•Advertencia de policías a
activista Jairo Guarneros, baleado en Orizaba e internado en un hospital.
Miguel Ángel León Carmona, blog.expediente.mx para el Piñero de
la Cuenca.
Xalapa, Veracruz, 10 de julio, 2016.- “Ya bájenle o va a haber
más muertos” advirtieron policías de Orizaba, Veracruz, al activista Jairo
Guarneros Sosa, un día antes que fuera baleado a quemarropa en la entrada de su
casa.
Lo anterior, extracto de un video presentado ante la Unidad
Integral de Procuración de Justicia del XV Distrito Judicial por miembros del
colectivo Cihuatlahtolli (palabra de mujer), quienes señalan a elementos de la
patrulla 51 y al mismo gobierno municipal como sospechosos del atentado en
contra del también taxista orizabeño.
Presuntas amenazas derivadas de una protesta encabezada por
Guarneros Sosa, que exigía la presentación de los patrulleros de la unidad
PA-24, responsables de un incidente automovilístico donde falleció una mujer y
dos personas más resultaron heridos.
Fue gracias a la presión del colectivo de Jairo Guarneros que
Juan Ramón Herebia, encargado de la seguridad pública en Orizaba, aceptara la
responsabilidad de sus elementos, comprometiéndose en rueda de prensa que el
caso sería esclarecido.
Al momento, según reportes de compañeros del agredido, su estado
de salud es estable. Sin embargo, temen que sus dos agresores materiales, aún
libres, terminen lo que consideran una encomienda.
 “Exigimos garantías de seguridad para Jairo y su familia.
Responsabilizamos a Juan Manuel Díez Francos, así como al gobierno estatal y
federal de cualquier futuro atentado en contra de Jairo, sus familiares o
integrantes del colectivo feminista, Cihuatlahtolli, GRITO y los demás grupos
que han sido compañeros de lucha”.
Es la demanda que leyó en la capital del estado, Beatriz Torres
Beristaín, integrante del colectivo Cihuatlahtolli, firmada por 42 asociaciones
civiles, de cortes estatales, nacionales e internacionales, así como
representantes de la iglesia católica en Veracruz.
 “Hay una violencia generalizada en Veracruz. Nuestro
estilo de vida está siendo permeado por la violencia, la impunidad, la
inseguridad y la corrupción. Nuestro pueblo está harto de esas situaciones. Hay
un despertar en la gente, pero falta mucha por sumarse”, compartió el sacerdote
y defensor de los derechos humanos, Julián Andrés Verónica Fernández.
Se trata de un hombre con raíces indígenas, una persona que
soluciona conflictos y no los origina. “Siempre ha sido incómodo para el
gobierno priista. En este momento a Juan Manuel Díez le molesta que un tipo
pobre tenga tanta fuerza y verdad” asegura Beatriz Torres Beristaín.
Una lucha social de Guarneros Sosa que lo llevó a prisión en el
año 2012 junto a otros tres compañeros. Detención, derivada de un
enfrentamiento entre comerciantes y municipales que se dispusieron a
desalojarlos de sus negocios sobre la vía pública.
“JAIRO, AQUÍ ESTAMOS Y NO NOS IREMOS”
Título de la campaña puesta en marcha por una cincuentena de
asociaciones civiles y activistas independientes, quienes además de hacer
público su apoyo, se dirigen al gobierno orizabeño. “Aquí hay un gran problema:
son cómplices del crimen organizado, están coludidos o están sumisos y no
pueden ofrecer garantías a la gente que opina diferente”.Â
Por su parte, Beatriz Torres avala el accionar social de Jairo
Guarneros, comparte que desde hace más de tres décadas su causa va dirigida a
los problemas de las mujeres, sobre todo en las agresiones a sexo servidoras de
la región central en Veracruz.
 “Él se ha hecho cargo de sexo servidoras que han sido
asesinadas y no poseen ni siquiera una identidad. Ha estado en funerales donde
nadie va ni reza por las difuntas. Él está ahí, donde los demás no voltean la
cara. Se trata de un hombre feminista”.
El hombre de temperamento sereno, comparten sus colegas, no sólo
ocupa el tiempo libre que le deja su oficio de ruletero en la lucha por los
derechos de las mujeres. También es parte del proyecto La Escuelita del Zapote,
enseña a leer y escribir a niños indígenas estancados en la pobreza extrema de
la Sierra de Zongolica y los pueblos de las faldas del volcán Pico de Orizaba.
Allegados comentan que su camioneta de los años 80 solía estar
retacada de libros de historias fantásticas que entregaba a infantes de
barrigas lombricientas. De cabellera larga, lentes de vidrios circulares y
camisetas de algodón, así se le puede ver en las plazas públicas a Jairo,
cuestionando a los gobiernos en turno.
Un adherente a la sexta declaración de la selva Lacandona del
EZLN, sus amigos, presumen, que llegó a ser el enlace en la zona centro de
Veracruz del Sub Comandante Marcos.
“Así es Jairo, un hombre que sí camina por las calles,
que conoce la problemática social. Pese a su simpatía con el pueblo nunca ha
tomado direcciones partidistas. Desafortunadamente le tocó criticar a un
presidente, Díez Francos, que mediante decisiones estúpidas pisotea a la gente
de abajo”.
 “CÁRCEL PARA LOS CULPABLES, ASÍ SEAN FUNCIONARIOS DE
GOBIERNO”
Por su parte, Emilio Rodríguez, Integrante de la Asamblea
Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (LAVIDA), demanda la captura de
agresores materiales e intelectuales. “Aun cuando estos puedan ser funcionarios
o personal del gobierno”.
“Estamos dando la ante la sociedad veracruzana porque si
a nosotros que defendemos la madre tierra y temas ambientales hemos sido
hostigados por autoridades y a empresas, qué será de personas como Jairo o
la señora Aracely Salcedo que han evidenciado el número de desaparecidos en
Veracruz, las fosas clandestinas o la violación de los derechos humanos de las
mujeres”.
“Estamos siendo agredidos por el simple hecho de
denunciar. En esta ocasión nos armamos de valor y pedimos que ya no se repitan
los hechos de violencia, es el tercer activista agredido en Veracruz, en menos
de un mes, uno de ellos murió. ¿Qué espera el gobierno para actuar?”
Se pregunta Emilio Rodríguez, refiriendo el asesinato de José
Jesús Jiménez Gaona, vocero de la agrupación Búsqueda de Familiares
Desaparecidos María Herrera A.C., quien fue asesinado en la vía pública.
Además, mientras que su esposa, Francisca Vázquez Mendoza, permanece grave en
un hospital de la Ciudad de México.