¿EL
NEOLIBERALISMO 2 O “RECARGADO” SERÁ LA DOBLE JODA DE TRUMP PARA DESPERTARNOS?
Pedro Echeverría V.
1. Los
yanquis llevan por lo menos cien años sometiéndonos con su sistema político y
económico; desde los tiempos del liberalismo económico, comercial, imperial.
Desde que EEUU se hizo el amo del mundo, compró millares de grandes empresas en
México y obligó al país a endeudarse mediante préstamos, con la imposición de
sus políticas en el país ha sido determinante. No sólo impuso el neoliberalismo
en 1982 obligando a firmar al gobierno De la Madrid con el FMI la llamada
“Carta de intención” en la que se compromete México a obedecer lo que allí se
estatuye, sino que 35 años después se anuncia que ese Neoliberalismo “será con
Trump doble, recargado”.
2. En
entrevista al historiador y economistas Aurelio García por La Jornada, éste
declara que en América Latina se expande, en paralelo a la era Trump, un modelo
político capitalista extremo, más radical que los regímenes neoliberales que
experimentó la región en los años noventa, con jefes de Estado como Carlos
Salinas, Saúl Menem, Carlos Andrés Pérez y Fernando Collor de Melo. “Es algo
mucho más radical de lo que ya conocemos; un modelo que ejerce violencia
económica contra las mayorías: reduce al mínimo el rol del Estado, abarata al
máximo la fuerza del trabajo, reduce o anula programas sociales en todos los
planos –educación, vivienda, salud, pensiones, economía popular o campesina–,
desmantela las industrias estratégicas paraestatales”.
3. Lo
anterior me hace pensar que en lugar de ir para adelante, como en la primera
década del siglo -cuando los presidentes Hugo Chávez, Lula, los Kirchner,
Correa y Morales fortalecían las luchas de los trabajadores de Suramérica-
vamos hacia atrás porque la dominación capitalista se hace más grande y brutal
en tanto que la lucha de los trabajadores se divide más y se debilita. Por más
emoción o entusiasmo que se le quiera poner, la realidad indica que las cosas
empeoran para los trabajadores desde 2013. Parece que los años de coyuntura, de
momentos altos de lucha de los trabajadores son más cortos que las décadas de
dominación total de la burguesía. Cuando muy joven pensé que las coyunturas
sólo tenían que ver con la voluntad de los trabajadores.
4. En caso
contrario, ¿puede el poderoso empresario transnacional, el presidente de EEUU,
Trump, imponer su pensamiento e intereses en el mundo? Obviamente que no porque
un individuo, por más grande, poderoso y hasta inteligente que sea, es producto
de sus circunstancias, del momento que vive. ¿Por qué no ganó la Clinton la
Presidencia de EEUU y sí Trump? Porque mil un intereses coincidentes se unieron
para aplicar el programa que EEUU ya estaba maduro para imponer. Me hace
recordar cómo en 1982 en México los empresarios estaban ya preparados
políticamente para disputarle el poder a la clase política que durante décadas
los ayudó a desarrollarse pero luego les bloqueaba el poder. 1982 fue el grito
de “México en Libertad” que dio a los empresarios y al panismo el poder.
5. Desde
entonces los cambios en México fueron radicales: se vendieron casi todas las
empresa paraestatales (1,500) a la iniciativa privada, las inversiones en
salud, educación, vivienda, servicio social se redujeron, las grandes empresas
obligaron a cerrar a las pequeñas, los empresarios y el gobierno de Salinas
obligaron a firmar el TLC con los EEUU y Canadá y el desempleo se multiplicó,
se desarrolló la migración y la delincuencia de arriba y abajo. Ese fue el gran
significado del Neoliberalismo uno que fue desastroso para México y el mundo.
Hoy el especialista brasileño nos llama la atención ante una radicalización del
capitalismo más depredador para la era Trump y sucesores.
6. O ese
Neoliberalismo 2, “recargado”, es sólo la presión del gobierno deTrump, de los
republicanos, de los bancos de la reserva mundial, de los fabricantes de armas,
para presionar al mundo a adoptar ese camino para hacer un frente contra China,
Rusia, India y algunos países árabes o, por otro lado, es una radicalización
del neoliberalismo imperial ante el debilitamiento de las luchas de los
trabajadores. Lo que sea causa alarma y el mismo Lula, inteligente líder y
expresidente de Brasil, llama la atención al decir que: “lamentaba muchísimo
que no se hubiera producido una renovación mayor de cuadros políticos en el
país. Esa es una política a la que se ha prestado muy poca atención en México.
(18/VI/17)