Por Andrés Timoteo
Vaya semana que concluye. El país sigue en la conmoción, reclamando la aparición de los 43 alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa, plagiados por policías municipales de Iguala, Guerrero, que los entregaron al crimen organizado hace ya veinte días. Hay una reacción en cadena –alcaldías tomadas, paros estudiantiles, marchas, plazas ocupadas, carreteras bloqueadas y pronunciamientos diversos- por ese atentado de lesa humanidad. Algunos dicen que la movilización llegó tarde porque hubiera funcionado si se hubiera hecho inmediatamente después del secuestro para movilizar a la autoridad para que los buscara.
De todos modos, México está gritando. Hay un sector que se dice horrorizado por lo sucedido en Guerrero, aunque eso solo es un botón de muestra de lo que sucede todos los días en el país, castigado y arrodillado por la violencia ejercida por el crimen y la corrupción gubernamental. Así lo dicen los propios obispos de las diócesis de Guerrero que ayer emitieron un comunicado cargado de verdad y en el cual, al habar de la entidad guerrerense también describen a toda la nación. Ellos definen el secuestro de los normalistas como una “ventana que permite mirar el fondo del profundo Guerrero adolorido por tanta violencia”.
Por esa ventana no solo se ve Guerrero sino lo que pasa en todo México. Los prelados también aseguran que además hay miles de víctimas de secuestros, desapariciones forzadas, desplazamientos obligados, extorsiones y amenazas, es lo común que corren. Vaya, lo describen como si estuvieran hablando de cualquier parte del país, entre ellos de Veracruz. Acotan que las fuerzas del gobierno que a nivel municipal de Iguala estuvieron coludidas en la agresión de los estudiantes y eso es un indicador de la urgencia que existe para sanear los cuerpos policiacos y al gobierno mismo de la corrupción.
“Es necesario que protejan a las instituciones públicas de cualquier signo de orden criminal para que cuenten con la confianza de los ciudadanos”, reiteran en su comunicado. Nada que no se haya dicho antes por organizaciones civiles, luchadores sociales y las mismas víctimas aunque cobra especial importancia que la Iglesia Católica por fin salga a defender a su pueblo y a señalar el infierno que se vive en Guerrero y en México entero.
MAPANI NECIKA
Ayer en la sede del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) y en el marco de la Muestra de Creadores Indígenas Veracruzanos, los artistas participantes que provienen de las regiones étnicas de la entidad realizaron una oración comunitaria para pedir por la aparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. La solidaridad de los creadores indígenas se realizó durante el ritual de la fertilidad “Xochitlalli” y el maestro náhuatl, Pedro Montalvo pidió a la Madre Tierra por todos esos desaparecidos que ha dejado la guerra entre los grupos delictivos y los operativos del gobierno. Relató que el mismo sufrió la pérdida de dos familiares que hasta la fecha no se sabe nada de ellos, allá en su municipio de Rafael Delgado, en la sierra de Zongolica.
Como en Guerrero, en Veracruz también hay cientos de familias incluso en comunidades indígenas que perdieron a un ser querido, expuso. Los artesanos indígenas improvisaron letreros con las leyendas “Mapani necika” (¡Que aparezcan!), “Ximokuepa texita” (Volteen a vernos) y “Kakinkalhakgaxpatli” (¡Escúchennos!). Frases que encierra en reclamo de siglos de los pueblos originarios. La solidaridad de estos artesanos es importante pues no hay que olvidar que los estudiantes de Ayotzinapa son parte de los pueblos olvidados. Los normalistas guerrerenses sufren triple discriminación: por ser pobres, por ser indígenas y por ser jóvenes.
SE HACEN “ARAÑAS”
En el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado (TEPJE) le hacen honor a la estrofa del corrido “Hay que hacer votos” de Oscar Chávez: “el juez corrupto que se hace araña cuando debería de castigar”. Y así es. La lumbre está por llegar a la sede de esa soberanía porque los 70 trabajadores están dispuestos a iniciar un paro de labores e incluso a tomar el edificio en protesta porque no les depositaron su quincena. Al menos hasta ayer en la tarde no lo habían hecho. Los empleados están que trinan contra el magistrado presidente, Daniel Ruiz Morales, ya que éste ni siquiera ha dado la cara ni ofrecido una explicación sobre el retraso en el pago de los sueldos.
La versión entre los trabajadores es que la Secretaría de Finanzas no lo envió porque está acopiando todo lo que puede para hacer frente a los gastos de los Juegos Centroamericanos y del Caribe –se robaron el dinero que envió la federación y ahora son los apuros pero hacen que paguen los que no tienen responsabilidad en el asunto-. Otros dicen que el retraso en el pago del salario es porque funcionarios de Sefiplan en colusión con Ruiz Morales ponen a “sudar” el dinero de los trabajadores para provecho personal. Hay que hacer cálculos del sueldo de 70 empleados con los intereses que se pagan, le sacan una buena tajada. Así son ellos, los que se hacen “araña”. Ya se verá este viernes si los empleados afectados se lanzan a la rebeldía laboral.
LEY BALA CORDOBESA
Un ejemplo de que no se necesita aprobar ninguna ley para dispersar manifestaciones con la fuerza pública es lo anunciado en las últimas horas por el ayuntamiento cordobés: quedará prohibido manifestarse en el parque 21 de Mayo. Tal anuncio lo hizo el secretario del municipio, Rodolfo de Gasperín, quien aseguró que van a “dignificar” la plaza y evitar “su uso excesivo”. Este señor junto con el alcalde panista, Tomás Ríos Bernal como si fueran virreyes no les gusta que el pueblo haga uso de los espacios públicos. ¿Cómo pensarán impedir que la plaza sea usada para las manifestaciones populares?, ¿La llenará de policías, instalará barras metálicas, distribuirá perros de ataque o usará bombas con gases lacrimógenos para dispersar a la turbamulta que se acerque?.
Ambos están dispuestos a ocupar a los policías estatales del famoso Blindaje Córdoba para apalear a los que quieran manifestarse en el parque central. No será la primera vez, ya utilizaron a esos mismos agentes para desalojar a los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que mantenían un plantón. Tampoco es el primer lugar que lo convierten en sitio prohibido para el pueblo, en el parque San José y en el teatro Pedro Díaz, no se permite entrar a los que ellos consideran indeseables.
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