Notimex / Provincia
Mérida, Yucatán.- La corrupción en la impartición de justicia en México se debe a que muchos jueces y personal del sistema judicial llegan a esos cargos por “amiguismo” o compadrazgos, o por su relación con los gobiernos en turno, señaló la magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz, Yolanda Castañeda Palmeros.
La administradora de justicia reconoció que esa situación, “le pega a la independencia e imparcialidad que deben tener los jueces, pues al ser recomendados, obviamente se sienten comprometidos con quien los invitó y no con impartir justicia con ética y profesionalismo”.
Señaló que el “amiguismo” y compadrazgos han dejado a un lado el servicio judicial de carrera dentro de la impartición de justicia en el país, “hay gente que tiene muchos años dentro del poder judicial, pero como no tiene palancas no llegan a ser jueces”.
La maestra en Derecho, ganadora del Premio Nacional al Mérito Judicial 2011, expuso que ahí empiezan los problemas relacionados con la corrupción, donde quienes son buenos jueces y aspiran a una carrera, tienen que empezar a “jalar” para ir revirtiendo este mal.
Sin embargo, enfatizó que este no sólo es un asunto de los jueces o servidores públicos corruptos, ya que para que haya corrupción tiene que haber otra parte que es la que corrompe.
“Somos una sociedad que ha perdido valores y que empezamos a ver la corrupción como una parte normal de nuestra convivencia social, y eso sin duda es un factor que ha deteriorado el tejido social”, agregó.
Por su parte, el ministro en retiro Mariano Azuela Güitrón también reconoció que los juzgadores mexicanos están expuestos a las tentaciones y al abuso del poder, por eso, es necesario no olvidar la ética y profesionalismo que exige el trabajo de impartir justicia.
En ese sentido, consideró importante que los juzgadores mexicanos se apoyen con su equipo de colaboradores, sean abiertos a la crítica y se entiendan como seres humanos con una gran responsabilidad social.
“Uno debe fortalecer a diario ese compromiso que asumió una vez que aceptó ser responsable de juzgar y condenar a otras personas, debe apegarse siempre a la ética judicial y saber que en el camino habrá que sortear muchas tentaciones y peligros”, expuso.