Por Hugo Sadh
El mensaje que Televisa
manda a sus soñadores tele-videntes, a través del cuento rosa de sus
‘inverosímiles’ telenovelas, queda sólo en un sueño guajiro,
difícilmente en México alguien puede vivir la
historia de la
cenicienta, la
pobre que se enamora del rico, la
ignorante que se convierte en poderosa empresaria, la incipiente pueblerina que
logra destacar en sociedad. Rara vez encontramos en la vida real sueños hechos
realidad como las novelas del canal 2.
Pero hay algunas que si lo lograron, como Angélica Rivera, la pobre, ignorante
e incipiente ‘gaviota’, que terminó millonaria casada con el príncipe de
Atlacomulco y sentada en la silla de ‘primera dama.
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