucha experiencia política e inteligencia. Ella es la primera en saber que, más allá de arengas vacías que se pierden en el mismo instante en que se lanzan, lo que necesitaba para aumentar sus posibilidades de ganar era que la dirigencia nacional de su partido concretara una coalición electoral con el PANAL, PT y demás, como hizo en Durango, Colima, etc.
Y en ese rubro, en el de cerrar la alianza con otros partidos para fortalecer al tricolor en Puebla…Manlio Fabio falló miserablemente, como él mismo lo reconoció el domingo pasado al aceptar que faltó “poder de convencimiento”:  http://desdepuebla.com/la-lucha-por-la-mini-en-gotitas/114017/
Manlio Fabio Beltrones
Manlio Fabio Beltrones
ALEJANDRO ARMENTA MIER Y SUS RAZONES
Desde hace meses entre la clase política asumió que el diputado federal y ex dirigente estatal del PRI, Alejandro Armenta Mier, sería el coordinador de la campaña de Blanca Alcalá a la mini gubernatura. Su triunfo en junio del año pasado en el distrito de Tepeaca y, sobre todo, el hecho de ser uno de los primeros en sumarse a la aspirante priísta fueron dos de los factores que más lo impulsaron a esa coordinación: http://desdepuebla.com/blanca-alcala-integra-su-equipo-de-campana/111975/.
Desde el punto de vista formal, tiene razón el presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, al asegurar que la candidata del PRI todavía no integra su equipo de campaña. Sin embargo, la realidad es que Armenta Mier iba a coordinarla y, sin que haya precisado sus razones, todo indica que ya se bajó de ella.
Sería importante conocer por qué decidió no asumir ese cargo, porque las especulaciones predominan: algunos dicen que tuvo conflictos severos con gente muy cercana a la candidata Alcalá, mientras otros comentan que vio con recelo y “sospechosismo” el hecho de que en las altas esferas del PRI nacional y del gobierno federal se aceptara con normalidad que el PANAL y el PT desecharan la alianza con el tricolor y se fueran con el PAN.
Solamente Armenta Mier sabe por qué “se abrió” de la coordinación de campaña, pero hay rumores fuertes que dañan al priismo y él lo sabe. En consecuencia, tal vez deba ser claro y explicar de manera contundente sus argumentos para no encargarse de esa labor.

MOREIRA Y DUARTE: ¿QUÉ LES DEBE PEÑA NIETO?

¿Qué le debe Peña Nieto a Duarte y a Moreira? Foto: Cuartoscuro.

*Manto presidencial cubre a priistas
*¿El fondo es 2012?
Para intentar comprender la protección, apoyo y solapamiento –ya de escándalo-, del Presidente Peña Nieto hacia Humberto Moreira y Javier Duarte, debemos arrancar la historia con dos hechos duros e irrebatibles.
Primero, la deuda atroz que cuando era Gobernador de Coahuila heredó Humberto Moreira: de 300 millones a 32 mil millones de pesos, una parte, mediante una serie de transacciones financieras a través de financiamientos apócrifos para obtener créditos y realizar fideicomisos. ¿A dónde se fueron esos miles de millones de pesos, o al menos una parte de ellos?
Segundo, cuando en enero de 2012, en el Aeropuerto Internacional de Toluca, una avioneta perteneciente al Gobierno de Veracruz, encabezado ya por el priista Javier Duarte, fue interceptada por agentes federales con 25 millones de pesos en efectivo. “Es para el pago de las fiestas de La Candelaria, el Carnaval y la Cumbre Tajín”, dijo el entonces secretario de Finanzas, Tomás Ruiz. (ADN Político 30/Enero/2012). ¿Ah, sí? Pues qué demonios hacían entonces en la capital del Edomex. Peña Nieto ya tenía mes y medio de ser el candidato del PRI a la Presidencia de la República.
Dos hechos. Dos realidades que van de la mano con las siguientes dos preguntas:
¿Parte del dinero de la deuda coahuilense fue a parar a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto?
¿Los 25 millones de pesos del gobierno de Duarte eran también para la campaña del mexiquense?
Por supuesto que la mayoría de los priistas no son tontos a la hora de tranzar: no firman un papel o documento en el que se especifique el destino de sus apoyos financieros, sobre todo cuando se trata de algo tan importante como una campaña presidencial. Para eso utilizan a otros personajes, como el caso de Coahuila. Sin embargo, allí están dos escenarios que hoy por hoy, cuando Moreira y Duarte están entre tormentas de corrupción y son protegidos desde Los Pinos, retoman fuerza y actualidad: el presunto apoyo de ambos a la campaña peñista.
No se explica de otra manera.
*****
Moreira, Peña Nieto y España, son los ingredientes de otra historia –sí, otra más-, de vergüenza a la mexicana. De pena y de sospechas ante el mundo.
El diario El País reveló la trama:
El gobierno de Peña Nieto “puso a su disposición (de Moreira) toda la maquinaria diplomática y legal de su Embajada en España, para intentar conocer su situación hasta el más mínimo detalle, atender a su familia y sacarle de la cárcel.
“Incluso, la Procuradora y ex Senadora del PRI (Arely Gómez) telefoneó a su homóloga española, Consuelo Madrigal, para conocer la posición de los fiscales en el caso sobre lavado de dinero y malversación de fondos públicos en el que se vio involucrado el ex gobernador de Coahuila”.
Y más: el un chofer de la Embajada (de México) habría recogido en el Aeropuerto, en un Mercedes con placas diplomáticas (CD52003) a Ulrich Richter, el abogado mexicano de Moreira.
Hasta aquí lo publicado en El País.
Es una burla: el Gobierno mexicano asumiéndose como bufete jurídico y de logística de un presunto criminal; la Procuradora de Justicia convirtiéndose –desde su oficina en la PGR-, en abogada personal de un ex Gobernador acusado de delitos graves, y la figura de un presidente priista aliado a otro priista, obstruyendo así, a querer o no, que la justicia alcanzara a Moreira. Una trama vergonzante.
Porque a la luz de lo revelado por el diario español, hoy queda claro que hubo presión de gobierno a gobierno: el mexicano hacia el español. El mensaje desde Los Pinos a la justicia española raya en la amenaza: estamos con el priista Moreira y lo vamos a defender. ¿O acaso el gobierno peñista actúa de esa manera con todos los compatriotas detenidos en España?
Es el miedo a que Moreira hablara y confesara cosas. ¿Qué tanto le sabe Moreira a Peña Nieto?
La pregunta corre de boca en boca entre millones de mexicanos:
¿Qué le debe Peña Nieto a Humberto Moreira que hasta le pone a su servicio a un gobierno para sacarlo de la cárcel?
Huele a dinero. Huele a campaña presidencial en 2012.
Sólo así se explicaría el encubrimiento a Moreira.
(Nota: si bien Moreira dejó la gubernatura de Coahuila en marzo de 2011, fue para ser nombrado dirigente del PRI y en su lugar quedó uno de sus hombres de mayor confianza: Jorge Juan Torres López, cuya ficha fue difundida por la DEA en junio de 2014 bajo la acusación de lavado de dinero en EU (Leopoldo Ramos/ La Jornada/ 24-VI-2014). Moreira salió del partido en diciembre de 2011, ya con Peña Nieto candidato presidencial, y en el estado tomó posesión su hermano Rubén).
*****
Cuando en el último año del gobierno de Felipe Calderón agentes federales, dependientes de la PGR, – a cargo estaba Marisela Morales-, detuvieron una avioneta, en Toluca, con 25 millones de pesos encima, se despertaron suspicacias y todas las miradas se dirigieron a la casa de campaña del candidato presidencial priista: Enrique Peña Nieto.
¿Era dinero, el confiscado en Toluca, destinado a la campaña presidencial del PRI?
“Es para carnavales…”, alegó Tomás Ruiz. ¡Pues qué jarochos tan fiesteros y despilfarradores!
“Estamos, con toda seguridad, ante un desvío de recursos del gobierno del estado a favor del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto. ¿O acaso testificamos el hecho de dinero sucio proveniente del narcotráfico a favor de Peña Nieto?”, advirtió el entonces presidente del PRD, Jesús Zambrano.
Hoy, cuatro años después de aquel evento, Javier Duarte ha llevado a Veracruz a la ingobernabilidad.
Veracruz no solamente es tierra donde florece el narcotráfico, la pobreza se extiende, la violencia es cotidiana, hay desaparecidos, secuestros, y se asesina a periodistas con suma facilidad. Da para más: el Auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, reportó un faltante de 13 mil millones de pesos en las cuentas públicas veracruzanas. Duarte ha reconocido deuda en Veracruz por 44 mil millones de pesos. 12 mil millones más que en el Coahuila de Moreira.
En Los Pinos saben que el 5 de junio próximo, el desastre de Javier Duarte le puede costar la gubernatura al PRI por primera vez en la historia. Eso es lo de menos. Lo grave es el daño que se le ha hecho a la entidad, a los habitantes, a su presente y futuro.
La pregunta corre también, de boca en boca, entre millones de mexicanos:
¿Qué le debe Peña Nieto a Javier Duarte para mantenerlo en la gubernatura, cuando una orden de Los Pinos bastaría para removerlo?
Huele a dinero. Huele a campaña presidencial en 2012.
Sólo así se explicaría el soportar a Duarte.
*****
Es posible que cuando usted lea esta columna, Javier Duarte ya haya sido removido de la gubernatura de Veracruz. Demasiado tarde. El daño al estado, al país, ya está hecho.
Y es poco probable que Humberto Moreira pague sus abusos. No, al menos en este sexenio.
¿Qué le debe Peña Nieto a Duarte y a Moreira?
Es todavía una pregunta sin respuesta, pero sí con alto grado de suspicacia.
TW: @_martinmoreno

FB: / Martin Moreno

EL NIÑO FIEL MÁS DESTACADO FUE EL ACTUAL GOBERNADOR, JAVIER DUARTE…

 
En su edición de este miércoles, EL PAIS de España –nación a la que Javier Duarte de Ochoa pretende trasladar su residencia en Diciembre-, publica un largo reportaje bajo el título: “Duarte y el ocaso de los niños fieles”, en la que señala que el caso de los jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca y un desvío de fondos acechan al gobernador de Veracruz.

La nota de Pablo Ferri, relata: “Cuenta el politólogo Carlos Ronzón, que el anterior gobernador de Veracruz, Fidel Herrera –actual cónsul de México en Barcelona–, gustaba de rodearse de muchachos jóvenes sin cualidad política. “Fidel es avasallador”, cuenta Ronzón por teléfono desde Veracruz. “Repartía cargos entre personas obedientes para intervenir cuando quisiera.

Eran ‘los niños de la fidelidad’ o los niños fieles, todos empezaron ahí”. El profesor de la Universidad Veracruzana Alberto Olvera recuerda que el niño fiel más destacado fue el actual gobernador, Javier Duarte. “Una vez narró Fidel”, cuenta Olvera, “que Duarte volvía de España con sus maletas y se le ofreció para ponerse a su servicio (…) Literalmente, Duarte empezó cargando la maleta en efectivo de Fidel.

Él daba dinero en efectivo a la gente, era su forma de gobernar”. Ninguno de los especialistas consultados recuerda que Duarte haya imitado a su antecesor y haya repartido dinero, efectivo, por los pueblos de Veracruz. Todos señalan, sin embargo, que Duarte fue el elegido de Fidel por puro pragmatismo.

Dice Ronzón: “No era el más brillante, pero sí el más obediente”. El gobernador de Veracruz encara estos días uno de sus momentos más difíciles al frente del Ejecutivo. Hace dos semanas, la Auditoría Superior de la Federación informaba de que Veracruz había desviado 2.000 millones de dólares de sus cuentas de 2011 a 2014. El presidente del PRI, el partido de Duarte, declaraba enseguida que el gobernador debería explicar dónde había ido a parar el dinero. Mientras tanto, la derecha pide desde el Senado que se enjuicie políticamente al gobernador. 

La semana pasada, la prensa local fue un hervidero de rumores sobre su dimisión. Javier Duarte (Veracruz, 1973) es, probablemente, uno de los gobernadores más odiados en la historia reciente de México. Llegó al poder en 2010 entre las críticas que señalaban irregularidades en el proceso electoral. En 2011 lanzó la Ley de Perturbación del Orden Público que, en la práctica, facultaba a las autoridades a actuar contra tuiteros y blogueros que criticaran al Gobierno. En 2013 la Suprema Corte la declaró anticonstitucional. En ese contexto, Duarte pidió cárcel para un fotoperiodista que había publicado unas fotos que mostraban a integrantes de un grupo de autodefensas en la entidad. “Es una vacilada”, dijo el gobernador.

En Veracruz, dijo Duarte, no hay autodefensas; en Veracruz, dijo una vez, solo roban “frutsis y pingüinos”, dulces, en las tiendas. En 2011, unos sicarios abandonaron 35 cuerpos en Boca del Rio, municipio turístico pegado al Puerto de Veracruz. México constataba que el estado del golfo, la región del son jarocho, del carnaval más famoso del país, se convertía en otra víctima de la reyerta que mantenía el Estado contra el crimen organizado y que por entonces ya dejaba decenas de miles de muertos. Aunque nadie ha probado nunca los vínculos de Duarte o su Gobierno con el crimen organizado, la ósmosis de su partido, el PRI, con la delincuencia es comidilla habitual de la prensa local y nacional. En un juicio celebrado en Estados Unidos en 2013, un agente del FBI señaló que el cartel de Los Zetas había aportado 12 millones de dólares a la campaña que llevo a Fidel Herrera a la gubernatura.

La reaparición de Herrera en Veracruz tras dejar el cargo fue de la mano de Duarte. Ocurrió en los carnavales de 2013. Pese a las críticas, Duarte lo defendió. “Es un turista distinguido”, dijo. Duarte vivió más o menos tranquilo hasta julio de 2015. Entonces, la activista Nadia Vera, el fotoperiodista Rubén Espinosa y otras tres personas morían asesinadas en la Ciudad de México. Vera y Espinosa habían trabajado durante años en Veracruz. Meses antes de morir, Vera dijo incluso que responsabilizaba al gobernador de cualquier cosa que le pudiera pasar. Aunque no se ha probado que Duarte o nadie de su Gobierno esté detrás de lo ocurrido, la muerte de ambos generó un alud de críticas contra la figura del gobernador: en sus años de Gobierno, 14 periodistas veracruzanos han sido asesinados.

En enero de este año, policías estatales secuestraron a cinco jóvenes en la entidad. Igual que en el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, los policías los habrían entregado a una célula criminal. De momento, la fiscalía solo ha encontrado restos de dos de ellos. Esta situación ilumina el drama de los desaparecidos en Veracruz. Son un millar de casos, algunos vinculados a la policía estatal. Si hay un aspecto que molesta a la sociedad jarocha –asumiendo, claro, la crisis de inseguridad en el Estado–, es la actitud de Duarte al respecto.

En octubre del año pasado, en una visita a Orizaba, una mujer increpó al gobernador por la falta de resultados en la búsqueda de su familiar desaparecido. Duarte, un hombre orondo, de voz histriónica, sostuvo durante minutos una pequeña sonrisa. La mujer, a grito pelado, regañó al gobernador: “No se burle, quite su sonrisa porque yo no vivo desde ese tiempo, señor”. La periodista Daniela Pastrana, que viaja constantemente a Veracruz, califica a Duarte de “irascible y berrinchudo. Nunca ha tenido el control”, dice.
La profesora Esther Hernández, ex directora del Instituto Veracruzano de la Cultura, señala que el gran problema del estado es la impunidad, asunto que comparte el profesor Olvera. “Veracruz es uno de los estados más impunes del segundo país más impune de América”, dice. La profesora Hernández sufrió el asesinato de su hija en 2010. Las autoridades no han encontrado a los asesinos. “No hay avance porque no se busca, no se hace nada. Ha sido peor el gobierno de Duarte.


El estado está en bancarrota, la universidad está en un momento muy difícil, el Gobierno le ha retenido recursos por más de 100 millones de dólares, cosa que no había ocurrido antes. Lo mismo con el Instituto de pensiones del estado”. El último escándalo en Veracruz alude al manejo de los fondos estatales. La auditoría implica a Duarte y los niños fieles, políticos que empezaron su carrera bajo el ala de Fidel Herrera, diputados federales, ex altos cargos. Le quedan diez meses de Gobierno y el gobernador no se da por aludido. Columnistas y analistas anunciaron la semana pasada que Duarte dimitiría en pocas horas. Pero el mandatario se mantiene. 

Da igual lo que digan las “campañas” que tratan de derribarle. Da igual, también, lo que él diga. Una vez, en una entrevista, Duarte dijo que se identificaba con “el generalísimo Franco”, quien tenía su mismo timbre de voz. “No estoy acorde a su ideología política, pero creo que su fortaleza es una parte importante a resaltar”. Y siguió, como si nada”. Hasta ahí el reportaje de EL PAIS…

DUARTE Y EL OCASO DE LOS NIÑOS FIELES


El caso de los jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca y un desvío de fondos acechan al gobernador de Veracruz.

Cuenta el politólogo Carlos Ronzón, que el anterior gobernador de Veracruz, Fidel Herrera –actual cónsul de México en Barcelona–, gustaba de rodearse de muchachos jóvenes sin cualidad política. “Fidel es avasallador”, cuenta Ronzón por teléfono desde Veracruz. “Repartía cargos entre personas obedientes para intervenir cuando quisiera. Eran ‘los niños de la fidelidad’ o los niños fieles, todos empezaron ahí”. El profesor de la Universidad Veracruzana Alberto Olvera recuerda que el niño fiel más destacado fue el actual gobernador, Javier Duarte. “Una vez narró Fidel”, cuenta Olvera, “que Duarte volvía de España con sus maletas y se le ofreció para ponerse a su servicio (…) Literalmente, Duarte empezó cargando la maleta en efectivo de Fidel. Él daba dinero en efectivo a la gente, era su forma de gobernar”.
Ninguno de los especialistas consultados recuerda que Duarte haya imitado a su antecesor y haya repartido dinero, efectivo, por los pueblos de Veracruz. Todos señalan, sin embargo, que Duarte fue el elegido de Fidel por puro pragmatismo. Dice Ronzón: “No era el más brillante, pero sí el más obediente”.
El gobernador de Veracruz encara estos días uno de sus momentos más difíciles al frente del Ejecutivo. Hace dos semanas, la Auditoría Superior de la Federación informaba de que Veracruz había desviado 2.000 millones de dólares de sus cuentas de 2011 a 2014. El presidente del PRI, el partido de Duarte, declaraba enseguida que el gobernador debería explicar dónde había ido a parar el dinero. Mientras tanto, la derecha pide desde el Senado que se enjuicie políticamente al gobernador. La semana pasada, la prensa local fue un hervidero de rumores sobre su dimisión.
Javier Duarte (Veracruz, 1973) es, probablemente, uno de los gobernadores más odiados en la historia reciente de México. Llegó al poder en 2010 entre las críticas que señalaban irregularidades en el proceso electoral. En 2011 lanzó la Ley de Perturbación del Orden Público que, en la práctica, facultaba a las autoridades a actuar contra tuiteros y blogueros que criticaran al Gobierno. En 2013 la Suprema Corte la declaró anticonstitucional. En ese contexto, Duarte pidió cárcel para un fotoperiodista que había publicado unas fotos que mostraban a integrantes de un grupo de autodefensas en la entidad. “Es una vacilada”, dijo el gobernador. En Veracruz, dijo Duarte, no hay autodefensas; en Veracruz, dijo una vez, solo roban “frutsis y pingüinos”, dulces, en las tiendas.
En 2011, unos sicarios abandonaron 35 cuerpos en Boca del Rio, municipio turístico pegado al Puerto de Veracruz. México constataba que el estado del golfo, la región del son jarocho, del carnaval más famoso del país, se convertía en otra víctima de la reyerta que mantenía el Estado contra el crimen organizado y que por entonces ya dejaba decenas de miles de muertos.
Aunque nadie ha probado nunca los vínculos de Duarte o su Gobierno con el crimen organizado, la ósmosis de su partido, el PRI, con la delincuencia es comidilla habitual de la prensa local y nacional. En un juicio celebrado en Estados Unidos en 2013, un agente del FBI señaló que el cartel de Los Zetas había aportado 12 millones de dólares a la campaña que llevo a Fidel Herrera a la gubernatura. La reaparición de Herrera en Veracruz tras dejar el cargo fue de la mano de Duarte. Ocurrió en los carnavales de 2013. Pese a las críticas, Duarte lo defendió. “Es un turista distinguido”, dijo.
Duarte vivió más o menos tranquilo hasta julio de 2015. Entonces, la activista Nadia Vera, el fotoperiodista Rubén Espinosa y otras tres personas morían asesinadas en la Ciudad de México. Vera y Espinosa habían trabajado durante años en Veracruz. Meses antes de morir, Vera dijo incluso que responsabilizaba al gobernador de cualquier cosa que le pudiera pasar. Aunque no se ha probado que Duarte o nadie de su Gobierno esté detrás de lo ocurrido, la muerte de ambos generó un alud de críticas contra la figura del gobernador: en sus años de Gobierno, 14 periodistas veracruzanos han sido asesinados.
En enero de este año, policías estatales secuestraron a cinco jóvenes en la entidad. Igual que en el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, los policías los habrían entregado a una célula criminal. De momento, la fiscalía solo ha encontrado restos de dos de ellos. Esta situación ilumina el drama de los desaparecidos en Veracruz. Son un millar de casos, algunos vinculados a la policía estatal.
Si hay un aspecto que molesta a la sociedad jarocha –asumiendo, claro, la crisis de inseguridad en el Estado–, es la actitud de Duarte al respecto. En octubre del año pasado, en una visita a Orizaba, una mujer increpó al gobernador por la falta de resultados en la búsqueda de su familiar desaparecido. Duarte, un hombre orondo, de voz histriónica, sostuvo durante minutos una pequeña sonrisa. La mujer, a grito pelado, regañó al gobernador: “No se burle, quite su sonrisa porque yo no vivo desde ese tiempo, señor”. La periodista Daniela Pastrana, que viaja constantemente a Veracruz, califica a Duarte de “irascible y berrinchudo. Nunca ha tenido el control”, dice.
La profesora Esther Hernández, ex directora del Instituto Veracruzano de la Cultura, señala que el gran problema del estado es la impunidad, asunto que comparte el profesor Olvera. “Veracruz es uno de los estados más impunes del segundo país más impune de América”, dice. La profesora Hernández sufrió el asesinato de su hija en 2010. Las autoridades no han encontrado a los asesinos. “No hay avance porque no se busca, no se hace nada. Ha sido peor el gobierno de Duarte. El estado está en bancarrota, la universidad está en un momento muy difícil, el Gobierno le ha retenido recursos por más de 100 millones de dólares, cosa que no había ocurrido antes. Lo mismo con el Instituto de pensiones del estado”.
El último escándalo en Veracruz alude al manejo de los fondos estatales. La auditoría implica a Duarte y los niños fieles, políticos que empezaron su carrera bajo el ala de Fidel Herrera, diputados federales, ex altos cargos.
Le quedan diez meses de Gobierno y el gobernador no se da por aludido. Columnistas y analistas anunciaron la semana pasada que Duarte dimitiría en pocas horas. Pero el mandatario se mantiene. Da igual lo que digan las “campañas” que tratan de derribarle. Da igual, también, lo que él diga. Una vez, en una entrevista, Duarte dijo que se identificaba con “el generalísimo Franco”, quien tenía su mismo timbre de voz. “No estoy acorde a su ideología política, pero creo que su fortaleza es una parte importante a resaltar”. Y siguió, como si nada.