Obrador, Meade y Anaya, precandidatos a la presidencia. Fotos: B. Flores, G. Canseco, O. Gómez
POR PABLO GÓMEZ , 23 FEBRERO, 2018
CIUDAD DE
MEXICO (apro).- Las campañas electorales no han iniciado aún y ya tenemos un
desmadre. Se afirma que es contrario a la libertad el que no se puedan realizar
debates en los medios durante la “intercampaña”. Que es demasiado el tiempo
destinado a mensajes electorales en los medios electrónicos. Que los programas
sociales de la actual administración están en riesgo si no gana el PRI. Que se
vale hacer fraude a la ley con la propaganda del gobierno. Que no se van a
abrir al mismo tiempo las tres urnas de la elección federal antes de empezar
los cómputos porque no hay seguridad en las casillas y que, debido a eso, se
dice, está en riesgo la estabilidad de México.
1. Las campañas electorales
empiezan el 31 de marzo. Antes, no debe haberlas, lo cual abarca los debates radiodifundidos.
Así es en casi todo el mundo. Además, a los debates que se organicen deben ser
convocados los diversos candidatos, pero en este momento formalmente no los
hay; habría que esperar que la autoridad los registre. Así es la ley, por lo
pronto.
López Dóriga se negó a hacer entrevistas de candidatos hace tres
años porque, dijo, todos los partidos eran detestables, etcétera. Ahora, en
búsqueda de rating y, en
consecuencia, de mayores ventas, quiere organizar debates además de las
entrevistas que aplica a los políticos. No es cuestión de libertad sino de
dinero.
2. En periodo de comicios, el
tiempo de radio y Tv destinado a partidos y autoridades electorales no es más
que aquel que corresponde durante todo el año al Estado. ¿Por qué se critica el
número de anuncios en tiempos oficiales asignados a los partidos? Porque está
prohibido comprar tiempo comercial. La crítica de los spots electorales, otra
vez encabezada por López Dóriga, es una cuestión de negocios. Lo que debería
hacerse es acumular los mensajes de diez segundos en emisiones de dos minutos
para que los candidatos pudieran decir algo, pero a eso se oponen radicalmente
los concesionarios.
3. El
eslogan “Para que lo bueno pueda seguir contando”, utilizado por el presidente
Enrique Peña Nieto para difundir los actos relevantes de su gobierno, es un
fraude a la ley porque es una referencia electoral a favor de su candidato,
José Antonio Meade.
Además, el gobierno federal
está gastando millonadas en esos mensajes y en otros, tipo gacetilla (anuncios
encubiertos), sobre el mismo tema de sus “logros”.
Las autoridades electorales,
por su cuenta, hacen lo de siempre. Mejor dicho, no hacen nada.
A partir del 31 de marzo el
gobierno no podrá hacer propaganda, según la ley. Luego, la gacetilla será el
único medio de publicidad gubernamental, pero el INE tampoco va a hacer algo
porque la mayoría de sus integrantes considera que esa práctica siempre es legal,
aun en periodos electorales, no obstante que la legislación dice otra cosa.
4. Abrir las tres urnas antes
de iniciar los cómputos, con el fin de localizar las boletas depositadas por
error en otra urna, tenía el propósito de adelantar el llenado del acta de la
elección presidencial con el fin de hacer con mayor facilidad un “conteo
rápido” por parte del INE.
Transmitir en directo desde la
casilla el resultado de la votación es un viejo anhelo ante el desinterés del
INE por mejorar su programa de resultados preliminares (PREP). Lo que a esa
autoridad le importa es anunciar un nombre a las once de la noche pero, como no
tiene datos, recurre a una encuesta de resultados, llamada “conteo rápido”: se
diseña una pequeña muestra (representativa) de casillas y se programa la
captura de esos datos para introducirlos a la computadora. De esa manera se da
la impresión de que el IFE ha cumplido con su deber.
El Tribunal le ha echado abajo
al INE un apresuramiento del dato de la elección presidencial, pero se mantiene
la transmisión del resultado desde las casillas donde haya señal de telefonía
celular. Ahora habrá que esperar a que estén llenadas las tres actas de
resultados (presidente, senadores, diputados). Sin embargo, el INE hará su
encuesta mediante la captura y transmisión del cuadernillo donde han de constar
los datos de la elección de presidente, dejando para otro momento el dato
oficial destinado al PREP, que es el que consta en el acta de escrutinio y
cómputo.
En el mundo, las autoridades
electorales no suelen hacer encuestas sino que brindan resultados sólidos. El
problema es que el INE nunca había querido crear un sistema de datos inmediato.
Y ahora que, para hacer su encuesta más rápidamente, admitió la transmisión del
resultado desde la casilla, el Tribunal lo ha contradicho, aunque de seguro no
estará en riesgo la estabilidad económica de México, como han dicho algunos
dramáticos consejeros electorales.
5. A todo lo anterior habría
que agregar los escándalos por malos manejos de fondos privados y públicos.
Las triangulaciones se hacen
para evitar que se sepa quién se quedó con el dinero. Lo mismo en operaciones
de especulación inmobiliaria o financiera que en desvíos de fondos públicos. Es
por demás lógico que los operadores no tengan el dinero a su nombre, por lo
cual recibirlos en la PGR con copias de sus estados de cuenta es de por sí un
juego muy sucio porque esos documentos no concluyen absolutamente nada.
Las preguntas son qué se
hicieron los dineros. Ricardo Anaya y Rosario Robles deberían ser investigados
con seriedad, mas si no lo son ahora, podrían serlo después, cuando haya
condiciones políticas propicias. Por el momento, todo es un show.
Quien la tiene más difícil es
José Antonio Meade porque, habiéndose perdido los fondos, según la Auditoría Superior
de la Federación (ASF), tuvieron que ir a algún lugar. Eso es lo que nos debió
explicar quien recibió, de manos de Rosario Robles, la Secretaría de la
Desarrollo Social: el mismo José Antonio Meade. O, acaso, él no quiso darse
cuenta de nada. ¿Por qué hasta ahora dice el mismo Meade que es preciso actuar
en consecuencia con los señalamientos de la Auditoría, si entonces esa era una
de sus obligaciones?
Este desmadre apenas está
empezando, por lo visto.
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