Mariana Ramos
Lunes, 26 Agosto 2019 - 06:01 pm
Paloma no pudo
estrenar su mochila rosa, sus padres no pudieron pagar la cuota para el primer
grado de primaria.
Paloma no pudo estrenar su
mochila rosa. A sus papás le faltaron 250 pesos para poder pagar la cuota para
el primer grado de primaria, por lo que ahora tendrá que esperar.
"Me faltó el pago de la
inscripción, los útiles y el uniforme. Me dijeron que por falta de pago no la
iba aceptar, que llevara primero el pago. La mochilita que trae le di una buena
lavada porque no es nueva, y el uniforme lo iba a buscar de segunda, porque no
hay ", platicó Alma Graciela Flores Esparza.
Los
padres de Paloma, una niña de seis años piensan en cómo lograrán conseguir el
dinero de la inscripción, a ella solo le importa ir a la escuela y le pregunta
a su mamá que cuando le pondrá el uniforme, aunque la realidad es que aún no lo
tiene.
Mientras
el tiempo pasa, Paloma corre entre las parcelas de alfalfa y trigo, algo de
campo antes de llegar a San Juan de Abajo, que
es donde vive la niña, sus padres y su hermano pequeño de tan sólo un año de
edad.
"Es difícil, aún tengo un
niño de pañales y mi esposo se cambio de empleo, habíamos ido con la directora
de la escuela General Lázaro Cárdenas a llevarle 100 pesos, pero me dijo que no
se podía. A Paloma sí le gusta la escuela, es un periquito, además es una buena
niña, me ayuda con muchas cosas", platica la madre de Paloma.
Mientras
caminamos entre lodo hasta llegar a su hogar, Paloma se encuentra a sus amigos y"vecinitos" que
van rumbo a la escuela con el uniforme puesto y las preguntas de inmediato
regresan. "¿Ya me vas a llevar a la escuela, mamá?",
pregunta la niña.
Paloma
aún no sabe qué "quiere ser de grande", lo único que
sabe es que quiere estudiar. "Ya quiero ir a la escuela, me
gusta estudiar", responde.
En
una casa con techo y portón de lámina, ubicada sobre la calle San Daniel, de la
colonia San Juan de Abajo, es donde vive Paloma, ahí también vive su abuela y
sus primos,
Juan
Pablo Gabriel, es primo de Paloma y un ejemplo a seguir, él tiene 14 años y hoy
inició el segundo grado de secundaria, también con carencias pues su madre no
alcanzó a comprarle mas que una libreta y el uniforme es el mismo que el del
año pasado.
"Ya quería regresar, de
grande me gustaría ser policía. Me voy temprano de mi casa porque de aquí hasta
la escuela me hago una hora o hasta dos sino pasa el camión", platicó.
Mientras
los padres de Paloma logran juntar el dinero para la inscripción, los útiles y
el uniforme, Paloma seguirá jugando con sus primos a la "escuelita" o
a hacer pasteles con lodo hasta que pueda regresar a la escuela.
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