Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- Uno. Reportero de
investigación
El reportero Jair García González y
La Jornada Veracruz están haciendo un periodismo fuera de serie. Excepcional.
Un periodismo que pocos,
excepcionales medios ejercen en la provincia.
Un periodismo que pertenece en la
academia al llamado de investigación, rastrear pistas, seguir la huella de las
acciones oficiales, escarbar, como decía don Julio Scherer García, “hasta
debajo de las piedras”.
Otra cosita es, no obstante, el
periodismo de filtración, aquel donde un político entrega papeles, documentos,
pruebas, tarjetas informativas resumidas con expedientes, etcétera, al diarista
y/o al medio para su publicación, porque así conviene a sus intereses.
Otra cosita es el periodismo de
banqueta, cuando de pronto el funcionario público se ve rodeado de un montón de
grabadoras donde un solo trabajador de la información, o dos, suelen preguntar,
y los demás compiten para meter la grabadora en la boca del político.
Otra cosita es el periodismo
boletinero, donde el reportero titular de la fuente le endilga su nombre y todavía
le pone “en exclusiva”.
Otra cosita es de igual manera el
periodismo donde los reporteros se intercambian sus notas y les cambian la
entrada y escriben su nombre y entregan al director editorial.
Desde hace ratito, Jair García ha
establecido un parteaguas en el Veracruz azul para dignificar y enaltecer el
ejercicio reporteril en la mejor tradición.
Su último trabajo, por ejemplo, se
llevó, como tantos otros, la portada a ocho columnas de La Jornada y fue
intitulado de la siguiente manera:
Miguel Ángel Yunes Linares, “MAYL
borra deuda con proveedores; no pagará ni un peso’”, dice el titular central.
De pretítulo:
“En sigilo firma decreto durante
fiestas de fin de año en 2016”.
Y de bajantes:
“No reconoce servicios prestados al
pasado sexenio; afecta a cientos de empresas.
Mañosamente, gobierno ocultó por casi
ocho meses la publicación en La Gaceta.
Hace unas semanas, Yunes Linares
ofreció revisión a toda la facturación recibida”.
Jair García honra el periodismo.
Dos. Entereza de La Jornada
Sus fuentes informativas han de ser,
y serán, privilegiadas. De entrada, bien informadas.
Cumple así el viejo e histórico
principio del periodismo de que un buen reportero ha de tener por encima de
todo buenas y mejores relaciones y contactos, y también, suerte.
Suerte, digamos, para estar en el
momento adecuado con la gente idónea y en la hora conveniente.
Su trabajo, además, expresa la
honestidad con que Jair García escribe, derivado de los principios y valores,
ideas e ideales, sueños y utopías que refrescan y reciclan sus días y noches.
Basta revisar y leer la hemeroteca de
La Jornada para advertir su entereza.
Y, desde luego, del medio, en donde
uno y otro, las partes, se han identificado a plenitud, como también solía
decir Scherer de su equipo en el semanario Proceso de que “los amigos son
piedras que se encuentran rodando en la ladera”.
Y es que en su biografía reporteril,
el colega tiene un montón de exclusivas rindiendo cuenta de los hechos sombríos
y sórdidos de la yunicidad en el transcurso de los nueve meses y medio que van.
Y que están creando y recreando la
conciencia social en un Veracruz agraviado por tantos desmanes del sexenio
anterior y que ahora se están repitiendo “al pie de la letra”, desde la llamada
“Operación Licuadora” hasta el jineteo bursátil del recurso público federal y
estatal y que han sido documentados por García González.
Y con firmeza plena y que sólo es
posible cuando hay un medio que con la misma entereza abre el espacio a los
hechos que por regla general la mayoría restante suele ocultar y, en todo caso,
publicar por ahí en alguna página interior, en la parte inferior, a una
columna, para pasar inadvertida.
Tres. Honrar a Veracruz
Egresado de la facultad de
Comunicación de la Universidad Veracruzana, FACICO, se le recuerda (si se le
recuerda bien) como un apasionado devoto de la fotografía y que, parece, fue su
primera vocación.
Pero igual que tantos otros, entre
ellos, Noé Zavaleta, corresponsal de Proceso, mudó de la fotografía al
periodismo escrito, donde ha resultado una revelación.
Según parece, estudia en la facultad
de Leyes de la UV, quizá como su tercera vocación, de igual manera, digamos,
como en el siglo pasado con los periodistas de la Reforma, aquellos que decía
don Daniel Cosío Villegas “eran hombres, pero parecían gigantes”, como
Francisco Zarco, Ignacio Ramírez e Ignacio Manuel Altamirano, quienes fueron
articulistas, activistas sociales, litigantes, políticos, diplomáticos y
funcionarios públicos.
El periodismo de Jair García está
reproduciendo el viejo principio del Eclesiastés de escribir lo que veas y por
añadidura se trata de un ejercicio ríspido y riesgoso, de tal forma que nadie
desearía que al ratito le diera un ataque de caspa, ni menos, mucho menos, como
en el caso de Noé Zavaleta, necesitara cobijarse con las medidas cautelares de
la secretaría de Gobernación.
Y que, por desgracia, quedó
comprobado con el asesinato del reportero Cándido Ríos Vázquez, de Juan Díaz
Covarrubias el 22 de agosto de 2017, de nada sirvieron.
García González y La Jornada Veracruz
honran y enaltecer a la población de Veracruz.
FUENTE: EL PIÑERO DE LA CUENCA