Destape
del pueblo
Pedro Echeverría V.
1. En el México de hoy, aunque el 95 por ciento de los medios de
información y sus equipos son enemigos de las luchas sociales, contamos con el
periódico La Jornada, Proceso, Aristegui, caricaturistas y comentaristas de
redes sociales que ayudan a informar y analizar. Me gusta ver y escuchar el
“You tu be” a Sansores, Noroña, Bartlett y Nalhe porque son muy combativos,
claros y muy denunciadores en sus intervenciones legislativas. También escuchar
a J. Hernández, J. Villamil y C. Ramírez ha sido valioso en los últimos 10
años.
2. Del PRI –el partido que dominó totalmente durante 70 años- sólo
recuerdo aquella primera interrupción de Muñoz Ledo en los ochenta en aquel
Informe presidencial de De la Madrid. Bastó una simple interrupción pidiendo la
palabra para que se arme una enorme gritería. Pero fue en los hechos el inicio
de las protestas que llevaron a la suspensión definitiva del “Día del Informe”.
Aparentemente la clase dominante ganó porque ahora ocupa el Palacio Nacional
para invitar a sus amigos e incondicionales a escucharlo.
3. Las cosas han cambiado. En general, públicamente, comenzamos a
desahogarnos insultando violentamente al presidente, al ejército y a los curas,
hace pocos años, unas cuatro décadas. Pienso que en la generación mis padres y
mis abuelos –quienes vivieron tan explotados, oprimidos y miserables como la
inmensa mayoría del pueblo- también los insultaban porque en ellos centraban la
culpabilidad de sus malas condiciones de vida. Pero debo reconocer –como se
propagaba- que el ejército era el menos ofendido.
4. Hoy me da una enorme alegría que la mayoría de la población haya
perdido ese “respeto” o que más bien haya perdido el miedo y la cobardía para
expresar lo que piensa y siente frente a esas instituciones que lo mantienen
sometido y encarcelado. Pero no basta con insultar con coraje a esas
instituciones sino nos organizamos para luchar contra ellas en las calles; pero
decir “groserías” contra ellas podría ser el inicio de un despertar de la
población que esperamos hace mucho recupero su dignidad.
5. Recuerdo las muchas batallas que dimos en las calles del DF en 1968 y
cómo la radio, la televisión y la prensa escrita las silenciaba o se dedicaba a
calumniarlas. No contamos en 1968 con algún medio que hiciera causa común con
nuestra justa lucha; todos los medios –con la rara excepción de la revista ¿Por
qué? de recién aparición entonces- eran una basura. Pero todos los días miles
de estudiantes brigadistas metían bajo la puerta el volante informativo que
elaborábamos en mimeógrafos de facultades y escuelas.
6. Ya desde 1968 le mentábamos la madre al gobierno en las marchas,
mítines y manifestaciones, pero individualmente se tenía miedo. Fue en las
concentraciones de 1988, a raíz del fraude de Salinas y los arreglos con el PAN
contra Cuauhtémoc Cárdenas, cuando la gente comenzó a recobrar su dignidad;
pero fue el levantamiento del EZLN en 1994, los asesinatos de Colosio y Ruiz
Massieu y el gobierno de Zedillo, cuando se destapó el pueblo y las calles
comenzaron a llenarse con las protestas.
7. Hoy mucha, muchísima gente, ya está destapada, ha comenzado a perder
el miedo y sólo falta que se organice. El clero mantiene un control de la gente
vieja y en parte madura, pero lo jóvenes poco le creen. El ejército ya se le
desprecia porque sólo sirve para reprimir y asesinar al pueblo por mandato de
gobierno. El gobierno mexicano, por lo menos los dos últimos panistas de Fox y
Calderón y el actual priísta de Peña Nieto, tienen un escasísimo porcentaje de
aceptación y a sus oídos sólo llegan mentadas de madre. (12/X/17)
Soy, escritor, periodista,
anarquista, libre, revolucionario, hijo, padre, persistente, profesor, rebelde,
generoso, amable, jodido, serio, solitario, desmadroso, enloquecido,
desesperado, viajero, pesimista, inseguro, ateo, antipatriota, amigo de
homosexuales, lesbianas, drogadictos, desquiciados y locos;en realidad soy
tantas cosas...
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