Por Salvador Díaz
Lejos
quedaron los años como líder del Comité Ejecutivo Estudiantil, más lejana su
presunta ideología de Izquierda, conductora de movilizaciones como el
incautamiento de camiones de la línea México-Texcoco para obligar al pulpo
camionero a rebajar 50% los pasajes a estudiantes de Chapingo y de la región
del Rey Nezahualcóyotl, acciones bravamente justicieras, ciertamente, Tan
distante ese tiempo, esas ideas, esos paisajes juveniles,
Corrían
los años cardenistas, fines de los años 80, las movilizaciones chapingueras
eran frontales, Silvano Aureoles Conejo era el dirigente estudiantil de
Chapingo, Los alumnos de la UACh triunfaban sobre los empresarios del
transporte, y el estudiantado pagaba la mitad de su boleto, hasta la fecha, Un
aroma de izquierda se respiraba en la escuela de agricultura, Ah, tiempos
bonancibles, pero llega de repente una reflexión, si esto de luchar por causas
justas lo aprendió Silvano en Chapingo, la UACh no es responsable de la
criminal transformación sufrida por el hoy gobernador de Michoacán,
No,
las malas mañas las aprendió después de egresar de este plantel, Pasados los
años se trepó al convoy cardenista, ya encima del tren, fácil le fue
encaramarse por ese árbol lleno de oportunistas, logreros y expriistas
tramposos, Silvano había arribado al Partido de la Revolución Democrática,
(PRD), la más alta academia de rateros después de la escuela del PRI y de la
del PAN, con muy buenas calificaciones, Y claro no se quiso quedar atrás de
Ángel Aguirre, el sátrapa gobernador de Guerrero, autor de dos asesinatos de
normalistas en 2011 y compinche de los homicidios y de los desparecidos del 26
y 27 de septiembre de 2014 en Iguala Guerrero, Tampoco quiso quedarse rezagado
de Gabino Cué, uno de los responsables de los asesinatos de ocho oaxaqueños en
Nochixtlán el 19 de junio de 2016, ambos gobernadores homicidas impulsados por
el zar y diosecillo de Morena, López Obrador,
¿Cómo
se iba a quedar atrás, Silvano?, No, él ordenó la salvaje represión en
Arantepecua este 5 de abril, ahí murieron tres comuneros y un menor de edad;
Santiago Crisanto Luna, José Carlos Jiménez Crisóstomo, Francisco Jiménez
Alejandre y el adolescente Luis Gustavo Hernández Cohenete,
Así,
el romántico chapinguero, oriundo de Zitácuaro, alumno pobre de una universidad
asistencialista para campesinos pobres, donde recibió una educación idealista
para solucionar los problemas de los pobres se convirtió muy temprano en un
Calígula represor de estudiantes pobres, de maestros pobres y comuneros
indígenas pobres, Más razonable hubiera sido ser leal a su compromiso inicial,
a sus ideas revolucionarias y convicciones justicieras, defender la educación
pública, ser aliado de los pobres, de donde él brotó, Pero no, prefirió rendir
pleitesía a sus patrones, a la burguesía, a los dueños del poder, a los
carteristas elegantes, ¡primero muerto antes de rozar sus pulcras vestimentas
con la mugre del pueblo!
En
realidad Silvano nunca tuvo conciencia de clase, como tantos seudorrevolucionarios
olieron los fétidos aromas del billete y al momento mostraron su verdadera faz
de fascistas, eso pasó con todos esos partidos hacedores de nuevos ricos como
el PRD o Morena, pepenadores de gente represora como Esteban Moctezuma, Manuel
Bartlett, Graco Ramírez, Gabino Cué, Juan Sabines, Manuel Camacho, Marcelo
Ebrard, Miguel Mancera, lo peor de la polaca mexicana, De ahí es Aureoles
Conejo, el ex chapinguero y ex pobre, hoy traidor a la causa de los pobres y
responsable de la muerte de cuatro comuneros de Arantepacua,
¡¡Fuera Aureoles de la gubernatura michoacana!!
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