Protesta por el asesinato de la corresponsal de Proceso, Regina Martínez. Foto: Yahir Ceballos.
MADRID (apro).- La revista española tintaLibre abordó en su edición de este mes el caso de Jorge Carrasco, periodista de Proceso, quien fue advertido por una de sus habituales fuentes de información que funcionarios y exservidores públicos de Veracruz planeaban atentar en su contra.
El texto, escrito por Elena Reina, fue titulado: “Denle piso”, y plantea:
“Yo no sé qué escribió usted pero en el gobierno de Veracruz están muy molestos”. Ese fue el primer mensaje, luego vinieron otros aún más inquietantes.
Ahora, en un café de Madrid, los ojos cansados de Jorge Carrasco piden oídos que escuchen su historia y bocas que no callen.
El periodista ha venido a España con su familia luego de recibir informaciones de una fuente fiable advirtiéndole que un grupo de funcionarios y exservidores públicos del estado mexicano de Veracruz se había reunido para quitarlo de en medio.
Carrasco es reportero, lleva 10 años escribiendo de justicia y seguridad paraProceso, el único semanario mexicano dedicado exclusivamente al periodismo de investigación, aquel que en todas partes, y aún más en su país, resulta molesto para los denunciados y peligroso para los que lo practican.
En el texto se desmenuza a detalle el proceso que se vivió desde que Jorge Carrasco se hizo cargo de la cobertura del asesinato de Regina Martínez, la corresponsal de Proceso en Veracruz, perpetrado el 28 de abril de 2012, y de la coadyuvancia en la investigación oficial que le fue asignada por la dirección del semanario.
La juez encargada del caso optó por resolver el expediente de una manera poco ortodoxa y falló en contra de un hombre analfabeto, Jorge Antonio Hernández, El Silva, como uno de los autores de ese homicidio. Fue condenado a 38 años de prisión, pese a que el acusado declaró que había sido objeto de torturas.
Carrasco no reconoció la versión oficial convencido de que el asesinato de Regina estaba relacionado con su trabajo de periodista, lo que reflejó en sus reportajes sobre el caso de la corresponsal.
El 14 de abril vino la primera advertencia y decidió marcharse de su casa con su familia y refugiarse con un pariente, relata el periodista al medio español.
También compartió que “después de que dos hombres entraron en el edificio del familiar donde se había refugiado, el gobierno federal accedió a prestarle seguridad a la familia de Carrasco”.
Por su parte, Proceso publicó la situación de Jorge Carrasco y exigió que, desde el gobierno federal y el veracruzano, encabezado este último por Javier Duarte, se investigara si estas reuniones se habían producido y si las amenazas eran reales.
Al día de hoy nadie ha investigado nada y, por este motivo, Jorge Carrasco ha decidido venir temporalmente a Europa con su familia.
“Carrasco ha podido saber a través de su fuente que, como consecuencia de la repercusión mediática de las amenazas, el grupo formado por encargados públicos y exfuncionarios acordó que su ‘asunto’ se aplazara hasta después de las elecciones estatales del 7 de julio en Veracruz”, señala tintaLibre.
Pero ni él ni su esposa, también comunicadora, se han planteado dejar el periodismo a pesar de las dificultades para ejercer esta profesión en México.
El texto sobre el reportero de Proceso acompaña un amplio reportaje de la periodista mexicana Alma Guillermoprieto inicialmente publicado en The New York Review of Books sobre el peligro de ejercer el periodismo en México, donde decenas de comunicadores han sido asesinados en la última década y muchos más reciben amenazas a diario.
“Informar en México: ‘Chayote’ o muerte”, se titula el reportaje de Guillermoprieto.
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