Cinco ataques contra periodistas veracruzanos en apenas 4
meses de gobierno estatal, y en ninguno de los casos hay detenidos, no hay
pistas, no hay nada. De nada sirve que el gobernador Yunes Linares diga una y
otra vez que "respeta la libertad de expresión", si en los hechos
nada hace para garantizarla.
El asesinato de Ricardo Monluí Cabrera, el ataque
a Armando Arrieta Granados, a Alan García Zúñiga, corresponsal de El dictamen
-estos 2 en Poza Rica-, y al reportero Israel Hernández Sosa en la reyerta
entre obreros de Tamsa, y ahora el ataque a disparos a la casa de la periodista
radiofónica Guadalupe Fuentes Barco en Orizaba, son muestra clara, fehaciente,
innegable, de que la prensa en Veracruz corre graves riegos, y nadie hace nada
para evitarlo. 21 periodistas asesinados, varios desaparecidos, otros más en el
exilio forzado, y ¿no pasa nada? Por si fuera poco, las instancias
supuestamente creadas para ayudar a reporteros en peligro, se pelean entre sí,
buscan a toda costa el protagonismo, pero no hacen nada efectivo. Y estos son
los casos conocidos, pero hay otros, hasta ahora "simples amenazas"
dice un funcionario judicial que quiere minimizar las cosas, ¿y si ocurre un
ataque más? Veracruz es, la tierra más peligrosa para la prensa de México y el
continente. Quién sabe qué debemos esperar para que las autoridades actúen
verdaderamente, y sobre todo, resuelvan estos casos...
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