El ADN de cuatro niños demuestra la
compleja historia de nuestros orígenes y desvela un grupo de población hasta
ahora desconocido
Cuatro niños han desvelado el primer capítulo del intrincado relato de
nuestros primeros pasos como especie en África. Un equipo internacional de
investigadores, entre ellos varios españoles, ha conseguido reconstruir
el genoma antiguo completo de los pequeños,
enterrados en un famoso yacimiento de Camerún hace entre 8.000 y 3.000 años.
Los restos demuestran que existieron al menos cuatro linajes importantes en
la historia de la humanidad -entre ellos una población
«fantasma» previamente desconocida-, que vivieron hace entre 200.000 y 300.000
años. La nueva investigación, publicada en la revista
«Nature», contradice un estudio reciente que situaba nuestros
orígenes en un solo lugar del continente madre. Muy al contrario, concluye, el
ser humano moderno, Homo sapiens, es el
fruto de grupos muy
diferentes y geográficamente separados. Una vez más, todo se
complica.
África alberga la mayor diversidad genética humana del mundo. Sin
embargo, los estudios de ADN antiguo de
yacimientos arqueológicos africanos son escasos, ya que su recuperación en
ambientes tropicales es todo un desafío. Por eso, la obtención de los datos
genéticos de estos niños, dirigida por científicos de la Escuela de Medicina de
Harvard a partir de muestras de huesos petrosos (del oído interno), es por sí
un auténtico logro. Se trata de las primeras secuencias genéticas
antiguas del oeste y centro africanos.
Vista general de la excavación de Shum Laka
en Camerún - Pierre de Maret
Cuna de lenguas
Los niños, que vivieron durante la transición de la Edad de Piedra a la
de Hierro, fueron enterrados en Shum Laka, un refugio rocoso en la región de
Grassfields en el noroeste de Camerún, donde una población ancestral vivió
durante decenas de miles de años. En el yacimiento, excavado en las décadas de
1980 y 1990 por arqueólogos belgas y africanos, se encontraron 18 individuos
(principalmente juveniles) y numerosas herramientas de piedra, alfarería y
restos de animales. Se trata del lugar señalado por los lingüistas como la cuna
de las lenguas bantúes, un grupo extenso y diverso que hablan
más de un tercio de los africanos en la actualidad.
Aunque se cree que la difusión de las lenguas bantúes –y los grupos que
las hablaron– en los últimos 4.000 años explica por qué la mayoría de las
personas de África central, oriental y meridional están estrechamente
relacionadas entre sí y con los africanos occidentales, el ADN de los niños
revela una ascendencia muy diferente a la de la mayoría de los hablantes de
bantú en la actualidad. En cambio, son más similares a los
cazadores-recolectores de África central. «Estos resultados sugieren que los hablantes
de bantú que viven hoy en Camerún y en toda África no descienden de la
población a la que pertenecían los niños de Shum Laka. Una población anterior,
desconocida, habría contribuido en una pequeña proporción al ADN que comparten
diferentes grupos africanos», explica Carles Laueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-Universidad
Pompeu Fabra).
Grupo fantasma
La investigación, que también incluye el análisis del ADN de antiguos
cazadores-recolectores del este y sur de África, así como el de muchos grupos
africanos actuales, concluye que el origen del ser humano está relacionado con
la existencia de al menos cuatro grandes linajes humanos
ancestrales, que habrían divergido entre sí hace entre unos 250.000
y 200.000 años. Estos linajes están formados por los ancestros de los actuales
cazadores recolectores de Sudáfrica, los llamados khoisan (antes bosquimanos);
los de los pigmeos del África central, y los de los africanos del este y el
resto de humanos modernos.
Además, hay un cuarto grupo previamente desconocido que contribuyó con
una pequeña cantidad de ascendencia tanto a los africanos del oeste como a los
del este. «Es una población 'fantasma' que
podría haber estado en la zona del Sahel, pero no se ha hallado ningún
individuo ni vivo ni en el pasado que pertenezca a ella», indica el científico
a ABC.
Adán y Eva
Los resultados, sustentados en el análisis del genoma nuclear, difieren de los de un estudio anterior
basado solamente en el ADN mitocondrial (el que se hereda por
línea materna) que había situado en el delta de Okavango, en el sur de África,
el origen único de los humanos modernos. Según explicaba el informe, publicado
también en «Nature» y que suscitó una controversia
considerable, los humanos teníamos una única patria ancestral, un vergel
repleto de lagos al sur del río Zambezi, en el norte de lo que hoy es Botsuana,
donde según los autores prosperamos durante 70.000 años antes de que el clima
cambiara y nos empujara a migrar por el continente.
Sin embargo, el nuevo estudio descarta la idea de
un único paraíso perdido. «Es una visión muy simplista, casi de Adán y Eva. Las
personas estamos preparadas para entender mensajes sencillos, pero la realidad
es mucho más compleja», destaca Lalueza-Fox.
Cromosoma Y
El estudio también ha encontrado en uno de los individuos la rama del cromosoma Y más antigua de la humanidad,
entre 200.000 y 300.000 años. Este raro haplogrupo (A00) fue descubierto hace
siete años cuando un estadounidense afroamericano, descendiente de esclavos,
acudió a una empresa de análisis genéticos y los resultados revelaron una
sorpresa inmensa. «En la actualidad, este linaje solo se encuentra en Camerún»,
señala Iñigo Olalde, investigador del Instituto de Biología Evolutiva. En este
punto, Lalueza-Fox ironiza: «Tiene gracia, porque si el linaje masculino más
antiguo estaba en Camerún y el linaje femenino en Botsuana (separados por más
de 3.500 km), ¡difícilmente se habrían encontrado!».
No hay comentarios:
Publicar un comentario