Estefanía no puedo culminar sus estudios en la carrera de
Ingeniería en Informática... le arrebataron sus sueños, sus metas, sus
ilusiones. Ella fue desaparecida el 30 de octubre de 2016. A un año de
distancia, no hay pistas de su paradero. “Tenía sueños y metas, es chica
sociable con amigos y amigas que como un día le comentaron en su face: ‘quien
no tenga una foto de Estefanía Flores no es de Ciudad Mendoza’. Desde pequeña
demostró ser fuerte, ella es mi fortaleza, mi amiga, mi compañera, mi hija, una
de mis razones de estar viva”, detalla doña Guadalupe, madre de Estefanía. Y
agrega que es una excelente amiga, prima y tía de sus sobrinos, la chica que la
vecina solitaria pregunta por ella. Es católica, participante de Pandillas de
la Amistad, con valores firmes, “pero se enamoró y ese amor se la llevó”.
Como hermana, dice, siempre estaba
al pendiente de sus hermanos, pero le cambió la vida en solo unas horas, un 30
de octubre cuando ella salió a dejar sus productos de belleza, ya no regresó a
casa. “Nadie vio nada, nadie escuchó nada, lo único que sé es que una persona
no puede irse así”. Desde su desaparición, las horas se convirtieron en días,
semanas y en meses, que pasan sin saber su paradero. “Solo quiero saber qué le
pasó, si está viva y que me ayuden a encontrarla”.
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