5 de agosto de 2014

Día 24:...Y EL SILENCIO… DE LOS INDECENTES


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Según el reglamento, los días de visita en el “penalito” son los jueves y los domingos en horario de 9 de la mañana a 4 de la tarde, pero para variar a nosotros nos empiezan a caer “las visitas” del día Domingo desde las primeras horas de la madrugada…. A las dos de la mañana llegó primero, lo trajo la marina a los separos que se ubican debajo de las celdas. Se sentía trompeta gracias a la espectacular borrachera que traía encima así es que desde esa hora nos deleitó con su sonido y porras….”Tuturutututu… todos p…”

    Me comentan que Ramón Poo declaró que no se dan abasto los policías ante tanto delincuente en la calles… le creo… Los verdaderos delincuentes andan afuera porque al menos aquí entre los que manda pre-fabricados la Procuraduría del Estado y los entrañables personajes que se encuentra la marina en cada ronda, ya no hay espacio. La semana pasada nos trajeron a uno que se sentía gallo y la anterior a otro poseído por sepa Dios que espíritu  maligno (según él claro).

    Afortunadamente el día mejora, que alegría ver a la familia, a las compañeras, compañeros, amigas y amigos, aunque sea quince minutos y con un custodio parando oreja. Gracias a todas y todos por tomarse unas horas de su día de descanso para pasar por acá. Junto con su visita recibí dos regalos igual de invaluables para mí, “los versos en la  boca del Río” de Byron y después de muchos días un NOTIVER!

    He preguntado hasta el hartazgo por qué no se me permite leer un periódico… “Porque lo dice el reglamento” responden siempre, sin embargo este domingo pude porque se impuso mi abogado y exigió ver el reglamento el cual por cierto no está a la vista ni se tiene a la mano. Después de su visita con todo y un periódico, pasó a verme Gilberto Martínez (el primer encarcelado junto con Maruchi Bravo del Gobierno Duartista, por ejercer en libertad su derecho a expresar ideas) él me dio la respuesta sobre el hecho que no se permitan periódicos… “Cuando estaba en Pacho Viejo, ni a Maruchi ni a mí nos permitían leer específicamente ni NOTIVER ni PROCESO, nos decían que no protestáramos porque un Diputado local acusado de abuso sexual tenía hasta chef y una carnicería ahí mismo, pero aun así la respuesta era que para Javier Duarte es más peligroso un medio de información crítica que 10 cuchillos…”

    Pues si, entendido entonces, pero al menos por hoy pude leerlo y sentirme por un momento libre, en casa y muy orgullosa del medio que me sigue publicando y no me ha dejado ni un minuto sola, muchas gracias jefe y jefa, y muchas gracias compañeros columnistas y reporteros. Te leí Manuel, muchas gracias, y gracias a Gechy por su ingenio, mucha fuerza y mucho pinche ánimo como dice el jefe. También me leí y comprendí por un segundo lo extraño que debe resultar para los lectores recibir diariamente una carta desde el penal así que por ustedes y por demostrarme a mi misma que el oficio que te apasiona lo puedes ejercer aun en las peores circunstancias, desde aquí e incomunicada, me pongo a reportear y redactar…

“Ay amor…. Cosa tan rara”

    Dos cosas buenas tiene el “penalito”, los días de visita y la voz de Evelin, una de las pocas mujeres que trabajan como custodia en este lugar…. Además de los gritos del “hombre trompeta” que llegan a mi celda de la de abajo, también afortunadamente llega la voz de mi custodia favorita (siempre tiene un gesto amable para todo el mundo) en medio de sus recorridos de vez en vez, suelta un pedacito de canción con una voz más potente que la de Toña “La Negra”… “Hay amor….cosa tan rara”… repite.

    Tiene razón, en este mi sexto día de visitas, termino de corroborar los datos que he ido tomando a lo largo de tres semanas y que me llamó la atención desde el segundo día de visitas.  Mientras que la fila para visitar reclusos es muy extenso, la de las reclusas en apenas perceptible.

    ¿Siempre es así o es mi imaginación? Le pregunto a Evelin…Ella me reitera que es así, que en los años que lleva laborando en distintos reclusorios, siempre la fila es mucho mayor para ver a los presos que  las presas….”A los hombres los vienen a ver sus esposas, sus madres, sus hijos e hijas, a las mujeres no, si caso las madres o hermanas, pero muchos hijos se olvidan de ellas y la pareja, esposo o novio, menos se ven por aquí”.

    Agradezco el dato y más considerando que a ningún custodio dejan hablar conmigo y sigo buscando información de este tema que revela mucho de una sociedad… Mujeres visitan hombres y abandonan mujeres ya abundanas por los hombres.

    De lo poco que pude platicar con las reclusas antes que me aislaran, es que la mayoría al no ser de aquí (Tuxpan, Alvarado, San Andrés, Xalapa) entendía la dificultad de sus familias para venir a visitarlas, y que más considerando que casi todas ellas eran el sustento del hogar, por lo que a sus madres y/o hermanas, además de la obligación de cuidar de sus hijos (también la mayoría son madres), les toco responder económicamente, por lo que no hay forma de tenerla fácil.

    Respecto a la pareja, ahí si no hubo muchas dudas, en caso todos los casos se repite de manera idéntica la respuesta…”Junto con los problemas los hombres huyen”…Eso dicen.

    A este dato y testimonio se le anexan dos más; uno que obtuve de uno de los libros que me trajeron de regalo Don Miguel Yunes Linares y el Alcalde Miguel ángel Yunes Márquez *a quienes agradezco su solidaridad conmigo y mi familia en esta situación). Y otra que conseguí de una ponencia en Madrid de Marcela Lagarde a través de mi querida Teca.

    El libro, que vale la pena por muchos datos (entre ellos la manera en la que en algunas comunidades de Guerrero y  Michoacán es una desgracia parir mujeres, sobre todo si son “bonitas” porque saben que los narcotraficantes, las roban apenas cumplen 12 o 13 años) escrito por la México-Estadounidense Jennifer Clement y que se llama “Ladydi”, narra como la protagonista al ser encarcelada en Santa Martha (al sur de la ciudad de México) se da cuenta que la fila para visitar a los reos alcanza diez cuadras, mientras que las de las ricas apenas dos….”Nadie visita a las mujeres, todas y todos visitan a los hombres ¿Qué más hay que saber del mundo?.

    Por su parte la feminista e incanzable luchadora social Marcela Lagarde, señala en “Pacto entre mujeres, solidaridad que aunque llevemos tres siglos construyendo la igualdad entre hombres y mujeres, hemos dejado como tarea pendiente, construir, reforzar, afianzar, esa misma igualdad entre nosotras…¿Qué sería de las mujeres en el patriarcado sin el entramado de mujeres alrededor, a un lado, atrás de una, adelante, guiando en el camino, aguantando justas? ¿Qué sería de las mujeres, sin el amor de las mujeres? Cuestiona Lagarde…. La respuesta la puede encontrar en las cárceles de México…. La más brutal soledad.


    Esta columna dedicada hoy a ellas, las miles de mujeres veracruzanas abandonadas en cualquiera de los más de 20 reclusorios que hay en la entidad…..Hasta mañana.
 
PD. Dra.  Edda Arrez, Directora del instituto Estatal de las mujeres;  Se bien que Javier Duarte no le permite siquiera preguntar por una servidora; no se mortifique que la solidaridad de quien tiene que pedir permiso a un tirano no me interesa, pero si me interesa que cumpla usted con su deber y desquite el generoso sueldo que recibe y se OCUPE del caso de cientos de veracruzanas recluidas, víctimas de constantes violaciones a sus derechos, hostigadas y agredidas. Y por favor no vaya a responder que no han “ido” a presentar denuncia o solicitar apoyo, porque además de una tremenda estupidez (por la reclusión) perdería de vista que en ese sentido va la denuncia que le hago llegar vía NOTIVER, están abandonadas por tanto no hay quien hable por ellas y ese se SUPONE, es su trabajo…Muchas gracias. 

FUENTE: NOTIVER

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