“La privacidad ha muerto y Social Media la mató”. Pete Cashmore, CEO Mashable.
Las redes sociales
son una construcción que no nace de la casualidad, sino un mecanismo muy bien
planeado para conocer mejor el mercado global por segmentos y formas de pensar;
es un lugar que junta miles de millones de datos personales, por sólo eso es muy
valioso. Sin embargo, pese a ello, lo que no fue considerado y estalló es el
hecho de que ha sido un mecanismo de solidaridad que ha unido a gente en el
dolor, en aspiraciones y en esperanzas; ésta es la cara positiva de este
mecanismo de comunicación y gestión de la información en las poblaciones, omito
decir sociedades.
De allí que un tema
es el uso de las redes sociales para acciones en favor de la gente y el opuesto
es el uso de éstas desde otros centros de poder para plantar ideas en las
mismas, con lo que se transforman en un verdadero mecanismo de propaganda de
quien las controla.
Las noticias, que
encarnan la ideología de los que la emiten, es el mercado de información de una
sociedad dominada por este poder mediático de orden global, que nos aleja de la
realidad y nos remplaza las utopías por las fantasías.
Éstas y muchas otras
preguntas nos hacemos al analizar las redes, que han logrado tener una gran
influencia en muchos espacios sociales, pero la duda es siempre la misma,
¿quién está atrás de esto y quién gana con este mecanismo que ha permeado
transversalmente a toda la sociedad?
Sin dejar de
reconocer el esfuerzo de las redes en casos muy concretos como promoción,
solidaridad, pérdida de personas, denuncias de abusos y otras más, nosotros
haremos un acercamiento a la otra cara: la política.
Para ello bajaremos
un ejemplo del uso político de las redes para mandar mensajes e informes a la
gente, a fin de ir construyendo una imagen de a quién deben apoyar y por qué,
un proceso de cooptación por vía indirecta a través de falsas noticias y de
propuestas amoldadas a la idea de la gente, aunque sean inviables.
Esto comienza con el
cambio de era, donde los nuevos instrumentos del poder son las nuevas
tecnologías, ya que éstas son las responsables del comienzo de un cambio de
paradigma en el cual la forma de hacer política también se ve alterada y debe
adaptarse a los nuevos desafíos.
En la investigación
“Perfil del gobernauta latinoamericano: estudio del perfil de los gobernantes
latinoamericanos en redes sociales” se analiza la transición por la que pasan
los gobernantes e incursiona en las nuevas formas de gobernar en tiempo de
redes sociales. En México tenemos hoy el caso del gobernador del estado de
México, que va con la cámara del celular transmitiendo en tiempo real a través
del “periscopio”, algo que se ha cuestionado ya que otros lo usan para mostrar
gente en situación comprometida por ser ilegal.
La investigación
sobre operación política que fue cuantitativa y cualitativa fue financiada
íntegramente por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través de su
Laboratorio de Ideas en el que trabajaron veinte personas durante ocho meses, y
el resultado del estudio arroja que las gobernantas serán los nuevos líderes.
Las nuevas
tecnologías son un desafío tanto para la política como para la sociedad, ya que
las redes son un elemento deslegitimador y, a la vez, generan nuevas
oportunidades, ya que si bien hay dos territorios: físico y digital, no hay dos
reputaciones, dice Luis Bobino, presidente de la fundación CiGob, organización
que se dedica a formar y entrenar equipos de gobierno.
Mario Riorda,
consultor del BID y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad
Austral de Argentina, sostiene que la nueva base tecnológica abre nuevos espacios
a nuevas voces ya que pone al descubierto a la política y al periodismo,
modifica y estimula nuevas formas de participación.
Pero a los políticos y gobernantes no se le ha visto una intención de
dialogar de modo directo con la sociedad civil y ello nos lleva a pensar que
los gobiernos utilizan las nuevas tecnologías como un intento de instalar o fijar diferente temas.
De allí que las
plataformas electorales quedaron en desuso porque las hacían un grupo de
expertos en un lugar cerrado, por lo que habría que crear un partido donde la
estrategia sería la de recolectar demandas y expectativas de cada punto del
territorio y así la política le podría dar respuestas a los problemas de cada
localidad.
Antes, los
gobernantes necesitaban rasgos carismáticos vinculados a la televisión pero
ahora, los líderes tienen que construir equipos para tener mayor impacto,
porque el dominio de los medios en la sociedad obliga a redefinir las
estrategias políticas.
La comunicación se
usa mucho durante la campaña y en el gobierno muy poco y es que los candidatos
al transformarse en gobernantes se olvidan que no era cuestión de vender
un producto, sino que al llegar al poder deben operarlo para satisfacer las
expectativas.
Hoy, los políticos
van tomando conciencia que las redes son inherentes a la política tanto como
cualquier otro medio, pero los gobiernos no se animaban a operar en las redes
por la creencia de que no soportarían las demandas ciudadanas, pero eso es
pasado y hoy con una lógica propaladora o publicitaria, los gobiernos usan
masiva y cotidianamente las redes.
Esto ha llevado que en la actualidad en el gobierno de Macri en la Casa
Rosada, esté trabajando un equipo de más cuarenta jóvenes con un doble objetivo,
por un lado el de influir en las redes sociales y, a la vez, evitar la
dependencia de los medios de comunicación tradicionales.
El objetivo de este
grupo es el de cuidar la imagen del gobierno y más específicamente la imagen
del Presidente, a través de la difusión de videos, hashtags y
consignas, dado que estas redes tiene un mucho más masivo del que tiene un
diario o un programa de política por cable, y un ejemplo es el que un post
del Presidente en Facebook puede llegar a ser visto por 10 millones de
personas.
A ese recurso
institucional se le suma una ayuda subterránea: los llamados trolls y los
mini-ejércitos de usuarios falsos, dedicados a operar sobre la agenda diaria.
Antes de la campaña
electoral, el partido del actual Presidente de Argentina ha tenido un marcado
protagonismo a la operación de redes sociales, ya que era un partido sin
historia ni adhesiones de calle, pero este modelo le permitió que
multiplicara su presencia en Facebook y Twitter, que luego se expresaron
en las urnas y son su primera línea de defensa ante la política antipopular que
hoy lleva adelante este adalid de la nueva derecha, y uno de los dos
presidentes que fueron puestos al descubierto, como dueños de empresas en
paraísos fiscales, por los denominados “Papeles de Panamá”.
Un ejército de
jóvenes trabaja diariamente en el tema de las redes sociales y su estrategia
apunta al ideal de la comunicación personalizada, que es el reverso del mensaje
indiferenciado y de trazo grueso que practicaba el gobierno anterior, y para
ello, el gobierno segmenta sus mensajes: por zona, por edad, por género y
por intereses, tanto en Facebook como en Twitter o Google.
Argentina es un
laboratorio a tomar en consideración ya que el 80% de los mayores de 18 años
tiene una cuenta, y esto ha llevado al actual gobierno a avanzar a prueba
y error, repite lo que funciona y archiva lo que falla, siendo los mensajes más
efectivos los que muestran a un presidente cálido y familiero, las opiniones
políticas en contextos muy específicos y las afirmaciones patrioteras.
Así opera la
denominada Mano Negra, que tiene por pretensión la de instalar temas, hashtags
e imágenes, algo que hoy el gobierno niega su uso, aunque confiesan haberlos aprovechado
en la campaña, aunque ahora, el avance de la tecnología y de la suspicacia
política permite descubrir operaciones rápidamente.
El otro tema de esta
puja en las redes es el poder lograr conducir el clima de las redes, a fin de
tapar temas incómodos, actividad que realizan personas reales que manejan
hasta veinte o treinta cuentas de Twitter, y éstos son los
ciber-militantes más o menos vinculados al gobierno, que forman una
verdadera guerrilla virtual, va desde los jóvenes que operan desde la Casa
Rosada hasta los micro emprendimientos amateurs que se suman a esta “cruzada”.
Las nuevas
tecnologías no sólo desarrollan cambios en la forma de comunicar de los
gobernantes, sino que ofrecen nuevos desafíos a la militancia, mayoritariamente
jóvenes que viven con el celular en la mano y la comunicación es el verdadero
oxígeno que les permite vivir; ellos son los operadores y destinatarios de la
mayoría de estos mensajes, son una nueva forma de militancia, con compromiso
online y una realidad construida desde la web.
Estamos viviendo
tiempos diferentes donde el espectáculo remplaza a la realidad y la fantasía a
la verdad, a veces creemos que estamos viviendo en un mundo diferente, pero
rápido la realidad nos despierta, en medio del mar del consumo para que tomemos
algo como una manera de compensarnos por la fidelidad a la marca.