ANA LOZANO@annaazul
La
ex primera dama, no desperdició oportunidad alguna, al igual que su marido
Javier Duarte, de gozar plenamente y de manera ilícita, de todos los beneficios
que el puesto les otorgó…
La señora Macías proviene de una
familia adinerada, y su padre Antonio Macías abogado nacido en Chiapas,
incrementó su fortuna cuando desempeñó el papel de “tesorero” en la campaña del
corrupto ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, quien es ahora cónsul en
Barcelona. Ya sabemos que aquí en México a los corruptos se les premia, no se
les castiga.
Karime es una mujer metódica, que
anotaba en sus diarios, todo y cuanto se debía de hacer. Dejó plasmado con su
puño y letra, muchas de las transas y operaciones que se llevaban a cabo. Ella,
participaba de manera activa en todas las actividades ilegales. Es la mano
derecha de Duarte, se dice que era el cerebro. Macías es una mujer egoísta,
ambiciosa, fría… a nada le daba importancia, sólo a enriquecerse de manera
desmedida, y a vivir en la abundancia.
“Merezco vivir en la abundancia”,
frase que anotó de manera compulsiva en una de sus libretas… Y sí, vivió en la
abundancia, mientras los veracruzanos vivieron en la desgracia.
Una de las cosas que más le
importaban era su aspecto físico, gastaba millones de pesos en joyas, vestidos,
y arreglo personal. Millones….
Utilizaba el avión del gobierno para
ir dos veces por semana al centro comercial Antara, en Polanco, en la Ciudad de
México, porque a ella le gustaba arreglarse ahí, porque en su papel de esposa
debía “verse bonita” y su papel como Primera Dama, era administrar lo robado,
administrar el dinero que tenían en varios bancos del mundo y comprar casas en
el extranjero, muchas de las cuales fueron puestas a nombre de su padre, de su
madre Virginia Tubilla, de su hermana Mónica Macías, además a nombre de primos,
tías, toda la familia de Duarte y Karime se convirtieron en sus prestanombres y
por lo tanto cómplices de la red de corrupción.
Lady Karime vivía una vida de lujos
impensables. Era aficionada a la equitación, por lo que cuando le vinera en
gana, también utilizaba el avión del gobierno para trasladarse a Valle de Bravo
para cumplir su capricho, montar.
Esta pareja me recuerda de algún modo
a ese par de delincuentes despiadados de los años treinta, “Bonnie y Clyde”,
que se dedicaban a robar y a matar a quien se les pusiera enfrente. Aquí
la pareja la formaban Javier Duarte y Karime Macías que se hacían
llamar “Esmeralda y Diamante”, así de ridículo y enfermo. Ellos,
también como los anteriores, robaban todo y cuanto estuviera a su alcance, sólo
que éstos no asesinaban, pero su desmedida ambición los llevó a desfalcar al
Estado de Veracruz. Además de someter a los veracruzanos en el pavor, los
dejaron en la miseria… Durante su mandato se cometieron miles de asesinatos,
entre ellos, los de los periodistas que se atrevían a denunciar los
desfalcos de Duarte, los crímenes, las desapariciones y las fosas clandestinas.
Cabe recordar, que los periodistas fueron amenazados por Duarte cuando les dijo
con su malévola sonrisa: “¡Pórtense bien!” les advirtió, “Todos sabemos quiénes
andan en malos pasos”…
Vaya pareja de delincuentes son
Esmeralda y Diamante….
Lady Esmeralda, dejó de atender
durante dos años al personal del DIF que iba a Veracruz con el propósito de
ayudar a la población más vulnerable. En una anotación de sus diarios, se
refiere a aquellas sesiones como de “weva” pero con la fehaciente afirmación,
según sus escritos, era la de “exprimir al DIF…”
¡Hasta dónde llega su codicia! En la
bodega incautada además de sus infames diarios, se encontraron también, sillas
de ruedas, andaderas, despensas, útiles escolares, todo era propiedad del
gobierno. Pero, ¿Quién pagó por esto? obviamente los veracruzanos.
Vaya mujer mezquina, egoísta, sin
escrúpulos, sin sentimientos, que en un acto de desprecio por la gente
necesitada, prefirió guardar en su bodega las cosas, en lugar de entregarlas.
Lady Esmeralda, debe ser detenida y
juzgada por ser cómplice fiel de su marido por el histórico desfalco del Estado
de Veracruz.
Si Karime es detenida y apresada, que
alguien le suministre alguna de las libretas que se robó y que tenía en su
bodega, para que pueda escribir hasta el cansancio:
“No merezco estar en la cárcel, no merezco
estar en la cárcel, no merezco estar en la cárcel, MEREZCO LA ABUNDANCIA…”.
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