Por Mussio Cárdenas Arellano.
Entre Miguel Angel Yunes
Linares y Fidel Herrera Beltrán hay odios que emergen de la disputa por una
novia de buen ver y mejor tocar; por agravios políticos salpicados de infamias,
maledicencias esparcidas para destruir lo que les queda de honra y golpes
arteros desde las sombras o cara a cara, y por candidaturas robadas, que
hicieron de uno dueño del poder y al otro dueño de nada.
Su odio, pues, es eterno. Traspone la política y anida
en lo personal. Es una historia de triunfos arrebatados y derrotas
inadmisibles, impuesta la voluntad de las mafias priístas, burlada la decisión
electoral de la sociedad.
Así, a lo largo de 30 años, ha sido la ríspida
relación Yunes-Fidel hasta convertir a Veracruz en arena de un conflicto muy
suyo, que lejos de atenuar, ya no por madurez sino por frenética vejez de
ambos, la terca senilidad, se agiganta y avizora estallar en el próximo proceso
electoral por la renovación del Congreso y las 212 alcaldías, en 2013.
Un tercero en discordia, el gobernador Javier Duarte
de Ochoa, tuvo el infortunio de pronunciar una frase lustrosa que para efectos
mediáticos apenas si tiene rentabilidad, pero en un escenario práctico, máxime
donde la impunidad es norma, produjo la enésima escaramuza del señor Yunes.
“Caiga quien caiga”, prometió Javier Duarte para
definir su embestida contra el crimen organizado, a propósito de la aprehensión
de empresarios en o de Córdoba, su tierra adoptiva. Y el “caiga quien caiga” se
aplicaría a quien fuera, apellídense Perdomo, Manica o cualquier otro ilustre,
no así al señor José Barquet Buganza, sobrino del secretario de Gobierno, a
quien de inmediato la Marina-Armada de México y el célebre tío se apresuraron a
salvaguardar, pese a que en el DF ya lo daban hasta por interrogado y casi
confeso de mantener vínculos con el narco y sus sicarios.
Yunes Linares no se entretuvo en los Perdomo, en los
Manica, ni en sus granadas, pistolas, droga y equipo de radiocomunicación que
les fue hallado hasta debajo de las axilas, menos en el impoluto Pepe Barquet
Buganza, un querubín celestial de rescatable conducta. Se les fue encima a
Duarte, al que poco faltó llamarle hablador por sus inexistentes resultados,
dos años después de su imposición como gobernador, y a Fidel Herrera por la
crisis financiera que heredó y que tiene a Veracruz postrado en la parálisis
“El primero que debe caer es Fidel Herrera Beltrán
—sentenció el tormentoso Yunes— por todas las tropelías que cometió como
gobernador. Sólo así le creeríamos a Duarte”.
Fue áspero, directo, claridoso. Yunes vestido de
Yunes. “Mientras sean bla-bla —precisó— y no se actúe contra el pillo que dejó
a Veracruz en la quiebra, sólo será una nota periodística o de radio”.
De Duarte de Ochoa, su inacción, el empantanamiento de
Veracruz, dos años en el limbo, dijo Yunes Linares que “ha dejado mucho que
desear” y eso “lo tendrán presentes los veracruzanos en las próximas elecciones
intermedias”.
Extraña que Yunes Linares no haya apelado a su
argumento principal contra Fidel Herrera: la consolidación del grupo
delincuencial Los Zetas en territorio veracruzano, durante el pesadilla de la
fidelidad. Lo punzó con lo de la deuda y la quiebra financiera, pero no con su
dardo más venenoso: la complicidad, por acción o por omisión, en la
constitución del santuario Zeta en el feudo jarocho, máxime cuando existe un
eslabón directo entre el detenido y procesado en Estados Unidos, Francisco
Colorado, constructor y amigo de Fidel, y el Z-40, Miguel Angel Treviño
Morales.
Si enfilarle campañas en que se le categorizaba a
Yunes como pederasta era el principal hobby de Fidel Herrera, el del Yunes es
decirle narco a Fidel. Una de sus perlas la dio a la periodista Carmen
Aristegui, en su noticiario de MVS, en junio pasado, cuando acusó un
financiamiento del crimen organizado en la campaña del priísta, y posterior a
ella, ya en el gobierno de Veracruz.
“Recibía recursos tanto para la campaña como después
de la campaña”, reseñó Yunes. “Este señor (Francisco Colorado) participaba en
todos los eventos de Fidel Herrera (…) había una vinculación estrecha.
Tenía la protección de Fidel Herrera”.
Sacó del rincón de sus recuerdos las contínuas
carreras de caballos organizadas por Pancho Colorado, presunto operador
financiero y prestanombre de Los Zetas, con el consentimiento de Fidel Herrera,
de quien era anfitrión cada vez que el gobernador de Veracruz acudía a su
rancho. Y cerraba Yunes con un misil: Pancho Colorado “era su amigo”.
Nada de eso dijo ahora. Hincó el diente, en cambio, en
el secretario de Seguridad Pública del régimen duartista, Arturo Bermúdez
Zurita, oreja mayor de Fidel desde el centro de espionaje conocido como C-4,
también con un caso de narcotráfico tras una insólita revelación ante
empresarios.
“Hace unos meses presumía ser amigo de Los Zetas. Es
algo preocupante”, soltó Yunes Linares. “Son muy graves, son muy graves, que un
secretario de Seguridad Pública salga a decir eso. Habría que preguntarle si él
sabía, como director del Centro de Inteligencia del gobierno del estado,
quiénes presumían de su relación con Los Zetas, ¿por qué no presentó la
denuncia correspondiente? ¿y por qué no se le sancionó? Es sumamente grave”.
Se suponía que Yunes Linares tenía un pacto en lo
oscurito con Javier Duarte. Y quizá lo tiene. Pero el activismo de Fidel
Herrera, su presencia en la boda de Daniela Nadal, ex diputada por Córdoba, su
charla con el gobernador de Veracruz, amena, breve pero provocadora y
mediática, y el reposicionamiento del fidelismo, advierten en Yunes el momento
de hacer sonar los tambores. Al fin que, como se ve, esto es una guerra.
Mucho ha de venir. Mucho darán de qué hablar Yunes,
Fidel y Duarte pues lo que asoma en el horizonte es la rendición del duartismo
y el regreso del señor Herrera a la “plenitud del pinche poder”.
Por algo pide Yunes que a su acérrimo enemigo, Fidel,
se le aplique la ley.
Archivo muerto
Pararrayos de las iras de Marco César Theurel Cotero
—“Te rompo tu puta madre”—, su gran amigo, conciencia y alma gemela, Adrián
Pérez Martínez pudo capotear vendavales y tormentas en la Secretaría de
Comunicaciones de Veracruz, acusaciones de cobro de diezmo, intrigas y
embestidas. Hoy no. Sobre El Cochiloco, como se le conoce en el bajo mundo de
la política, viene una andanada legal de dimensiones mayores, confeccionada por
particulares, sustentada en el uso de recursos ilegales, documentos apócrifos,
que incluyen fondos municipales y federales cuando condujo con mano sucia la
Secretaría de Obras Públicas Municipales de Coatzacoalcos. Peculado, le llaman
los abogados a lo que han logrado configurar hasta ahora, más de los 4 millones
que en un desliz reconoció el alcalde Theurel que Adrián había robado, sin
descartar la figura de fraude porque a fin de cuentas hubo dolo y engaño, las
armas del tramposo. Si la libra en los tribunales, que se antoja imposible, no
habrá quien quiera darle a don Adrián Pérez, El Cochiloco, una sola oportunidad
política, menos la alcaldía de Emiliano Zapata, que es su obsesión, un sueño
inalcanzable. Y todo gracias a sus enredos con Theurel —“Te rompo tu puta
madre”—, quien ya piensa, él sí, en integrarse al equipo de su cuate Peña, como
le llama a Enrique Peña Nieto, mientras su cobrador de diezmos se refunde en
una cárcel o lo archivan en el cajón de los proscritos… Tiene una desmemoria
brutal o un cinismo de antología Roberto Orlando Olivares Carrillo, involucrado
en el plan para imponer alcaldes y diputados priístas en la elección de 2010.
Era entonces presidente del Consejo Electoral Distrital de Coatzacoalcos, cuyos
capacitadores fueron tildados de “sobornables” en un diálogo del hoy presidente
municipal Marco César Theurel Cotero, cuya grabación fue difundida por el
diario Excélsior. Ahora, cobijado por el grupo Chagra, y dice él que por el
consejero electoral del IFE, Benito Nacif, se apunta El Chivis Olivares a ser
el mandamás del Instituto Electoral Veracruzano en Coatzacoalcos, en la próxima
elección 2013. Será impugnado porque de que es priísta y le sirve al PRI, no
hay duda. Tan es así que en el recuento de votos de la elección federal en este
distrito XI, hace apenas tres meses, Olivares fue uno de los representantes del
Partido Verde, defensor del priísta Joaquín Caballero Rosiñol, en la mesa en
que se verificó el escrutinio. Es inelegible El Chivis porque la ley establece
que quien haya tenido vinculación o militancia con algún partido político en
los tres años anteriores al día de la elección, no puede ocupar cuadro
directivo en el IEV. Pero a Olivares eso no le inquieta. Violador de todo,
hasta de derechos humanos cuando era agente del Ministerio Público, le basta
con decir que para abrir ese candado está su as bajo la manga: Víctor Hugo
Moctezuma Lobato, el nuevo secretario ejecutivo del IEV, amigo de correrías y
con quien hiciera otros trastupijes en el 2009, en Córdoba, la tierra del
gobernador Javier Duarte, pujando para imponer en la diputación federal al hoy
gobernador de Veracruz… Una maniobra mal realizada, mal asentada la maquinaria
en el suelo lodoso, provocó que la excavadora 320 se ladeara y finalmente
cayera sobre uno de los canales pluviales de Coatzacoalcos. A la vista de todos
ocurría el hecho en el sector 1, cercano a la colonia Miguel Hidalgo, a
mediados de 2011. Colérico, observaba el desatino el constructor Brian Carlos
López Mendoza, dueño de la empresa Factores del Istmo, cuya dualidad le da para
ser contratista y a la vez director de Adquisiciones del Ayuntamiento de
Coatzacoalcos. Su pesar —y así lo expresó en ese instante— era por la reacción
que tendría el dueño de la excavadora. ¿Y quién es el dueño?, le preguntaron
con intención evidente. “Pues Marcos”, respondió quizá sin pensar en la
delación. No se sabe si le dijo Brian Carlos al alcalde Theurel que la
maquinaria se fue al canal, ni tampoco que lo había delatado. Pero si no lo
sabía, pues ya lo supo… Limitado, corto de miras, Alfredo Yuen Jiménez no sólo
construye la Casa de Cultura en las instalaciones de la Administración
Portuaria Integral de Nanchital (APINAN), sino que ahí funcionará el Centro
para el Desarrollo Infantil (CENDI), una guardería para hijos de madres
trabajadoras. Dispone del terreno y del poder para hacerlo, pero sobre todo de
una absoluta falta de sentido común el alcalde de Nanchital. De concretar su
idea, ahí estarán cientos de niños expuestos a los riesgos que conlleva un área
con uso de sustancias peligrosas, entre ellas los combustibles que se manejan
en una gasolinería. Algunas de las bodegas de APINAN acumulan desechos
industriales y el área de muelles quedará a sólo 30 metros del CENDI. ¿Le habrá
contado alguien al infumable alcalde Alfredo Yuen la trágica historia de la
guardería ABC, de Hermosillo, Sonora, donde murieron quemados o por daños en
vías respiratorias más de 40 niños, algunos de ellos bebés? Un caso para la TV
nacional… ¿Quién es esa regidora, que no ve ni oye consejo, no entiende de
razones, ni apela a la sensatez, desde que se convirtió en la nueva novia de
Pulgoso Lagunes? Arrebatada por Cupido, ya se peina, ya se viste y hasta se
perfuma, creída la pobrecita en las palabras melosas —y engañosas— de su canino
colega, un embaucador de ingenuas. ¿Quién es ella? Una pista: trabaja en el
palacio municipal…